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3.2 ¿Cómo se articulan los aparatos protectores?

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El sistema de defensa antimicrobiano, reconoce lo propio de un individuo, lo de su grupo familiar cercano y lo de su especie. Funciona como mecanismos innatos no-específicos y con sistemas adaptativos frente a situaciones desconocidas.

3.2.1 Mecanismos de defensa innatos

Son los procesos fisiológicos que conforman la primera línea de protección contra la agresión microbiana. Funcionan como simples barreras físicas en todos los seres humanos y los efectos se encuentran en permanencia listos para actuar. Entre los componente innatos se destaca por ejemplo la tos para expulsar microbios de las vías aéreas, o las sustancias desinfectantes que se encuentran en las lágrimas, en la saliva, en tejidos de las mucosas genitales, oftálmicas y nasales, o en los productos grasos que secreta la piel, en el moco nasal que atrapa partículas, en el ácido del estómago, en proteínas fabricadas en el hígado que circulan en la sangre y se activan para ayudar a digerir sustancias extrañas (sistema del complemento) y en los interferones y citocinas.

3.1.2 Mecanismos de defensa adaptativos (o adquiridos)

Son procesos que se ponen en marcha frente a re-exposiciones a un microbio o a sus venenos. Forman parte de lo que se denomina inmunidad humoral y de la inmunidad celular, fenómenos que se ponen en marcha transcurrido cierto tiempo de producida el reconocimiento de una infección (en individuos que se han topado previamente específicamente con un agente infeccioso o fueron vacunados).

La dinámica de la defensa contra los microbios hace que la especificidad de los leucocitos que se infiltran de la sangre hacia los sitios afectados, varíe según el tipo de microbio. En la mayor parte de las situaciones, los PMN neutrófilos predominan durante las primeras 6 a 24 horas (la rápida aparición de PMN neutrófilos en los espacios infectados es la resultante de su abundancia en la sangre), pudiendo ser reemplazados por monocitos. En esas circunstancias, después de quitar el torrente sanguíneo y entrar en los tejidos, los PMN neutrófilos desaparecen al cabo de 24 a 48 horas.

Los monocitos, llegan más tarde, y sobreviven y proliferan en los tejidos (transformándose como indicado en macrófagos). Su mera presencia genera el inicio de reacciones inflamatorias, y una vez digeridos los microbios, en el interior de los monocitos se seleccionan fragmentos representativos de esos microbios –llamados antígenos– para ser presentados a los linfocitos T y de esta manera disparar una respuesta inmune adquirida. Los monocitos cumplen el rol de carroñeros, porque además de ingerir microbios, ayudan a eliminar las células viejas, desgastadas y muertas.

Las reacciones inflamatorias (que pueden o no ser provocadas por microbios) –dependiendo de en qué órgano de un individuo se produzcan– se identifican con el sufijo -itis (faringitis, laringitis, colitis, bronquitis, sinusitis, otitis, hepatitis, nefritis, prostatitis, uretritis, conjuntivitis, endocarditis, bronquitis, vaginitis, etc.).

La gente y los microbios

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