Читать книгу ¿La imagen educa? - Sarah Corona Berkin - Страница 21
Acciones retratadas, verosimilitud y conflicto como articuladores del discurso social expuesto en los periódicos
ОглавлениеLas fotografías en que aparecen los profesores en el aula los representan en armonía con el entorno; de igual modo, cuando protagonizan actos públicos u oficiales, están también perfectamente incorporados e integrados y en ocasiones hasta sonrientes y felices, mientras que cuando son representados fuera de la escuela, en todas las imágenes aparecen beligerante o como víctimas del sometimiento y el control policiacos.
En general, las acciones registradas alrededor de los temas que involucran al magisterio o las reformas educativas tienen que ver con la protesta, la agresión y el sometimiento en entornos caóticos o desorganizados, por un lado; mientras que por otro, suelen presentar a autoridades en contextos de organización, tranquilidad y conciliación. Esta aura alcanza también a los maestros en las circunstancias de colaboración y participación citadas arriba, es decir, cuando se muestran congruentes con las intenciones del gobierno y están de su lado.
La clave de la verosimilitud se plantea en el tenor de que estas imágenes son aceptadas porque son creíbles, tienen una fuente confiable que las muestra al espectador (el periódico) y muchas veces incluyen el nombre de un autor (fotoperiodista), además de que muestran fotográficamente lugares que parecen ser aquellos de los que se dice que hay estos problemas sociales. En realidad poco importa el contexto geográfico específico (estado, municipio o colonia concretos), el problema se da en la vía pública, y las calles, los caminos y las carreteras se ven generalmente iguales, por lo que las imágenes podrían ser casi de cualquier lugar. Creemos que las personas que aparecen en las imágenes haciendo desmanes son profesores fabricados para aparecer tal cuales en las fotografías, como personas que no cumplen con su oficio en su lugar de trabajo pues salen a la calle, ocasionan problemas y hacen destrozos. Llaman la atención las imágenes de archivo que acompañan algunas notas, o bien, las que son de agencias o retomadas de redes sociales. Pareciera que no importara que la fotografía mostrada sea del suceso específico del que se habla, sino que son imágenes genéricas que muestran lo mismo; por lo que pueden ser tomadas de redes sociales, de archivos o de bancos de imágenes de agencias para sustentar un discurso visual y apuntalar el discurso escrito, independientemente del contexto en el que fueron tomadas.
El otro componente de la construcción de nuestras ideas sobre profesores, normalistas, autoridades y reforma educativa está atravesado por un macrodiscurso que trasciende a un medio o una coyuntura periodística para instalarse en el imaginario nacional. La difusión de estas fotografías se potencia al estar en internet pues ya no es sólo el lector del periódico el que puede acceder a ellas, sino que circulan en la red y pueden encontrarse mediante búsquedas a partir de términos relacionados con el tema, además de que se comparten y difunden en redes sociales, de tal manera que pueden perder aún más sus vínculos con un contexto geográfico o temporal determinado. Esto en caso de compartir las notas completas, pero lo más común es que las imágenes se usen en formatos de amplia circulación, como memes, videos o compilaciones realizadas por los usuarios y por organizaciones, los que, trascendiendo el contexto periodístico original, las difunden para servir a sus fines particulares.
Asimismo, poco importa si las imágenes fueron tomadas en 2012, 2015 o 2007; o si lo que registran sucedió en Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Zacatecas, en el Estado de México o en la Ciudad de México. Nadie preguntará al diario, al autor de la compilación en YouTube o del meme, si los manifestantes agresivos, golpeados o desordenados son en realidad maestros, estudiantes normalistas o manifestantes de otras causas. Para eso está el texto que cada quien agrega, en las redes y otros usos particulares o en el propio tratamiento profesional de los medios periodísticos, como hemos visto en este análisis de las notas que incluyen imágenes de archivo.
Además de la difusión exponencial que ofrece internet, y de su aparente falta de control, el otro factor para la articulación de este discurso social es la repetición. No hay variedad en el contenido de las notas y fotografías que tratan estos temas. La estructura de las imágenes es similar, sigue varios patrones compositivos cuando se trata de retratar maestros (siempre en grupos), sean sometidos por las fuerzas policiales, actuando violentamente o amagando con ello, o bien tomando el espacio público. Por otro lado, el profesor individual está siendo evaluado o aparece acompañado por las autoridades y los niños en actos oficiales y armónicos. Del mismo modo, la perspectiva suele ser descendente (en picada), colocando al profesor en un nivel de inferioridad respecto del espectador.
De manera referencial, las acciones retratadas, como se ha dicho, son también repetitivas independientemente del medio noticioso de que se trate, y presentan ligeros matices en su tratamiento; es decir, por un lado están las acciones disruptivas y violentas de parte de los maestros (porque son las que pueden considerarse noticia) y por otro lado, las que son producto del boletín o la cobertura rutinaria, donde las autoridades son mostradas con una buena cara y muy cuidados, puesto que muchas de estas imágenes provienen de sus propias oficinas de prensa.
Los textos (cabezas, antetítulos, epígrafes y pies de foto) también han marcado las mismas referencias e incluso ciertas palabras clave como “chantaje”, “evaluación”, “rendimiento”, “modernizar”, “tomada” o “enfrentamiento”, que contribuyen todas a colocar a los actores en su sitio en las oraciones y a configurar, en general, un discurso coherente y articulado alrededor de la resistencia violenta de los malos (por su bajo nivel y su vocación de manifestarse) maestros ante la modernización (evaluación, nueva organización) de la educación en México. En realidad, poco importa de dónde provienen las reformas o el contexto en el que se realizan, esa es una información que no circula a gran escala en los medios, como sí lo hacen estas imágenes que nos han formado un imaginario sobre los profesores.
Las fotografías de los docentes son enunciados que se corresponden y se relacionan; se complementan con otros para estructurar un texto más amplio, un discurso visual. La imagen del docente es un discurso socialmente articulado por la fotografía de prensa que, independientemente del medio, empresa o fotógrafo al que corresponda, presenta imágenes dialógicas que se ajustan unas con otras para tejer un contenido coherente. Las imágenes que han circulado masivamente mediante periódicos impresos o en línea, han establecido los “nombres correctos” (Corona, 2007) de los docentes mexicanos, que hemos aceptado y reproducido.