Читать книгу Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I - William Nordling J. - Страница 29
V. Realizada a través de la vocación
ОглавлениеLa realización humana también implica un desarrollo teológico (con propósito) a través de tres niveles de vocación: a) respuestas distintas a las llamadas a la bondad y la santidad personales, b) distintos estados vocacionales con y sin votos, y c) trabajo y servicio.
1. Llamada o vocación. En sentido estricto, «vocación» es la respuesta personal a la llamada a la bondad y la verdad que caracteriza la vida de una persona en conjunto, pero especialmente a través del desarrollo personal de la entrega de uno mismo. La noción básica de una llamada proviene de una fuente: del mundo, de una persona, o de Dios, que atrae como intrínsecamente bueno. Por ejemplo, muchas personas explican que se sienten atraídas por un alma gemela, que se comprometen en matrimonio y, por lo tanto, que encuentran su verdadera vocación. Las llamadas perfeccionan a la persona (Dt 6:18; Mt 19:16-21). (Si desea encontrar un tratamiento explícitamente teológico de estas llamadas o vocaciones, consulte la premisa 3, puntos 6-9 de este capítulo).
2. Llamada a la bondad. A través de un primer tipo de llamadas o vocaciones, cada persona es atraída y perfeccionada a través de la existencia (ser), la verdad (conocimiento), la bondad (amor), la relación (familia, amigos y sociedad) y la belleza (integridad, orden y claridad). Tales bienes subyacen a las experiencias humanas en el mundo, que es, no obstante, un lugar no solo de maravilla y bien, sino también de fatiga y maldad. Una respuesta humana adecuada requiere, en primer lugar, afirmar la bondad y belleza que se encuentren y, a continuación, contribuir a la bondad a través de elecciones, antes de experimentar un sentido de realización en este acto. Por ejemplo, se puede elegir ser compasivo en lugar de cruel, defender a los débiles en lugar de aprovecharse de su situación, ayudar a las familias necesitadas y enriquecer la cultura humana. Tales respuestas a los muchos aspectos de bondad contribuyen a la realización cotidiana y a la realización final (Mt 5:2-12).
3. Llamadas a estados vocacionales comprometidos. A través de un segundo tipo de llamada, el ser humano responde a los deseos naturales y trascendentes de entrar en estados vocacionales comprometidos: a) comprometerse con un marido o una mujer para formar una familia mediante el vínculo matrimonial; b) comprometerse a la bondad última en el servicio a Dios y a los demás, mediante compromisos de ordenación o religiosos, y c) buscar, en la integridad de la vida, contribuir con la inteligencia, la buena voluntad y los recursos propios a los demás y a la sociedad como una sola persona (Gn 2; Ef 5).
4. Llamadas hacia el trabajo, servicio y ocio con sentido. Gracias a un tercer tipo de vocación, una persona se compromete en los diversos tipos de trabajo y servicio que debe hacer para prosperar personalmente y contribuir al bienestar de todos los miembros de su familia, comunidad y sociedad. Por ejemplo, algunas personas dicen sentirse atraídas por la belleza, el propósito y la naturaleza útil del trabajo con la madera, y se comprometen a aprender y practicar la carpintería de manera honesta, creando bienes para los demás y, por lo tanto, encontrando un sentido a su llamada al trabajo y al servicio (Gn 2:15; Mt 25:20). El trabajo tiene un gran valor en sí mismo, pero no trabajar también lo tiene. Hay una llamada a los tipos de ocio, es decir, al no trabajo significativo que permite no solo el descanso, el ejercicio y el cuidado de uno mismo, sino también la relación con la familia, las relaciones interpersonales y las actividades culturales, así como la contemplación de la verdad y la belleza y, finalmente, la participación en el culto a Dios y la vida de la Iglesia (Sal 46:10).