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ОглавлениеPRÓLOGO
Los «movimientos viven y se desarrollan», dijo un famoso filósofo ruso del siglo XX, Nikolai Bernstein, padre de la «fisiología de la actividad» y uno de los fundadores de la cibernética, tal como se denomina a la ciencia de la formación de movimientos y sistemas complejos de control. Desde la época de Bernstein, desvelar la vida secreta de los movimientos y formular las reglas que regulan los procesos de su desarrollo se convirtieron en la materia de investigación de muchos científicos del mundo, y en el sueño de muchos entrenadores.
No obstante, como es bien sabido, pocas veces la naturaleza revela gratis sus secretos, y se muestra cauta a la hora de elegir a los merecedores de ese privilegio. Quien posee información, posee el mundo o, por lo menos, puede conseguir mucho más que alguien a quien le está negado el conocimiento, o no lo acepta.
Por lo que se refiere a los secretos de un fenómeno de la actividad del movimiento como correr, el elegido parece haber sido Nicholas Romanov. Parece que fue el primero en darse cuenta de que la aparente simplicidad de los movimientos cuando corremos está plagada de trampas, y que suelen ser infructuosos los intentos de elaborar técnicas para correr acordes a postulados inciertos de la biomecánica de los deportes —o siguiendo el dicho de los entrenadores, «haz como yo».
Correr es un movimiento cíclico, y cualquier error técnico se multiplica en todos y cada uno de sus ciclos. Así, alguien que busca mejorar su salud en cada zancada se daña el tendón de Aquiles, la tibia o la articulación de la rodilla, o la columna vertebral, o los músculos o ligamentos. Como resultado, en vez de estimular el fortalecimiento de esas partes de su aparato locomotor, les inflige daños casi irreparables.
El método de Nicholas Romanov se basa en conocimientos estrictamente científicos sobre los secretos de correr en armonía con la naturaleza y con las leyes de la biomecánica del movimiento humano. Su integridad metodológica y sus fundamentos libres de toda controversia están condicionados por el uso de la fuerza de la gravedad como factor natural del campo de fuerza de un movimiento como correr, y también por algoritmos psicológicos-pedagógicos para que los principiantes alcancen un claro entendimiento de la esencia de la carrera y, lo más importante, adquieran una marcha fácil y sin restricciones, con un coste energético aceptable.
La universalidad de la tecnología de la enseñanza y la perfección de esta técnica de carrera que ofrece el doctor Romanov descansan en el hecho de que, casi con los mismos logros en los resultados deportivos, es útil para los profesionales del deporte y los atletas aficionados, así como también para cualquier hombre o mujer que «corra para mantener la salud». Todos estos grupos obtendrán todo cuanto necesitan de esta tecnología: resultados y buena salud.
Para los atletas, el único inconveniente de este método es su incompatibilidad con el dopaje y cualquier otro estimulante prohibido para el deporte o la capacidad física en el trabajo (eficiencia). Con el fin de obtener ciertas ventajas para el corazón, los vasos sanguíneos y los músculos, tal vez los corredores aficionados tengan problemas para abandonar la vieja creencia de que es posible correr de cualquier modo, incluso aterrizando sobre los talones para apoyarse. Aquí se les planteará un estilo de correr muy diferente, con una técnica distinta, sensaciones muy diferentes y ventajas que mejorarán su salud.
Una advertencia: para países como Estados Unidos y Rusia, las oportunidades perdidas sin este nuevo método de enseñanza y tecnología del entrenamiento se calculan en miles de millones de dólares a escala nacional, y en cientos de miles para el presupuesto familiar de sus ciudadanos.
Al final de esta introducción para el libro de Nicholas Romanov, me di cuenta de que siento cierta envidia de sus futuros lectores, porque todavía tienen por delante muchas horas de dicha descubriendo su contenido y disfrutando de él, lo cual para mí ya es demasiado tarde…
Profesor Vadim Balsevich
Miembro correspondiente de la Academia Rusa de Educación