Читать книгу ¿Psicólogo o no psicólogo? Cuándo y a quién consultar - Patrick Delaroche - Страница 5
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Las dificultades del niño expresan un sufrimiento
El síntoma es una señal de alarma
♦ Ansiedad
ОглавлениеAun siendo pequeño, el niño puede estar sometido a la ansiedad y ser consciente de ello. Evidentemente, absorbe la de sus padres, pero no es la única explicación a su sufrimiento.
Sonia, de 6 años, es la menor de tres hijas, la mayor de la cual se ha suicidado hace poco. Pero sus problemas empezaron antes. De sí misma dice: «Todo me da miedo. Tienen que acompañarme para ir al retrete». Pide ayuda y quiere hablar; sus dificultades vienen de lejos, las expresa fácilmente y es consciente de ellas. Está claro que no se trata de un problema puntual: existe lo que se llama inicio de neurosis, es decir, unos síntomas que pueden organizarse y volverse repetitivos.
Francisco, de 8 años y medio, tiene un largo historial de enfermedades. Con 2 meses y medio, tuvo una erupción en el momento del destete con vómitos y diarreas que le obligaron a permanecer cuarenta y ocho horas en el hospital. Después, tuvo espasmos del sollozo. Con 3 años, sufrió una grave infección (salmonelosis); con 7, se fracturó el puño, y con 8, tuvo ataques de pielonefritis (infección de las vías urinarias) debidos a una malformación de las vías excretoras. Cuando lo veo, de entrada dice que ha venido para hablar de sus ansiedades. Sabe que cuando «nos explicamos dejamos de tener miedo y que si hablamos de todo nos sentimos más tranquilos». Cuenta sin dificultad las pesadillas que evocan los miedos que debió de sentir en el hospital: está rodeado de tubos, hay agua que gotea y de repente se produce un terremoto. O está rodeado de «muchos señores que quieren matarlo». ¿De qué tiene miedo? De tener muchas enfermedades; el tétanos, por ejemplo. Tiene miedo a ahogarse si hay mucho humo, miedo a las avispas, a las arañas, a las serpientes. Su madre explicará que tiene muchas manías, porque le da miedo el contacto con la suciedad y los microbios. En este caso, se ve claramente que el tratamiento requerirá tiempo.
El niño puede luchar contra la ansiedad mediante mecanismos de defensa que son verdaderos síntomas que interfieren en la vida diaria y que pueden organizarse en forma de neurosis. Francisco lucha contra la suya empezando a establecer lo que se conoce como ritos. Estos ritos son mecanismos mágicos que el niño inventa para evitar la ansiedad: por ejemplo, piensa que, si toca tantas veces la puerta o el grifo, estos elementos permanecerán cerrados a pesar de una intervención externa. Otros niños focalizan su ansiedad en un objeto determinado capaz de representar el peligro. Esta ansiedad, a su vez, puede angustiar a los padres, y así se crea un círculo vicioso. Por ello es importante tranquilizarlos y mostrarles que el niño tiene derecho a angustiarse, porque como todo ser humano está sujeto al sufrimiento físico y psíquico, y también que ellos no son los más adecuados para resolver esta ansiedad. Estos dos niños podrán optar por una psicoterapia porque hablan abiertamente y son conscientes de que necesitan una ayuda externa, a pesar de su tierna edad.