Читать книгу Antología de prosistas castellanos - Ramón Menéndez Pidal - Страница 10
Enxienplo xxxv.—De lo que contesçió a un mançebo que casó con una muger muy fuerte et muy brava.
ОглавлениеOtra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, et díxole: «Patronio, un mio criado me díxo quel traían cassamiento con una muger muy rica, et aun que es más onrada que él et que es el casamiento muy bueno para él, sinon por un enbargo que í ha; et el enbargo es éste: díxome quel dixeran que aquella muger que era la más fuerte et la más brava cosa del mundo. Et agora ruégovos que me consejedes si le mandaré que case con aquella muger, pues sabe de qual manera es, o sil mandaré que lo non faga.»
«Señor conde Lucanor», dixo Patronio, «si él fuer tal commo fué un fijo de un omne bueno que era moro, consejalde que case con ella; mas si non fuere tal, non gelo consejedes.» Et el conde le rogó quel dixiesse commo fuera aquello.
Patronio le dixo que en una villa avía un omne bueno que avía un fijo el mejor mançebo que podía ser, mas non era tan rico que pudiesse conplir tantos fechos et tan grandes commo el su coraçón le dava a entender que devía conplir; et por esto era él en grand cuydado, ca avía la buena voluntat et non avía el poder.
Et en aquella villa misma avía otro omne muy más onrado et más rico que su padre, et avía una fija et non más, et era muy contraria de aquel mançebo, ca quanto aquel mançebo avía de buenas maneras, tanto las avía aquella fija del omne bueno de malas et revesadas; et por ende omne del mundo non quería casar con aquel diablo.
Et aquel tan buen mançebo vino un dia a su padre et díxole que bien sabía que él non era tan rico que pudiesse darle con qué él pudiesse bevir a su onra, et que pues le convinía a fazer vida menguada et lazdrada o irse daquella tierra, que si él por bien tobiesse, quel parescía mejor seso de catar algun casamiento con que pudiesse aver alguna passada.[84] Et el padre le dixo quel plazía ende mucho si pudiesse fallar para él casamiento que le cunpliesse. Et entonçe le dixo el fijo que si él quisiesse, que podría guisar que aquel omne bueno, que avía aquella fija, que gela diesse para él. Et quando el padre esto oyó, fué muy maravillado et díxol que commo cuidava en tal cosa, que non avía omne que la conosçiesse que, por pobre que fuesse, quisiesse casar con ella. Et el fijo le dixo quel pidía por merçed quel guisasse aquel casamiento; et tanto lo afincó que commo quier que el padre lo tovo por estraño, que gelo otorgó. Et fuesse luego para aquel omne bueno, et amos eran mucho amigos, et díxol todo lo que passara con su fijo, et rogól que pues su fijo se atrevía a casar con su fija, quel plogiesse et gela diesse para él. Quando el omne bueno esto oyó a aquel su amigo, díxole: «Par Dios, amigo, si yo tal cosa fiziesse, seer vos ía muy falso amigo, ca vos avedes muy buen fijo, et ternía que fazía muy grand maldat si yo consintiesse su mal nin su muerte; casó çierto que si con mi fija casase, que sería muerto o le valdría mas la muerte que la vida. Et non entendades que vos digo esto por non conplir vuestro talante, ca si la quisiérdes, a mí mucho me plaze de la dar a vuestro fijo o a quien quier que me la saque de casa.» Et aquel su amigo le díxo quel gradesçía mucho quanto le dizía, et que pues su fijo quería aquel casamiento, quel rogava que le pluguiesse.
Et el casamiento se fizo, et levaron la novia a casa de su marido. Et los moros an por costunbre que adovan de cenar a los novios et pónenles la mesa et déxanlos en su casa, fasta otro día; et fiziéronlo aquellos assí; pero estavan los padres et las madres et los parientes del novio et dela novia con grand reçelo, cuidando que otro día fallarían el novio muerto o muy mal trecho.
