Читать книгу ¿Cómo correr? - Nicholas Romanov - Страница 19

Оглавление

Capítulo 8

LA INCREÍBLE LIGEREZA DE CORRER

Hay muchas posibilidades de que conozcas a personas que hayan dejado de correr o hayan reducido de manera considerable su kilometraje semanal porque sus cuerpos ya no aguantan los impactos. O quizás hayas hecho lo mismo, te hayas cansado de las molestias y dolores constantes, de los síndromes del compartimiento tibial, los dolores de rodilla, los talones magullados o incluso la temida fascitis plantar.

Sin duda, si sufres estas lesiones, abreviar tu actividad física te procurará un alivio muy bienvenido. Pero ¿no seguirías corriendo si pudieras evitar esas molestias? Claro que sí. La clave está en que cada paso deje de ser un impacto contra el asfalto y comenzar a deslizarte con ligereza.

Cuando corres de la forma más habitual aterrizando sobre los talones, desplazando el peso a lo largo del pie para luego despegar con los dedos, estarás descargando todo el peso del cuerpo sobre los pies y el suelo durante el mayor tiempo posible.

Para empezar, y con el fin de aterrizar sobre los talones, los pies tienen que estar delante del cuerpo (fig. 8.1). Al desplazar el peso a lo largo de los pies, el peso del cuerpo aplasta el pie a través de la pierna que ahora está recta y extendida por completo, sin capacidad de absorber el impacto. Entonces, durante el despegue de los dedos, te encuentras literalmente impulsando el cuerpo hacia delante con los dedos del pie. No me extraña que duela.


Figura 8.1. «Con la pierna por delante.»

Como mostrará una sencilla prueba, el resultado de estos impactos sobre el cuerpo es audible. Busca un tramo de asfalto lejos del tráfico y escucha el golpeo de los pies contra el suelo al correr a distintas velocidades. Pon, pon, pon. Ese es el sonido del peso del cuerpo al multiplicarse contra el suelo.

Por el contrario, cuando domines el método de la postura en carrera, experimentarás la increíble ligereza de correr. Las rodillas siempre se mantienen ligeramente flexionadas para absorber por completo cualquier impacto de la carretera. El pie golpea el suelo solo con el antepié y se mantiene en el suelo el mínimo tiempo posible. Y lo más importante, el golpeo del suelo se produce directamente debajo del cuerpo y no lejos ni delante.

En vez de impactar contra el suelo, virtualmente te deslizas sobre él. Escucha. En vez del pon, pon, pon, ahora oyes un tap, tap, tap. Céntrate en ese suave golpeteo. A medida que aumente la velocidad de las piernas, querrás que ese golpeteo sea menos audible. Cada breve tap revela solo el contacto con el suelo. Ya no estás chocando con todo el peso del cuerpo contra el suelo, sino que te mantienes en suspensión sobre el suelo. Esta es la increíble ligereza de correr.

¿Cómo correr?

Подняться наверх