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II. ¿Qué es la Economía Circular? Definiciones y enfoques

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La EC es un enfoque sistémico que tiene en cuenta diferentes niveles (macro, meso y micro) y, por tanto, puede aplicarse a esos niveles. Cuando se aplica a nivel micro, la EC tiene que ver con empresas, productos y consumidores. A nivel meso, se refiere a las relaciones inter-empresa y parques eco-industriales. A nivel macro, se aplica a ciudades, regiones o naciones. Por tanto, la perspectiva sistémica de la EC subraya que esta puede ocurrir a todos esos niveles.

La perspectiva del “cierre de ciclos” pone el énfasis en los ciclos, tanto de materiales como de energía, que pueden lograrse a través de eco-innovaciones. Algunos distinguen tres “Rs” para cerrar estos ciclos (reducir, reusar y reciclar) (Liu et al., 2017), otros distinguen nueve “Rs” R0 (rehusar)1, R1 (repensar), R2 (reducir), R3 (reutilizar), R4 (reparar), R5 (renovar)2, R6 (remanufacturar), R7 (readaptar)3, R8 (reciclar), R9 (recuperar) (Potting et al 2017). Y, finalmente, otros consideran diez Rs: R0 (rehusar), R1 (reducir), R2 (revender, reutilizar), R3 (reparar), R4 (renovar), R5 (remanufacturar), R6 (re-adaptar), R7 (reciclar materiales), R8 (recuperar energía) y R9 (recuperar materiales) (Reike et al 2018). En todos esos casos, las primeras opciones son siempre preferibles a las siguientes desde el punto de vista de la EC (es decir, reducir mejor que reusar y, a su vez, esta opción mejor que reciclar).

Ambos enfoques (sistémico y cierre de ciclos) están relacionados y suelen combinarse. Por ejemplo, Kichherr et al (2017) define la EC como “un sistema económico que está basado en modelos de negocio que sustituyen el concepto de ‘final de vida’ con la reducción o, alternativamente, la reutilización, el reciclaje y la recuperación de materiales en los procesos de producción/distribución y consumo” (Kichherr et al 2017, pág. 224-225).

Existen muchas definiciones de la EC. La más ampliamente aceptada quizás sea la de la Fundación Ellen MacArthur para la que la EC es “un sistema industrial restaurador o regenerativo por intención y por diseño. Sustituye el concepto de ‘caducidad’ por el de ‘restauración’, se desplaza hacia el uso de energías renovables, eliminando el uso de químicos tóxicos, que perjudican la reutilización, y el retorno a la biosfera, y busca en su lugar la eliminación de residuos mediante un diseño optimizado de materiales, productos y sistemas y, dentro de estos, modelos de negocios” (Ellen MacArthur Foundation 2014, pág. 3). En otra publicación, esta fundación afirma que la EC “tiene como objetivo mantener los productos, componentes y materiales en su mayor utilidad y valor en todo momento. El concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos. Este nuevo modelo económico busca, en última instancia, desacoplar el desarrollo económico global del consumo finito de recursos. Impulsa objetivos estratégicos claves, como la generación de crecimiento económico, la creación de empleo y la reducción de los impactos ambientales, incluidas las emisiones de carbono” (EllenMacArthur Foundation 2015, pág. 2). Para la Comisión Europea (2015, pág. 1) en la economía circular “el valor de productos, materiales y recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible y la generación de residuos se minimiza”. Más recientemente, la Comisión Europea, en su Plan de Acción de Economía Circular, considera que la circularidad es una parte esencial de una transformación más amplia de la industria hacia la neutralidad climática y la competitividad a largo plazo. Puede dar lugar a sustanciales ahorros de materiales a lo largo de las cadenas de valor y los procesos de producción, generar valor adicional y generar oportunidades económicas (Comisión Europea 2020). Para Korhonen et al (2018a, pág. 547), “la EC es una iniciativa de desarrollo sostenible que tiene el objetivo de reducir el flujo lineal de materiales y energía de los procesos de producción y consumo aplicando ciclos de materiales, y flujos de energía en cascada y renovables (…). La EC promueve ciclos de materiales de alto valor a la vez que el reciclaje tradicional y desarrolla enfoques de sistemas a la cooperación entre productores, consumidores y otros actores sociales”.

