Читать книгу ¿Psicólogo o no psicólogo? Cuándo y a quién consultar - Patrick Delaroche - Страница 8
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Las dificultades del niño expresan un sufrimiento
El síntoma es una señal de alarma
♦ Problemas de comportamiento
ОглавлениеLos problemas de comportamiento que preocupan a los padres y en la escuela esconden realmente auténticos trastornos psicológicos desconocidos por el propio individuo.
Ali, de 8 años y medio, está en tercero y es muy lento en clase. Los demás se ríen de él, le tratan de «miedica». Es enurético. Aunque es cariñoso, en ocasiones está raro e inquietante: un día, por ejemplo, sus padres le encontraron en el garaje oliendo gasolina, comportamiento que confiesa tener desde hace tiempo. Estando en casa de una niñera, con 3 años, unos niños mayores le sometieron a una felación. Es víctima de sus compañeros y, para anticiparse a sus insultos, «se maltrata» a sí mismo, lo cual exacerba su sadismo. La psicoterapia, precedida de numerosas sesiones de psicodrama, le ayudará a afrontar una adolescencia durante la cual podrá finalmente ser feliz.
Antonio, de 10 años, está en sexto y es muy tímido, incluso en familia. Un día dijo a su madre, llorando, que se sentía mal consigo mismo y le confesó: «¡Lo que me gusta es mi cerebro, el resto no!». Desde que lo atropelló un coche, no puede pensar en ir solo a la escuela sin sentir terror. De hecho, le dan miedo muchas cosas, y sobre todo quedarse solo en casa. Cree que tiene ideas extrañas, que califica de idiotas.
Pedro, de 9 años, está en segundo. Está tan bloqueado que prácticamente siempre está rígido. Lo envía el médico de la escuela porque en clase le dan ataques de risa. Se niega a trabajar, hace pequeños montones de papel y los recorta. Cuando le examinan, parece muy triste y responde con voz baja. La psicoterapia, tratamiento muy largo, será difícil. Pedro no puede decir nada y no quiere dibujar si el terapeuta no hace lo mismo. Al cabo de dos años, empiezo a tratarle con psicodrama. Entonces, cuenta escenas de discusión con su hermano. En una escena en la que interpreta a su hermano, enseguida queda claro que este le aterroriza y seguramente le infringe violencia sexual. Después del psicodrama, Pedro no recuperará su retraso escolar, pero seguirá una formación profesional y será feliz.
Francisco, de 12 años, está repitiendo primero de secundaria. Siempre se opone a todo y está violento. A veces, cuando le dan los ataques, pide ayuda, dice que se vuelve loco y que se «internará» solo. Sin embargo, no llega a decir qué problema tiene. Su perro murió hace tres años y desde entonces está triste. Sobre todo sufre por la ausencia de su padre, que se ve obligado a trabajar lejos. Al cabo de numerosas sesiones de psicodrama, queda claro que Francisco tiene mucho miedo y que sufre auténticas fobias. Estas fobias, sobre todo por la noche, le obligan a ir a la cama de su madre cuando está sola. Esta proximidad con la madre mantiene la fobia.
Un comportamiento difícil suele conllevar a cambio una intervención inadaptada de los padres, que pueden sancionar por ejemplo una inestabilidad. Sin embargo, detrás de esta fachada existe un sufrimiento psicológico profundo que no llega a decirse, a saber, ansiedad o depresión. La depresión suele enmascararse detrás de una excitación o una agresividad que solo puede desaparecer si se reconoce la causa. Así el psicodrama individual que recrea las condiciones de aparición de los problemas ayuda a descubrir el origen del trastorno.