Luego que ellos fincaron solos en casa, assentaronse a la mesa; et ante que ella ubiasse a dezir cosa, cató el novio enderredor de la mesa, et vió un perro, et díxol yaquanto bravamente: «Perro, danos agua a las manos»; et el perro non lo fizo; et encomençósse a ensañar, et díxol más bravamente que les diesse agua a las manos; et el perro non lo fizo. Et desque vió[85] que lo non fazía, levantóse muy sañudo de la mesa, et metió mano a la espada et endereçó al perro; et quando el perro lo vió venir contra sí, començó a foir, et él en pos dél saltando amos por la ropa et por la mesa et por el fuego, et tanto andudo en pos dél fasta que lo alcanzó et cortól la cabeça et las piernas et los braços et fízolo todo pedaços, et ensangrentó toda la casa et toda la mesa et la ropa.
Et assí muy sañudo et todo ensangrentado, tornóse a sentar a la mesa, et cató enderredor, et vió un gato, et díxol quel diesse agua a manos; et por que non lo fizo díxole: «¿Commo, don falso, traydor, non vistes lo que fiz al perro por que non quiso fazer lo quel mandé?; yo prometo a Dios que si poco nin más porfías, que esso mismo[86] faré a ti que al perro.» Et el gato non lo fizo, ca tan poco es su costunbre de dar agua a manos commo del perro; et por que non lo fizo, levantóse, et tomól por las piernas et dió con él a la pared, et fizo dél mas de çient pedaços, et mostrando muy mayor saña que contra el perro.
Et assí, bravo et sañudo et faziendo muy malos contenentes[87] tornóse a la mesa et cató a todas partes; et la muger quel vió esto fazer, tovo que estava loco o fuera de seso et non dezía nada. Et desque ovo catado a cada parte, vió un su cavallo que estava en casa[88] (et él non avia más de aquel) et díxol muy bravamente que les diesse agua a las manos; et el cavallo non lo fizo. Desque vió que lo non fizo, díxol: «¡Cómmo, don cavallo! ¿cuydades que por que non he otro cavallo, que por esso vos dexaré si non fizierdes lo que yo vos mandare? Yo juro a Dios que tan mala muerte vos dé commo a los otros; et non ha cosa viva en el mundo que non faga lo que yo mandare, que esso mismo non le faga». Et el cavallo estudo quedo; et desque vió que non fazía su mandado, fué a él et cortól la cabeça, et con la mayor saña que podría mostrar, despedaçólo todo.
Et quando la muger vió que matava el cavallo non aviendo otro, et que dizía que esto faría a quien quier que su mandado non cunpliesse, tovo que esto non se fazía ya por juego et ovo tan grand miedo que non sabía si era muerta o biva. Et él assi bravo et sañudo et ensangrentado, tornóse a la mesa, jurando que si mil cavallos et omnes et mugeres oviesse en casa quel saliessen de mandado, que todos serían muertos. Et asentósse, et cató a cada parte teniendo la espada sangrentada en el regaço; et desque cató a una parte et a otra et non vió cosa viva, bolvió los ojos contra su muger muy bravamente et díxol con grand saña, teniendo la espada en la mano: «Levantad vos et dat me agua a las manos.» Et la muger que non esperava otra cosa sinon quela despedaçaría toda, levantóse muy apriessa et diól agua a las manos; et díxole él: «¡Cómmo gradesco a Dios por que feziestes lo que vos mandé, ca de otra guisa, por el pesar que estos locos me fizieron, esso oviera fecho[89] a vos que a ellos!» Et despues mandól quel diesse de comer, et ella fízolo; et cada que él dezía alguna cosa, tan bravamente gelo dizía et en tal son, que ella ya cuidava que la cabeça era ida del polvo.
Et assi pasó el fecho entrellos aquella noche, que nunca ella fabló, mas fazía lo que él mandava. Et desque ovieron dormido una pieça, díxo él: «Con esta saña que ove esta noche, non pude bien dormir: catad que non me despierte cras ninguno et tened me bien adobado de comer.»
