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Los científicos acerca de la salud bucal

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Weston A. Price (1870-1948) fue un dentista canadiense que se estableció en el estado de Ohio (Estados Unidos). Observó cómo las dentaduras de sus pacientes iban deteriorándose, y le llamó la atención que eso ocurría junto con una gran cantidad de otros problemas de salud. Por ejemplo, constató que, a menudo, algunas personas con una mala dentadura también padecían problemas psicológicos y otras enfermedades, algo que sucedía con menor frecuencia en personas con una dentadura sana. A principios del siglo XX, Price recorrió el mundo durante unos años para investigar la aparición de las ­enfermedades ligadas al estilo de vida. Entre 1931 y 1936 viajó, junto con su esposa, para descubrir los secretos de una buena salud, principalmente la salud dental. Encontró tribus y comunidades que lucían dentaduras radiantes y personas con estructuras óseas bien formadas. Eran estables emocionalmente y tenían buenas defensas, con una expresión facial poderosa. La atención de Price se concentró principalmente en los dientes, ya que consideraba que eran un buen indicador de la salud en general. Y centró su interés en la alimentación de estos grupos de población.

Cada vez que investigaban a miembros de la misma tribu o raza, descubrieron que estas personas desarrollaban enfermedades tan pronto se relacionaban con la civilización moderna, lo que no sucedía con los que seguían alimentándose de forma tradicional. Con la dieta moderna no solo desarrollaron caries dental, sino que también les afectaron otros trastornos.

«Dejemos de pretender que los cepillos y la pasta dental son más importantes que los cepillos y el betún para zapatos. Es la comida del supermercado lo que nos ha dado dientes de supermercado».

Dr. Earnest Hooton, antropólogo,

y Weston Price A, Nutrición y degeneración física.

El doctor neerlandés Remko Kuipers, quien se está especializando en cardiología y farmacia, también ha realizado investigaciones sobre personas que ­todavía viven según las costumbres tradicionales. Obtuvo su doctorado en 2012 después de casi diez años de investigar los hábitos alimentarios de nuestros antepasados lejanos. Para ello, vivió unos dos años entre tribus africanas de cazadores-recolectores. De este modo, pudo observar de cerca lo que estas tribus comían y también sus costumbres, viendo el efecto que ello tenía en su salud.

Descubrió que las personas que comían de forma primitiva, o sea, principalmente verdura, fruta, pescado, aves, carne, frutos secos y semillas, gozaban de una mejor salud y permanecían sanas hasta una edad más avanzada. Sin embargo, nuestra sociedad y nuestro estilo de vida nos abocan a enfrentarnos a enfermedades crónicas relacionadas con este estilo de vida desde una edad temprana.

Cuando hablé con él en 2014, sentía curiosidad por saber qué había encontrado en las bocas de estas tribus africanas. Constató que quienes comían primitivamente tenían una mejor salud bucal que los que habían tenido contacto con los alimentos modernos. Desarrollaban menos caries y tenían menos inflamaciones de las encías (gingivitis).

Dentro de la odontología, el profesor Van der Velden, entre otros, ha investigado mucho sobre la influencia de la nutrición en la salud bucal. En 2013 publicó un artículo sobre un estudio acerca de la influencia de una dieta sin productos refinados en la salud de las encías. Los productos refinados son básicamente aquellos que provienen de la industria, dado que todos estos alimentos han sido procesados. Pensemos en pan, pasta, galletas, tartas, patatas chips, dulces, etc.

En este estudio, se investigó la condición de las encías en personas que seguían una dieta basada en la de los cazadores-recolectores, es decir, básicamente pescado, aves, carne de caza, carne magra, huevos, verduras, frutas y frutos secos. Se les pidió que no se lavaran los dientes por un periodo de cuatro semanas, y que siguieran con la dieta. Descubrieron que después de este tiempo, había aumentado la cantidad de placa dental, pero las encías sangraban menos e incluso había mejorado la situación de estas. Un ejemplo bien claro de la influencia de la nutrición en la salud bucal.

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