Читать книгу Buscando una esperanza - Valmy Ardila - Страница 9
ОглавлениеEl Momento Decisivo
Ya la muestra de mi esposo estaba lista y en una consulta médica el doctor me informó que yo también estaba lista para la inseminación. Así que me citó el día viernes para hacer el procedimiento.
Acompañada nuevamente por mi esposo y mi padre, fuimos a la clínica para la cita pautada. Antes de salir de casa, recordé que era el último día de la novena a San Antonio. Oré y prometí que si todo salía positivo mi hijo llevaría el nombre de Antonio en su honor.
Llegamos a la clínica y comenzó la inseminación. Me colocaron en una cama ginecológica y la muestra de mi esposo estaba en una jeringa especial. El doctor entusiasmado comienza el procedimiento, pero le dice a mi esposo que sea él quien termine de vaciar la muestra en mi útero dando fin a la inseminación.
Quedamos solos en la sala una hora. Yo no quería ni moverme. Sólo pensábamos con alegría todo lo maravilloso que estábamos viviendo. El que mi esposo haya tenido la oportunidad de participar de forma directa en el procedimiento era algo especial, y para mí como su esposa, sentía que él había ayudado con sus propias manos a traer a su tan esperado hijo. Eso nos llenó del mayor gozo que jamás hayamos sentido.
Nuevamente me arraigaba a mi fe. Con la vida he aprendido que tener fe en Dios nos permite ver lo imposible, creer lo increíble y recibir lo imposible.
El doctor entró nuevamente a la sala, y después de hacer una revisión general, afirma que todo está bien y que puedo ir a casa. En sus indicaciones manifestó que debería estar en un reposo parcial y evitar hacer actividades que generen gran esfuerzo. A esto añadió:
—“Generalmente, las inseminaciones artificiales se hacen con un mínimo de tres intentos. Es difícil quedar embarazada al primero. Sin embargo, no es imposible. No deseo desanimarlos, pero es importante manejar los tiempos de estos procedimientos. No quiero que decaigan si no lo logramos al primer intento. Aún tenemos mucho por delante y esto es solo el comienzo. Les deseo mucha suerte y ojalá lo hayamos logrado”.
Le expresamos toda nuestra gratitud. El haber brindado palabras de aliento y también de transparencia en cuanto al proceso de inseminación era muy importante para nosotros. A veces podemos crearnos falsas expectativas y cuando las cosas no salen como pensamos, nos sentimos derrotados. El entender claramente las probabilidades de éxito que teníamos, aumentó nuestra fe en Dios. Sabíamos que todo dependía de Él, y esto nos dio calma. Entendimos que esta era una oportunidad para acercarnos más a Él y confiar plenamente en sus designios. No tratar de imponer nuestro deseo sobre Su voluntad, sino aceptar el tiempo divino.