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3.1 ¿Cómo participa la sangre en la defensa antimicrobiana?
ОглавлениеLa sangre es un tejido líquido que circula por un sistema de vasos comunicantes formado por capilares, vénulas, arteriolas, venas, arterias, aurículas y ventrículos (estos dos últimos en el corazón).
Se compone de una matriz líquida (el plasma) y de una fase sólida, con varios tipos de células, entre los que se encuentran los glóbulos rojos (o hematíes) –transportan oxigeno de los pulmones a todas las células– los glóbulos blancos (o leucocitos) y las plaquetas (participan en la coagulación de la sangre).
Los leucocitos son células que circulan por la sangre, pero que además tienen capacidades migratorias para acceder a todos los tejidos del cuerpo.
Los leucocitos se programan desde la vida intrauterina para reconocer lo que es propio a un organismo de lo que es ajeno, provocando reacciones cuando lo enfrentan por primera vez o en episodios posteriores.
El funcionamiento de los leucocitos podría asemejarse a microcerebros circulantes, que permanentemente inspeccionan tejidos, para hacer sonar alarmas que desencadenen reacciones frente a las agresiones. Para ello, fabrican y liberan numerosas sustancias (agua oxigenada, anti microbianos y bioproductos pro inflamatorios) cuando detectan un cambio estructural en alguna parte del individuo o la intrusión de un microbio (cerebros sensores en perpetuo movimiento).
El hemograma (conteo sanguíneo) es un parámetro que expresa el número y proporción de las células circulantes en la sangre.
El número normal de leucocitos se sitúa entre 4.500 y 10.000 por milímetro cúbico (micro litro) de sangre y el análisis de la proporción de los diferentes tipos de leucocitos se conoce como fórmula sanguínea.
Si la cantidad de leucocitos es baja, puede ser el reflejo de una producción insuficiente (los glóbulos blancos y los rojos son producidos en la médula ósea) debido a infecciones, alimentación deficiente, mala absorción, tumores, cicatrizaciones anormales, enfermedades de hígado o del bazo, exposición a radiaciones, a medicamentos, etc.). Los valores altos pueden ser la alerta de una infección o ser el marcador de enfermedades de la sangre, de problemas de tiroides, de gota, de fiebre reumática y de ciertos traumatismos.
La fórmula sanguínea diferencia distintos tipos de leucocitos:
Las células polinucleares de la sangre (llamadass polimorfonucleares, PMN).
Son leucocitos que al microscopio muestran imágenes con varios núcleos en el interior de cada célula. La proporción de PMN oscila entre el 55% y el 70% del total de los leucocitos.
En personas con infecciones, el número de PMN o la proporción puede aumentar.
Una disminución de la proporción de PMN neutrófilos puede revelar una anemia, ser el resultado de la quimioterapia antitumoral, de una infección viral o bacteriana generalizada, de efectos adversos de medicamentos o de una exposición a radiaciones.
Dependiendo del aspecto que presenten los PMN, pueden a su vez distinguirse PMN neutrófilos, PMN basófilos y PMN eosinófilos.
Los polimorfonucleares neutrófilos, que contienen gránulos con tintes neutros o que casi no se colorean, son mayoritarios (generalmente más del 70%), con valores de 2500 a 7000 por micro litro en el adulto y entre 9000 y 30000 en el recién nacido.
Los polimorfonucleares eosinófilos, contienen varios núcleos rodeados de gránulos rojizos y anaranjados, y representan 1 al 4% de los glóbulos blancos. Su proporción aumenta por infestaciones con parásitos o en alergias crónicas.
Los polimorfonucleares basófilos, son PMN que participan activamente en las respuestas alérgicas. Contienen gránulos azul oscuro con sustancias activas sobre los vasos (dilatadoras), anticoagulantes biológicos, histamina, y productos tóxicos que contraen músculos de las vías respiratorias.
3.1.1 Las células mononucleares de la sangre
Los monocitos, son leucocitos con un sólo núcleo en forma de riñón, y casi no muestran gránulos. Representan entre el 2 y el 8% de los glóbulos blancos. La cantidad o la proporción de monocitos aumenta durante las infecciones virales o parasitarias y en ciertos tumores y enfermedades de la sangre.
Los monocitos pueden ingerir y destruir a los microbios, y cuando desde la sangre atraviesan las paredes de los vasos y penetran los tejidos, se transforman en macrófagos.
Los macrófagos son centinelas de los tejidos, capaces de reconocer microbios, células muertas y cuerpos extraños en los tejidos, ingiriéndoles y produciendo mensajes bioquímicos (citocinas y quimiocinas) que actúan sobre los vasos sanguíneos cercanos para alertar al sistema inmune, atrayendo como si fueran imanes biológicos a más leucocitos. En ese micro entorno, los macrófagos reclutan y activan numerosas células capaces de producir y liberar sustancias para activar a otros macrófagos, y en ese caso, el sitio de la agresión tiende inflamarse, agravarse y hasta cronificarse.
El aumento del porcentaje de monocitos puede reflejar una afección inflamatoria crónica, una infestación parasitaria, tuberculosis o virosis (mononucleosis infecciosa, paperas, sarampión, etc.).
3.1.2 Los linfocitos
Linfocitos son leucocitos con 1 núcleo redondo, y representan del 25 al 40% del total de leucocitos. Aumentan en infecciones virales y en algunas neoplasias (tumores). Los linfocitos están dotados de una memoria biológica que registra tanto todos los elementos propios a un individuo como la exposición previa a un microbio o a una vacuna. Este fenómeno hace que frente a una nueva exposición a un agente infeccioso el sistema inmunitario actúe defendiendo al huésped o rechace trasplantes.
Se han distinguido en principio dos tipos de linfocitos dependiendo de la función que cumplen:
Linfocitos B, son los que producen y secretan anticuerpos (proteínas que se unen a los microbios facilitando su destrucción).
Linfocitos T, que reconocen células infectadas por microbios para destruirlas con ayuda de los macrófagos.
El aumento de linfocitos puede ser el resultado de infecciones bacterianas crónicas, de virosis en general (Hepatitis virales, mononucleosis, paperas, sarampión, etc.) y de enfermedades de la sangre, a veces malignas. La disminución del porcentaje de linfocitos se observa por el uso prolongado de cortisona, por algunas infecciones virales (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), por efectos adversos de ciertos medicamentos, durante quimioterapias antitumorales, etc.