Читать книгу ¿Cómo correr? - Nicholas Romanov - Страница 22
ОглавлениеCapítulo 10
No podrás poseer lo que no llegues a entender.
Goethe
PENSAR… VER… SENTIR
La gente aprende por distintos medios. Algunos racionalizan, otros visualizan y otros se mueven por las percepciones (fig. 10.1). En realidad, todos utilizamos elementos propios de estos procesos, pero en grado variable y dejando que uno de los métodos sea dominante. El reto de prepararte para aprender por ti mismo el método de la postura pasa por estar seguro de que, sin importar lo que aprendas, dispondrás de un método seguro y fácil de seguir al pasar de los preceptos intelectuales del método a su aplicación física.
Llamaremos «qué» a la vertiente intelectual y «cómo» a la vertiente física. El qué y el cómo existen de manera independiente, pero en el proceso de aprendizaje del método de la postura deben fusionarse. Por razones de simplicidad, los consideraremos por separado, aunque más adelante los combinaremos en un proceso integrado para tu autoformación.
El proceso de aprender a correr depende de una serie de ejercicios especiales; pero, igual de importante, también experimentarás un progreso desde un complejo de conocimientos e ideas sobre el movimiento y una serie de visualizaciones del movimiento hasta una serie de sensaciones y percepciones del movimiento. Crearemos distintas estructuras de movimiento, de manera específica del movimiento en carrera. Nuestro objetivo final es una estructura biomecánica para correr que incorpore las estructuras de pensamiento, la visualización y las sensaciones. Luego unificaremos estos marcos estructurales del tiempo y el espacio en un complejo holístico: el acto de correr a la perfección.
Figura 10.1. Percepciones que usamos para enseñar el movimiento.
Nuestros amigos los antiguos griegos se refieren a la estructura como la ley de unificar las partes del todo. Para completar con éxito tu formación, activaremos las tres estructuras implicadas en este proceso. Seamos sinceros, no será fácil.
Primero, tenemos que destilar los componentes clave, el qué y el cómo, aportando explicaciones que seas capaz de asimilar, sin importar si aprendes por razonamiento, visualización o sensaciones.
Para los pensadores de entre nosotros, tenemos que demostrar la lógica de combinar ciertas áreas del conocimiento en un todo integrado. Para un «pensador», la explicación comienza del siguiente modo: correr es la transferencia del cuerpo horizontalmente por el tiempo y el espacio. Esta transferencia se consigue alternando posturas de una pierna a la otra, una y otra y otra vez. La formación del «pensador» se produce de forma manual, con cada paso del proceso de la carrera articulado con cuidado. Por el camino, mezclamos explicaciones científicas sobre las fuerzas gravitatorias con la propia experiencia del estudiante para conseguir los movimientos normales al correr.
El proceso para un «visualizador» es muy distinto. En el caso del visualizador, empleamos claves visuales o auditivas apropiadas e imágenes de la naturaleza. A un visualizador se le puede pedir que corra como un guepardo, que salte como un canguro o que aproveche la gravedad como una vela hinchada por el viento.
Por último, para aquellos que aprendan por las sensaciones, nos referimos a sensaciones temporales, espaciales, equilibrio, aceleración, contracciones musculares y relajaciones, etc. Todas estas sensaciones ocupan un lugar en la estructura de la carrera. Si bien los corredores principiantes presentan un desarrollo mínimo de las experiencias sensitivas clave, los corredores de elite a menudo tienen una conciencia aguda de sus más mínimos movimientos. ¿Tú aprendes con sensaciones? He aquí unas pruebas sencillas de tu percepción del tiempo y el espacio.
Figura 10.2. Comprueba tu sentido del tiempo parando sin mirar el cronómetro en 5 segundos.
Sin mirar, intenta detener un cronómetro transcurridos 5 segundos (fig. 10.2). Los buenos corredores a menudo se equivocan una y otra vez en una décima de segundo. ¿Cómo se consigue? Tal vez te asombre descubrir que detienes el cronómetro siempre entre tres y siete segundos. Tu sentido del tiempo tal vez no sea lo que creías que era.
He aquí otra prueba para los sentidos. Cierra los ojos y pide a un amigo que apoye muy ligeramente los dedos sobre tu brazo. Luego dile a tu amigo cuántos puntos de contacto percibes. Tu respuesta tal vez os sorprenda a ambos. Por último, intenta mantener el equilibrio en la postura mostrada en la figura 11.2 (pág. 65). No es tan fácil, ¿eh?
Lo que estos sencillos experimentos nos demuestran es que somos distintos en nuestra capacidad innata para distinguir elementos clave del tiempo, espacio y equilibrio. A su vez, esto demuestra que todos seremos diferentes en nuestra capacidad para dominar una nueva destreza que comprende un movimiento equilibrado en el tiempo y el espacio.
Del mismo modo que un buen músico distingue con facilidad los matices más sutiles del sonido y un artista «conoce» los colores, un buen corredor debe aprender a ser muy consciente del tiempo, el espacio, el equilibrio y el tacto para coordinar sus movimientos y correr de la mejor forma posible.
Para asimilar de manera correcta el método de la postura, tenemos que depender de los conceptos del pensamiento, la visualización y las sensaciones de correr. Comenzaremos con el qué y el cómo, pero terminaremos sabiendo, viendo y sintiendo.