Et quando fue grand mañana,[90] los padres et las madres et los parientes llegáronse a la puerta, et por que non fablava ninguno, cuidaron que el novio estava muerto o ferido, et desque vieron por entre las puertas a la novia et non al novio cuidáronlo más. Et quando ella los vió a la puerta, llegó muy passo et con grand miedo et començóles a dezir: «Locos, traidores ¿qué fazedes e commo osades llegar a la puerta nin fablar?; callad, si non todos, tan bien vosotros commo yo, todos somos muertos.» Et quando todos esto oyeron, fueron muy maravillados, et desque sopieron commo passaron en uno, presçiaron mucho el mançebo que assí sopiera fazer lo quel cunplía, et castigar[91] tan bien su casa. Et daquel dia adelante fue aquella su muger muy bien mandada et obieron muy buena vida.
Et dende apocos dias su suegro quiso fazer assí commo fiziera su yerno, et por aquella manera mató un gallo et díxole su muger: «A la fe don fulán, tarde vos acordastes, ca ya non vos valdría nada si matassedes çient cavallos, que ante lo ovierades a començar, ca ya bien nos conosçemos.»
«Et vos, señor conde, si aquel vuestro criado quiere casar con tal muger, si fuere él tal commo aquel mançebo, consejalde que case seguramente, ca él sabrá como passe en su casa; mas si non fuere tal que entienda lo que deve fazer et lo quel cunple, dexadle que passe su ventura. Et aun conséjovos que con todos los omnes que ovierdes a fazer, que sienpre les dedes a entender en qual manera an de passar conbusco.»
Et el conde obo éste por buen consejo, et fízolo assí, et fallóse dello bien. Et por que Don Johan lo tovo por buen enxienplo, fízolo escrivir en este libro, et fizo estos viessos que dizen assí:
Si al comienço non muestras qui eres,
nunca podrás después quando quisieres.
NOTAS
[61] Libro de los Estados 90º (pág. 335b de la Biblioteca de Autores Españoles, tomo LI). Los «fermosos latines», de que se alaba don Juan Manuel, no son «latinismos», como pudiera creerse, pues su lenguaje no es nada propenso al cultismo; la frase tiene un sentido más vago, quiere decir simplemente «expresiones elegantes».
[62] Para el lenguaje de don Juan Manuel, pueden verse: F. Dönne, Syntaktische Bemerkungen zu Don Juan Manuels Schriften, Jena, 1891, y S. Gräfenberg, Don Juan Manuel, El Libro del Cavallero et del Escudero, en Romanische Forschungen, VII, 1893, p. 523-549.
[63] Los pronombres enclíticos del infinitivo dependiente por medio de preposición, podían ir o con el verbo regente: tornólas a catar, o entre la preposición y el infinitivo, como se ve en el texto.
[64] Tener significa ‘pensar’, como en frases modernas: «tengo para mí que...»
[65] Debiera estar escrito sopiessedes; seguimos la ortografía del principal de los manuscritos conservados de las obras de Don Juan. Está escrito entre los siglos XIV y XV, y refleja la gran vacilación en el uso de la s y la ss que existía en muchas regiones de España. La imprenta vendrá a regularizar estas vacilaciones, y a seguir una ortografía más precisa, semejante a la de Alfonso el Sabio.
[66] Pensar de uno significaba ‘cuidar de él’; «e pensó dél», traduciendo el latín ‘et curam ejus egit’, Mio Cid, p. 79319. Análogo es el sentido del verbo en «pensar el caballo, pensar bien sus canes», etc., de donde se deriva el sustantivo pienso.
[67] Adviértase continuamente la ambigüedad en el uso del pronombre él, que notamos. Comp., pág. 24, nota 53; 33, nota 71; 41, nota 85.
[68] Guisa significaba, en general, ‘manera’, y aquí significa ‘manera de ser’ o ‘condición’. Se decía también «omne de alta guisa», por hombre de elevada posición social.
[69] Esta repetición de la conjunción que, fué corriente aun en él período clásico.
[70] Assossegar, ‘asentar, pactar’. El significado más corriente del verbo era ya entonces el moderno de ‘sosegar, calmar, pacificar’.
[71] Igual ambigüedad que respecto de él, puede notarse en el uso de la forma enclítica del pronombre.
[72] Poner significaba ‘convenir, concertar’, y poner en su coraçón significa literalmente ‘convenir consigo mismo’, es decir, ‘resolver, decidir’.