La EC ha capturado la atención de muchos gobiernos alrededor del mundo. Este ha sido el caso, por ejemplo, en China y en la Unión Europea. China adoptó un plan de EC en 2008 (Mathews & Tan, 2011; Yuan et al., 2006). La Unión Europea y sus Estados Miembros se han involucrado en la EC con el objetivo de lograr y mantener el liderazgo industrial y económico. El Paquete de EC de la UE de 2015, que incluye el Plan de Acción de la Comisión Europea sobre la Economía Circular (Comisión Europea 2015), enfatiza los objetivos fundamentales para Europa con respecto al funcionamiento económico (durabilidad, reparabilidad y reciclabilidad de los productos) y tiene varias áreas prioritarias (plásticos, alimentación, residuos, materias primas críticas, construcción y demolición, biomasa y productos biológicos). La perspectiva de la UE es rediseñar los procesos de producción y consumo hacia una mayor circularidad y sostenibilidad. El Paquete de EC ha sido considerado como parte de la visión de la Comisión Europea para lograr que la EC sea la piedra angular de la futura política industrial europea y para desarrollar el futuro modelo económico europeo, con la ambición de hacer que Europa sea un “líder mundial en EC y tecnologías limpias” (RIZOS 2016). Recientemente se ha adoptado un nuevo Plan de Acción de Economía Circular en la UE en 2020, que incluye medidas legislativas y no legislativas para promover las iniciativas circulares a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos (véase Comisión Europea 2020).

Sin embargo, a pesar de la importancia de las definiciones anteriores, muchos autores, utilizando enfoques diferentes, o poniendo el énfasis en un determinado aspecto, han propuesto su propia definición. Esto ha dado lugar a un gran número de ellas y, aunque la definición arriba mencionada de la Fundación Ellen MacArthur es la más utilizada, lo cierto es que no existe un consenso en este sentido. Merece la pena prestar atención a esas definiciones. En este sentido, Del Río et al (2021) llevan a cabo una revisión de la literatura. Dichos autores buscaron todas las contribuciones a la economía circular que suministraban una definición, taxonomía o clasificación originales (nuevas) o que mejoraran una definición, taxonomía o clasificación, enmendando, ajustando o corrigiendo las mismas.

Los autores detectaron los 47 trabajos más citados, tanto académicos como pertenecientes a la denominada literatura “gris” (todos aquellos con un número de citas superior a 40). Para las contribuciones académicas, la búsqueda se llevó a cabo con la ayuda de las herramientas Web of Science (WoS), Scopus y Google Scholar. La estrategia de búsqueda incluyó los siguientes parámetros: “Circular Economy” y “definition” o “taxonomy” o “classification”, aplicándolos al título, abstract y palabras clave de los artículos. Para las contribuciones de la literatura “gris”, la búsqueda se realizó con el motor de búsqueda de Google, utilizando el término “Circular Economy” junto a los términos de búsqueda mencionados anteriormente. Además, se llevó a cabo un procedimiento multiplicador (snowballing) para incluir nuevas contribuciones que pudieran considerarse como altamente relevantes a pesar de contar con menos de 40 citas. La búsqueda se realizó en octubre de 2020 (véase el Anexo y del Río et al 2021 para más detalles).

El resultado de la revisión de la literatura llevada a cabo por esos autores con respecto al tema que nos ocupa puede resumirse en los siguientes puntos:

1) Los trabajos sobre las definiciones, taxonomías y clasificaciones de la EC antes de 2014 son relativamente escasos, pero se incrementan considerablemente desde entonces.

2) Las contribuciones teóricas (13) y las revisiones de la literatura (27) dominan claramente, lo que es un resultado lógico para un concepto emergente como es este. Sólo 10 estudios estaban basados en datos: estudios bibliométricos (5) y análisis empíricos (5).

3) La gran mayoría de las definiciones de la EC están relacionadas tanto con el enfoque sistémico como con el del cierre de ciclos, o incluso con ambos a la vez (véase más arriba). Algunas contribuciones combinan explícitamente ambas perspectivas, mientras que otras lo hacen implícitamente.

4) Con respecto a los objetivos de la EC, muchas definiciones subrayan el hecho de que la EC no es un objetivo en sí mismo, sino que este es más bien instrumental para lograr la sostenibilidad de forma amplia. Suelen mencionarse tanto el Desarrollo Sostenible (D.S.) como los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) (véase sección 3).

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