Читать книгу Las mil y una noches personistas - VV. AA - Страница 3

Índice

Оглавление

Sobre este libro

Palabras liminares, por Gustavo Abrevaya y Leonardo Killian

Prólogo, por Luis Gusmán

Noches 1 a 334 (EL ORO)

El mensaje secreto de los inválidos, por Rafael Bielsa

El espíritu de Perón, por Virginia Feinmann

Escuditos, por Jorge Alemán

Cora volvió a trabajar, por Celeste Abrevaya

Relojito, por Ezequiel Bajadish

Gracias a Evita, por Teodoro Boot

Tita votó, por Beatriz Pustilnik

Aquella visita, por Carlos Dámaso Martínez

Cuestión de tiempo, por Miguel Gaya

Sopa de generales, por Osvaldo Contreras Iriarte

La pasión según San Martín, por Mario Goloboff

El regalo de mamá, por Marta San Martín

La única verdad es la realidad, por Vicente Battista

Reyes del cincuenta y uno, por Marcelo Luján

Noches 335 a 668 (EL HIERRO)

Piskasti, por Ana Arzoumanian

Cabecita, por Luis Tedesco

El vendaval y los juncos, por Ezequiel Bajder

La llamada, por Daniel Sorín

Nosotros Los Monos, por Gustavo Abrevaya

De gorilas y pomelos, por Mercedes Pérez Sabbi

El robot argentino, por Leonardo Killian

Carta desde la retaguardia, por Javier Chiabrando

Roxana Capitana, por Carlos Balmaceda

E lucevan le stelle, por Juan P. Csipka

Noches 669 a 1001 (La memoria)

Nell, por Horacio González

Las máscaras del General, por Alejandro C. Tarruella

El General Perón va en coche y vive, por Juan Sasturain

La lluvia en el pasado, por Elizabet Jorge

Los cordones de los borceguíes desatados, por Mariano Abrevaya Dios

El mito de la eternidad, por Hugo Barcia

Manos, por Claudia K. Cornejo

Sin pájaros en el cielo, por Pablo Mourier

1 de julio, por Ernesto Gonet

El “ratón alemán”, por María Inés Krimer

Los Reyes Magos peronistas, por Juan Diego Incardona

El peronismo en la nuca, por Miguel Rep

El farmer de Port Howard, por Carlos Piñeiro Iñíguez

Posfacio, por Pedro Saborido

Sobre los autores

Créditos editoriales



A la memoria de Eva Piwowarski.

A Sahia y Ulises, que son el mundo nuevo.

A Susy, siempre.

L. K.

A Alberto Szpunberg.

G. A.

Se diría que las aguas del Riachuelo nunca corren

pero hay botes semihundidos sin embargo en esas aguas;

esos botes semihundidos que en un tiempo navegaron

y esas lanchas que hoy navegan

no navegan –se diría– ni nunca navegaron.

Junto al Riachuelo hay cafés donde hay hombres que beben

y nada pasó –se diría– ni nunca pasa nada,

el olor es pesado como aguas que no corren

y viene de las fábricas

donde estos que beben trabajan,

cuando estos hombres que beben hacen huelga

los puentes sin embargo se levantan

y se diría que el Riachuelo apurara sus aguas;

con los puentes arriba

sería más lindo que por los puentes cruzar en lancha

y hay menos olor y menos humo

el día que estos hombres que beben no trabajan,

hubo un día –eso sí– en que estos hombres que beben

cantaron por las calles, qué muchachos,

y cruzaron con botes que hacían agua.

Alberto Szpunberg

17 de octubre

Perón cumple, Evita dignifica.

Las mil y una noches personistas

Подняться наверх