[73] Hasta el siglo XVII, el auxiliar usado con el participio de los verbos neutros o reflexivos, era ser en lugar de aver, así se decía «fué nacido, son llegados, ya eran idos, es levantado», junto a «lo avien fecho», etc. Véase Mio Cid, pág. 35913.
[74] También se decía esleirían. Es el verbo esleir forma popular, en vez de la moderna y culta elegir; se conjugaba como el moderno desleir, o con variantes propias de estos verbos con hiato.
[75] Esta forma vagar, que es la popular, fué sustituída por la culta vacar.
[76] Retraer, además de ‘referir, contar’, significaba ‘recordar, echar en cara’.
[77] Lo que con él avía passado, ‘lo que había tratado con él’, aludiendo a la promesa primera que el deán había hecho. En Cervantes hallamos: «entre los tres passaron un graciosissimo coloquio», Quijote, II, 2; ¿«qué coloquios pasó contigo»? I, 31, y después: «de lo que el cura y el barbero passaron con don Quixote cerca de su enfermedad», II, 1; siendo este último uso del verbo, igual al de don Juan Manuel, mal comprendido generalmente.
[78] En tal por ‘con tal’; así dicen todos los manuscritos de la obra.
[79] Esto es: ‘tantas veces le había faltado en lo que con él conviniera’. Comp. «que falleçríe en aquello que pussiera con ellos, e amenguaríe mucho de su prez e de su onrra», Crónica General, pág. 38 a, 9, y «nada non me compliste... ¿por qué me falesçiste», Fernán González, 545 d.
[80] ‘Le había prometido’; la forma verbal en ra conservó por mucho tiempo su valor etimológico de pluscuamperfecto.
[81] Solamente non ‘ni siquiera’. Usábase con igual sentido sol non: «sol non será pensado», Mio Cid, pág. 3928.
[82] Llegar por ‘hacer llegar, conducir’; «la merced que Dios le avía hecho en le llegar a tal estado», véase Mio Cid, pág. 7314; usual aun en el período clásico: «si Dios me llega a tener algo que de gouierno». Quijote, II, 5.
[83] Conoscer, como reconocer, significaba ‘agradecer’. De aquí el derivado más usual, desconocido, ‘desagradecido’.
[84] Passada es la ‘manera de vivir’; decimos hoy «un pasar». Así, Fr. Luis de Granada dice: «No pedimos superfluidades ni demasías, sino pan necessario y para de presente, y como una passada, pues no somos nacidos para perpetuarnos acá.»
[85] Nótese en todo este párrafo cómo, aunque se intercala varias veces un sujeto incidental (el perro), no se renueva después la mención del sujeto principal (el novio). Esta concisión sería hoy mirada como defectuosa.
[86] Esso mismo, o simplemente esso, significaba ‘lo mismo’, ‘igual’. Usábase aun en el período clásico: «como yo esté harto, esso me haze que sea de çanahorias que de perdizes», Quijote, II, 55; y «esso estima los palos que las vozes», Lope de Vega.
[87] Contenente, ‘gesto, ademán’. Hoy continente, significa más bien ‘compostura, aire del semblante o del cuerpo’.
[88] Había costumbre de albergar los caballos en la misma cámara donde las personas. La Crónica General nos dice en su capítulo 791: «et porque a aquella sazón era la guerra con los moros tan grand et tan cutiana, assí los cavalleros et los condes et aun los reis mismos paravan sus caballos dentro de sus palacios et aun, segund cuenta la estoria, dentro en sus cámaras o durmíen con sus mugieres, porque luego que oyessen ferir apellido, toviessen prestos sus cavallos et sus armas». Esta explicación, buscada en la guerra con los moros, es caprichosa; en otros países de Europa se conocía la misma costumbre.
[89] ‘Lo mismo hubiera hecho a vos’. Véase la nota 86 de la página 42.
[90] Grand mañana, ‘muy de mañana’ o simplemente ‘de mañana’. «Andidieron de noche, bien fasta los albores; Grant mañana por miedo de algunos pastores, Metiéronse en una cueva los traidores», Berceo, Santo Domingo, 434. Comp. fr. «de grand matin».
[91] Castigar, significaba simplemente ‘advertir’, ‘amonestar’ ‘ordenar’.