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4. Obras ascéticas de Basilio de Cesarea17

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Es bastante probable que después de la ruptura con Eustacio (año 375), Basilio se decidiese a editar sus obras ascéticas de una forma conjunta. Para ello eligió como título: Hypotyposis de la ascesis (Boceto o exposición sumaria de la ascesis). Basilio deseaba no solamente proveer a la edificación espiritual de las distintas comunidades de ascetas de su diócesis, sino también erradicar de ellas toda nefasta influencia que todavía pudiese ejercer Eustacio y poner fin a las peligrosas desviaciones mesalianas. Estamos, por lo tanto, ante un verdadero tratado de ascesis cristiana, inspirado todo él en el firme propósito de eliminar las desviaciones antievangélicas, asentando la vida de ascesis sobre el sólido cimiento de la Palabra de Dios y la sana doctrina de la Iglesia.

La Exposición sumaria de la ascesis, tal como nos la presenta el mismo Basilio en la “carta de envío” (o Prólogo VI, o prooemium Hypotyposis; PG 31,1509-1513), comprendía los siguientes escritos:

1) un tratado sobre el juicio de Dios (Prólogo VII, o Regulis moralibus praemissus, PG 31,653-6 76);

2) una confesión de fe (Prólogo VIII, o Regulis moralibus praemissus, PG 31,676-691);

3) una “descripción del cristiano, breve y resumida, en forma de regla” (las Regulae morales, PG 31,691-869);

4) “todas las respuestas que di a las cuestiones sobre la ascesis en común que prepara a la vida según Dios” (son las llamadas Grandes y Pequeñas Reglas; PG 31,901-1305).

Esta verdadera Biblioteca Ascética tiene que ser la obra de un Basilio ya maduro, que ha revisado con atención sus anteriores ediciones, ha efectuado las necesarias correcciones y ha añadido una conveniente “carta de envío” o prefacio18.

Respecto al Juicio de Dios, que Basilio había puesto como introducción en una precedente edición de las Reglas Morales, dice en su “carta de envío”:

“Voy, por tanto, a describir el juicio de Dios. En primer lugar, la causa y el peligro de un tal desacuerdo y disensión entre las Iglesias de Dios, y de una contra otra. En segundo lugar, probaré por la Escritura inspirada, que toda transgresión del mandamiento de Dios está condenada con fuerza y de un modo temible. Al punto que, si uno piensa haber cumplido la mayor parte de los mandamientos, no descuidando -tal vez- sino algunos, o incluso uno solo, o simplemente tolerando al pecador con indiferencia, sin manifestar un celo virtuoso según el juicio de Dios, incurre lo mismo en las penas. Será por ignorancia que soporta tal cosa, pero igualmente no escapará al castigo”.

A ese duro tratado sobre el juicio de Dios sigue el De fide que, por cierto, se relaciona mal con el texto anterior. Debe haber surgido independientemente, y solo en un segundo momento Basilio lo habría agregado como parte de la introducción a las Reglas Morales, tal vez movido por las disputas doctrinales con Eustacio de Sebaste: “(Después del juicio de Dios) -dice en la ‘carta de envío’- la obra incluirá la confesión recta de Dios, el Padre, de su Hijo único, Dios también Él, y del Espíritu Santo”.

En su segunda parte el De fide es ya una preparación a las Reglas Morales, lo que prueba la fragilidad de la unidad de estos textos: el de la confesión de la recta fe, el tratado acerca del juicio de Dios y las Regulae Morales.

Sobre las Reglas Morales, Basilio dice en su “carta de envío” lo siguiente:

“Expondrán el conocimiento de las cosas que nos prescribe la Escritura, aquellas de las que hay que abstenerse, y en las que es necesario mostrar mayor celo si se quiere llegar a la vida eterna y al reino de Dios; y también, en detalle, los deberes particulares de cada categoría o grado de personas”.

