Читать книгу Estudios sobre la psicosis - José María Álvarez - Страница 12

II Psicopatología y psicoanálisis Comentarios sobre el pathos y el ethos en Cicerón, Pinel y Freud1

Оглавление

Sabe el estudioso que el psicoanálisis, amén de su dimensión terapéutica, aporta una teoría de la subjetividad generalizable al conjunto de los seres hablantes y una concepción de la patología psíquica potencialmente capaz de explicar los diversos modos en los que se conforma el pathos, esto es, las modalidades estructurales del malestar, el sufrimiento y el goce insoportables. Así es desde que la genialidad de Freud, a finales del siglo XIX, comenzara a alumbrar este nuevo ámbito del saber.

Bien conocido es también el itinerario que siguió la investigación del Prof. Freud en el campo de la psicología patológica. Debido a su formación neurológica y neuroanatómica, se ocupó primero de establecer discriminaciones muy precisas entre la patología psíquica y las enfermedades del organismo, máxime cuando en aquellos años la histeria mostraba su faz más desafiante a cuantos médicos pretendían explicarla desde la mentalidad anatomoclínica y fisiopatológica2. Centrado ya en el terreno de la psicopatología, en un segundo tiempo Freud organizó casi todo el panorama de la nosografía mental —sobre todo estableciendo y desarrollando el binomio neurosis versus psicosis— y aportó una teoría nosológica absolutamente nueva a partir de la descripción de ciertos mecanismos psíquicos o respuestas subjetivas, incorporando también, en gran medida, los resultados de sus indagaciones sobre la libido. Conforme a las dificultades suscitadas en los tratamientos psicoanalíticos y a la luz de los nuevos conceptos incluidos en la teoría general —en especial la noción de ‘narcisismo’—, sigue a los anteriores un tercer período en el cual Freud trató de reajustar los nuevos hallazgos a su concepción clásica de los mecanismos defensivos empleados por el sujeto.

Baldío sería, en el caso de Freud, espigar las influencias de los autores que le precedieron o fueron sus coetáneos. Pues Freud fue un hombre de genio, por lo que resulta más atinado despejar los tipos de problemáticas imperecederas que investigó y transformó. El genio, aunque no se sepa muy bien qué es, se caracteriza no sólo por haber asimilado las teorías y prácticas de su tiempo, sino también por la subversión sin precedentes que imprime a determinado campo del saber3.

Siguiendo este hilo conductor, a partir de tres fragmentos clínicos extraídos de los historiales freudianos (Cecilia M., Dora y Schreber), trataré de mostrar que un buen número de cuestiones clásicas relativas al pathos se reaniman con la reflexión desplegada por nuestro autor más de veinte siglos después, en especial las referidas al uso terapéutico de la palabra, a las posiciones éticas frente al malestar y a la responsabilidad subjetiva. Se advertirá así, seguramente, la transformación de esas problemáticas sempiternas surgida de su elaboración, la cual ha consolidado una nueva teoría de la subjetividad y una nueva práctica destinada a la terapéutica de nuestras aflicciones. Este enfoque, como decía, amplía la chata historiografía que se limita a datar tal o cual concepto o idea en un autor precedente4.

No creo forzar las cosas al proponer la continuidad de una trayectoria que se inicia con la reflexión clásica sobre las pasiones, las enfermedades del alma y las propuestas para remediarlas, reaparece en los albores del siglo XIX en las concepciones de los alienistas respecto a la «alienación mental» y el «tratamiento moral», y es de nuevo reavivada por Freud cuando entreteje su clínica con los hilos del pathos y el ethos. De esta manera me parece posible articular, en lo tocante a las reflexiones sobre el malestar subjetivo, el buen uso de la palabra y la responsabilidad subjetiva, las obras de Cicerón, Pinel y Freud5. En este sentido puede afirmarse que, al ocuparse de las dificultades propias del deseo y el goce, el psicoanálisis recupera el lugar que antaño ocupara la filosofía moral6.

Tirando del cabo en que se anudan el psicoanálisis y la tradición clásica se despejará, sin duda, la especificidad de la psicopatología psicoanalítica frente a otras concepciones de los trastornos mentales. Por tanto, la breve semblanza a continuación trazada se enmarca en la perspectiva histórica, la que sin duda más conviene cuando se pretende hacer inteligible el presente, tal como Aristóteles recomendó de múltiples maneras en su Política: para conocer las cosas es necesario verlas desarrollarse y seguirlas desde su nacimiento7.

Estudios sobre la psicosis

Подняться наверх