Читать книгу Y va a caer... como decíamos ayer. Tomo 1: Informes mensuales de coyuntura política 1980-1984 - Rodrigo Baño Ahumada - Страница 41

LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS

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En el período estudiado es notorio un aumento de la represión gubernamental. Esta represión se realiza institucionalmente por los organismos creados y, de acuerdo a los procedimientos que el régimen ha establecido al efecto.

Tal pareciera que se estuviera probando la efectividad de las regulaciones establecidas.

Pasan a ser cotidianos y normales las detenciones preventivas, los juicios y sentencias, así como las delaciones por la vía administrativa y las prohibiciones de regresar al país.

No sería sorprendente que el Gobierno esté pensando en levantar el Estado de Emergencia el próximo 11 de marzo, iniciando así con plena normalidad el período presidencial definido constitucionalmente.

El régimen «normal» aparece ya premunido de los mecanismos suficientes para controlar la situación política.

Dentro de este endurecimiento del régimen, parece conveniente señalar dos hechos de importancia.

El primero se refiere al «caso Zaldívar», ya comentado en el informe anterior, pero del cual hay que resaltar la muy escasa respuesta que logra en los sectores de oposición. Si algunos pensaron que el Gobierno tendría que pagar algún precio político por impedir el regreso de Zaldívar, lo cierto es que hasta el momento no le ha costado absolutamente nada.

Esto parecería darles razón a los sectores más duros del Gobierno, en el sentido de que cualquier apertura trae problemas, mientras que la mantención y reforzamiento del autoritarismo los elimina.

El segundo hecho puede haber sido facilitado justamente por el anterior. Se trata del cambio de rectores delegados en las principales universidades del país (excepto la UC). Los nuevos rectores delegados son militares en servicio activo con experiencia en control social (el de la Universidad de Chile fue jefe de la plaza en Santiago, y el de la Universidad Técnica, alto oficial del Servicio de Inteligencia Militar). Esta calidad y la circunstancia en que se produce el cambio (fuerte activación del movimiento estudiantil opositor) indican claramente la dirección que tiene este hecho. Si recordamos que anteriormente se había ido desarrollando un fuerte movimiento de opinión que, incluso desde dentro de los sectores en el poder, propiciaba el retorno a la dirección de las universidades por sectores académicos, la medida implica un grave endurecimiento en el proceso de institucionalización del régimen.

Frente al problema universitario, los sectores «blandos» propusieron en los últimos tiempos soluciones acordes con la política económica. Vale decir, retorno del control académico a las rectorías, mayor exigencia de estudio y mayor costo de la educación para el estudiante. El Mercurio y la revista Qué Pasa trataron repetidamente de orientar en este sentido a las autoridades de Gobierno. El que no lo hayan logrado está señalando, por una parte la fuerza de los sectores duros de Gobierno, que se apoyan en la necesidad del Jefe de Estado de ratificar su poder imponiendo cortes decisivos. Por otra parte, también significa que el movimiento estudiantil había empezado a adquirir mayor fuerza de la que el Gobierno puede tolerar.

De la actual reintervención militar en las universidades cabe esperar, en lo inmediato, una depuración generalizada y una represión del movimiento estudiantil opositor, creando las condiciones necesarias para que éste no vuelva a expresarse. No obstante, es difícil que se logre el total disciplinamiento estudiantil, a menos que se imponga una militarización de las universidades. Esto último parece bastante difícil, al menos dentro del actual esquema de institucionalización.

Y va a caer... como decíamos ayer. Tomo 1: Informes mensuales de coyuntura política 1980-1984

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