Las Reglas Morales19 son como un fichero de textos del NT. Probablemente fue un trabajo realizado en la juventud, pero que el Santo editó más de una vez con las correspondientes correcciones. La intención de la obra es clara: mostrar dónde se apoya la verdadera vida ascética cristiana. En el terreno de la ascesis es la obra fundamental de Basilio: el corazón de su enseñanza en la materia, y por eso siempre la presenta con gran cuidado en sus diversos prólogos; además, es la única a la que denomina Reglas (oroi). Para san Basilio solamente las Escrituras divinamente inspiradas pueden ofrecer la verdadera y auténtica regla de vida, en el sentido más preciso y literal de la expresión.

Las mal llamadas Grandes y Pequeñas Reglas probablemente también fueron objeto de más de una edición por parte de Basilio mismo. Es claro que su autor evitó darles el nombre de reglas, que reservaba con exclusividad para los textos de la Sagrada Escritura. El vocablo que les correspondería es el de Cuestiones, es decir una “pregunta que se hace o propone para averiguar la verdad de una cosa controvirtiéndola”, según la definición que da el Diccionario de la Real Academia Española de la palabra “cuestión”. En las Grandes Reglas (GR) esto es una ficción literaria, ya que estamos ante una exposición sistemática camuflada bajo el ropaje de Cuestiones20. Por el contrario, en las Pequeñas Reglas (PR) se trata de verdaderas preguntas que, en ocasiones, exigen de Basilio una corrección o una rectificación por haber sido mal formuladas o ser incorrectas en su planteamiento. Es de esta sección de la Hypotyposis, las de las GR y PR, que el PA representa el primer estadio.

Para san Benito, la de Basilio es una verdadera Regla, a pesar de que Rufino en su Prefacio afirma que Basilio estableció las instituciones monásticas “a modo de respuestas -como de cierto derecho santo-, dirigidas a los monjes que lo interrogaban” (v. 6). A partir de la Regla de san Benito, las Cuestiones basilianas serán siempre consideradas como una regla por los monjes de Occidente21.

De la producción ascética de Basilio de Cesarea, el PA puede considerarse la pieza más importante para el monacato occidental. Por eso le asignamos una preeminencia particular, acrecentada además por el hecho de que es un testigo eminente del primer estadio de las Cuestiones de san Basilio22.

Cronología de las obras ascéticas de san Basilio23:

a) Año 358: Epístola 2.

b) Años 358-362 (?): Reglas Morales; Sobre el juicio de Dios.

c) Años 360-370 (?): Pequeño Asceticón (RBas).

d) Años 362-370/372 (?): Epístola 22.

e) Años 368-375 (?): Gran Asceticón (Grandes y Pequeñas Reglas).

f) Año 375 (?): Prólogo de las Grandes Reglas.

g) Años 372-375: Sobre el bautismo (libro 2,4-13).

17 Cf. la introducción de Umberto NERI a la traducción italiana de las obras ascéticas de san Basilio (Neri, pp. 9 ss.).

18 Sobre la autenticidad de este texto cf. Histoire, pp. 284 ss., donde se ofrece una edición crítica de la “carta de envío” (en las pp. 279-282).

19 Trad. castellana publicada en la colección Biblioteca Patrística, 98, Madrid, Ed. Ciudad Nueva, 2015.

20 Cf. Augustine HOLMES, osb, A Life Pleasing to God. The Spirituality of the Rules of St. Basil, Kalamazoo (Michigan, USA), Cistercian Publications, 2000 (Cistercian Studies Series, 189).

21 Tal vez, convendría preguntarse si esta forma de leer y entender las Cuestiones no ha sido perjudicial para la cabal comprensión del pensamiento y aporte de Basilio al monacato occidental.

22 Histoire, p. 10. Completamos la lista de las obras de san Basilio que se relacionan directamente con la vida ascética: Prólogos a las GR, a las PR y al Gran Asceticón (PG 31,881-888. 889-901 y 1080); Sermones ascéticos (PG 31,20 ss.); De baptismo (obra que parece ser de Basilio, tal vez escrita en los últimos años de su vida; PG 31,1513-1628); Epitimia (Poena o Penitenciales; no todas pertenecen a Basilio; PG 31,1305-1316); Epístolas (principalmente las ns. 2, 22 y 173, a las que Gribomont añade los ns. 23, 42-45 y 150, PG 32,220 ss.).

23 Sigo a grandes rasgos la propuesta de É. Baudry en Petit Recueil, p. 52.

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