Читать книгу ¿Cómo correr? - Nicholas Romanov - Страница 21
ОглавлениеCapítulo 9
Se enseña mejor lo que más se necesita aprender.
Richard Bach
El hombre aprende mientras enseña.
Séneca
APRENDE POR TI MISMO EL MÉTODO DE LA POSTURA EN CARRERA
Como entrenador acostumbrado a trabajar con atletas en un entorno práctico y de concentración, resulta muy frustrante saber que no es posible conocer ni trabajar con todos a los que les gustaría aprender el método de la postura. Plantea todo un desafío plasmar 25 años de experiencia en un libro con fotos e ilustraciones para que aprendas por ti mismo este nuevo método para correr. No obstante, una vez que aceptes la premisa básica de que correr es un deporte de habilidad, descubrirás que muchos de los principios básicos del método de la postura son de sentido común, y en ellos me apoyo siempre que es posible.
Por tu parte, como persona dedicada a mejorar su rendimiento, tu reto será cumplir con las funciones de profesor y estudiante. Como un profesor sustituto al que se le asigna un aula con una materia que desconoce, el profesor necesita ir un capítulo o dos por delante respecto al papel de estudiante. Como apuntan las citas de Bach y Séneca al comienzo del capítulo, al combinar el papel de profesor y estudiante, mejorarás mucho en tu intento por adoptar el método de la postura.
Desde un punto de vista práctico, esto significa asimilar por completo los conceptos del método de la postura que abordaremos más adelante en esta parte. Como profesor, durante los ejercicios físicos del método de la postura de las partes cuarta y quinta, puedes hablar con total confianza contigo como estudiante. Siéntete libre de dirigirte a ti mismo en segunda persona, es decir, «Bueno, lo que necesitas hacer es…»; esto es, enseña a tu cuerpo a hacer lo que tu mente ya ha visualizado.
Tal vez el factor más importante para aprender el método de la postura sea querer plantearse, aceptar y aprender los elementos del método que no se adaptan a las ideas convencionales. Después de todo, si el método de la postura fuera convencional, de poco serviría este libro.
Cuando te adentres en estas áreas poco convencionales, necesitarás un esfuerzo adicional para captar la lógica y luego plasmar esa aceptación intelectual en sensaciones físicas que te lleven a la ejecución específica de los movimientos.
Como expusimos antes, primero necesitas aceptar que correr es una destreza, un arte del movimiento. Como todas las demás artes del movimiento, incluyendo la danza, el ballet, el tenis, la natación o las artes marciales, hay que enseñarla. Desde luego, existe la destreza espontánea y la adquisición de técnica. La selección natural dicta que sin ninguna formación específica algunas personas sepan pintar, cantar, bailar o correr con destreza. Así son las cosas. Pero incluso en esos casos, el rendimiento máximo se alcanza sólo mediante la tutela de un profesor o una autoformación estructurada.
La misma selección natural que dota a ciertas personas de maestría atlética o artística determina que algunos corredores siempre hayan usado las técnicas que encarna el método de la postura. A pesar de que no haya una técnica aceptada para correr y nadie la enseñe, algunos corredores se mueven de este modo naturalmente.
Cuando Michael Johnson dejó electrificado al mundo con sus actuaciones de medalla de oro en los 200 y 400 metros lisos en los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta, los analistas de televisión y los periodistas deportivos hicieron numerosas referencias a sus «zancadas cortas y picadas» y a su postura erguida al correr. Al ver las repeticiones en vídeo, quedaba claro que la técnica de Johnson era muy distinta a la de todos sus competidores, que daban zancadas más largas y se inclinaban más hacia delante. Los comentaristas mencionaron la diferencia, pero ninguno se planteó analizarla.
Después de los juegos, el entrenador de Johnson, Clyde Hart, mencionó en un artículo de Runner’s World que el estilo de Johnson le resultaba inusual y posiblemente incluso extraño (1). Sin embargo, Hart era lo bastante listo como darse cuenta de que ese estilo le servía bien a Johnson, por lo que nunca le sugirió que lo cambiara.
En el otro lado del espectro, otro campeón olímpico y plusmarquista mundial de 5 y 10 km, Haile Gebrselassie, declaró a la revista Running Times cómo se creó su técnica. «Cuando tenía 14 o 15 años, recuerdo que mi hermano trató de animarme dándome un par de zapatillas para correr. Pero las lancé lejos, porque estaba acostumbrado a correr con los pies descalzos y las zapatillas eran muy pesadas.» (2)
Lo interesante es que ambos corredores, quizá los mejores velocista y fondista respectivamente de la historia, comparten casi la misma técnica. Como pasaba con los antiguos griegos, las carreras largas con los pies descalzos forjaron el estilo de Gebrselassie. Intenta correr descalzo unos momentos por la hierba y verás que los corredores descalzos no aterrizan sobre los talones. Estos corredores aterrizan sobre el antepié y con la mayor ligereza posible. Aunque no sé de dónde sacó Johnson su estilo, también él aterriza sobre el antepié. Y esas zancadas cortas y picadas que cautivaron a la audiencia olímpica muestran el rápido cambio que le llevó a conseguir una marca que quita el aliento: 19,32 segundos en los 200 metros olímpicos, quizá la mejor carrera de la historia.
Si te acercases a Johnson o a Gebrselassie y les dijeras: «Veo que usas el método de la postura en carrera», estoy absolutamente seguro de que ninguno tendría la más remota idea de qué les estás hablando. Pero el hecho es que los dos aterrizan sobre el antepié, corren con una zancada compacta, reducen a la mínima expresión los movimientos inútiles y mantienen las piernas siempre flexionadas. La selección natural y un entrenamiento acertado han hecho de ellos atletas modelo del método de la postura.
Hasta el momento sólo he explicado los conceptos que comprenden el método de la postura. Lo que quiero es que desarrolles un sentido histórico, la razón y las posibilidades inherentes a su desarrollo. A menos que sepas por qué haces algo, es muy difícil dedicarte a ello. Y el proceso de cambiar un hábito físico muy arraigado como la zancada al correr es tanto mental como físico. Sin duda habrá muchas ocasiones en que quieras dejarlo todo, salir por la puerta y correr 8 kilómetros de forma «natural».
Así, pues, hay dos cosas que no quiero que ocurran. La primera, no quiero que experimentes con el método de la postura antes de que hayas alcanzado un conocimiento intelectual de él. Y la segunda, no quiero que abandones tu intento por dominarlo antes de que hayas experimentado de verdad las sensaciones físicas del método. En el capítulo siguiente hablaremos de los métodos por los que adquirimos nuevos conocimientos, y luego, sólo entonces, estarás listo para comenzar el proceso de enseñanza/aprendizaje.
1. Wischnia, B. 1996. «Point to Point». Runner’s World, octubre, vol. 31, nº 10: 16.
2. Mackay, D. 1998. «Record Quest». Running Times, julio-agosto, nº 250: 58-62.