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EL ENVEJECIMIENTO PATOLÓGICO

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Lo primero que hay que tener en claro es que el envejecimiento normal no está acompañado de cambios en la conducta, el ánimo o el funcionamiento cognitivo de las personas mayores, es decir, no produce una alteración significativa en su capacidad de desarrollar las actividades de la vida diaria. Cuando algo de esto ocurre, estamos en el terreno del envejecimiento patológico, es decir, asociado a alguna enfermedad que debería estudiarse, diagnosticarse y tratarse.

Vamos a ejemplificarlo con dos motivos de consulta frecuentes:

Caso 1: Alejandro tiene 73 años de edad y es llevado por su hija a la consulta. Alejandro no refiere ningún problema de salud, solo hipertensión desde hace mucho tiempo y la controla con medicación. La interesada en consultar es su hija, quien reconoce que en el último año su padre comenzó a tener dificultades para recordar hechos recientes (distintas conversaciones y repite las mismas preguntas todo el tiempo). También ha presentado un episodio de desorientación a tres calles de su casa, cuando no supo cómo volver. Por otro lado, está preocupada porque recientemente ha descubierto que su padre lleva varios meses sin pagar las expensas de su edificio, situación que él niega.

Caso 2: Adriana tiene 68 años y concurre sola a la consulta. Fue derivada por su médico clínico a quien le había consultado por dolores de abdomen reiterados, desgano intenso y falta de energía. Luego de realizar algunos estudios, el clínico le sugirió ver a un psiquiatra. Durante la consulta, Adriana menciona que ha perdido la capacidad de disfrutar actividades que antes le resultaban placenteras, tiene dificultades para conciliar el sueño, pensamientos negativos y de culpa recurrentes por una decisión laboral, pérdida de apetito y descenso de peso en los últimos dos meses.

El caso 1 corresponde a una persona que presenta cambios cognitivos y el caso 2, a alguien que presenta cambios anímicos que impactan en la manera de realizar sus actividades diarias. Lo importante es que en ambos casos lo que motiva a la consulta con un profesional es un cambio en la conducta, el ánimo o el funcionamiento cognitivo, que fue observado por la misma persona mayor o sus familiares o allegados. Alejandro y Adriana van a pasar por las mismas etapas para llegar a su diagnóstico y tratamiento.

Hay distintos profesionales especializados para atender a personas mayores con este tipo de síntomas: cambios cognitivos, psicológicos y de conducta. Tanto un médico de familia, un médico clínico, un geriatra, un psiquiatra o un neurólogo pueden realizar el diagnóstico adecuado o derivar al especialista correspondiente.

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