Читать книгу Las mil y una noches personistas - VV. AA - Страница 3
Índice
ОглавлениеPalabras liminares, por Gustavo Abrevaya y Leonardo Killian
El mensaje secreto de los inválidos, por Rafael Bielsa
El espíritu de Perón, por Virginia Feinmann
Cora volvió a trabajar, por Celeste Abrevaya
Relojito, por Ezequiel Bajadish
Gracias a Evita, por Teodoro Boot
Tita votó, por Beatriz Pustilnik
Aquella visita, por Carlos Dámaso Martínez
Cuestión de tiempo, por Miguel Gaya
Sopa de generales, por Osvaldo Contreras Iriarte
La pasión según San Martín, por Mario Goloboff
El regalo de mamá, por Marta San Martín
La única verdad es la realidad, por Vicente Battista
Reyes del cincuenta y uno, por Marcelo Luján
El vendaval y los juncos, por Ezequiel Bajder
Nosotros Los Monos, por Gustavo Abrevaya
De gorilas y pomelos, por Mercedes Pérez Sabbi
El robot argentino, por Leonardo Killian
Carta desde la retaguardia, por Javier Chiabrando
Roxana Capitana, por Carlos Balmaceda
E lucevan le stelle, por Juan P. Csipka
Noches 669 a 1001 (La memoria)
Las máscaras del General, por Alejandro C. Tarruella
El General Perón va en coche y vive, por Juan Sasturain
La lluvia en el pasado, por Elizabet Jorge
Los cordones de los borceguíes desatados, por Mariano Abrevaya Dios
El mito de la eternidad, por Hugo Barcia
Sin pájaros en el cielo, por Pablo Mourier
El “ratón alemán”, por María Inés Krimer
Los Reyes Magos peronistas, por Juan Diego Incardona
El peronismo en la nuca, por Miguel Rep
El farmer de Port Howard, por Carlos Piñeiro Iñíguez
A la memoria de Eva Piwowarski.
A Sahia y Ulises, que son el mundo nuevo.
A Susy, siempre.
L. K.
A Alberto Szpunberg.
G. A.
Se diría que las aguas del Riachuelo nunca corren
pero hay botes semihundidos sin embargo en esas aguas;
esos botes semihundidos que en un tiempo navegaron
y esas lanchas que hoy navegan
no navegan –se diría– ni nunca navegaron.
Junto al Riachuelo hay cafés donde hay hombres que beben
y nada pasó –se diría– ni nunca pasa nada,
el olor es pesado como aguas que no corren
y viene de las fábricas
donde estos que beben trabajan,
cuando estos hombres que beben hacen huelga
los puentes sin embargo se levantan
y se diría que el Riachuelo apurara sus aguas;
con los puentes arriba
sería más lindo que por los puentes cruzar en lancha
y hay menos olor y menos humo
el día que estos hombres que beben no trabajan,
hubo un día –eso sí– en que estos hombres que beben
cantaron por las calles, qué muchachos,
y cruzaron con botes que hacían agua.
Alberto Szpunberg
17 de octubre
Perón cumple, Evita dignifica.