Читать книгу Pacientes con síndrome de Down - Alicia Fagliano - Страница 7
1.2 Aportes de la psiquiatría infantil
ОглавлениеJ. de Ajuriaguerra es uno de los representantes más importantes de la escuela francesa de psiquiatría infantil, siendo su obra, el Manual de Psiquiatría Infantil (1975) una síntesis de integración entre los conocimientos desarrollados en esta especialidad desde la obra de Leo Kanner, Psiquiatría infantil (1935), los aportes del psicoanálisis y los desarrollos teóricos de Piaget. Ajuriaguerra planteó una definición de la debilidad mental entrelazando el criterio nosológico de la psiquiatría clásica con los problemas vinculados a la afectividad y del desarrollo de la personalidad.
Asimismo, consideró necesario el abordaje psicoterapéutico en aquellos casos en los que el insuficiente control de la impulsividad redundara en una grave limitación para el logro de una organización psíquica integrada. Resaltó la importancia de la relación con los objetos externos como representantes del mundo interno y afirmó que los trastornos de control impulsivo que pudieran estar relacionados con el sustrato interrelacional, podían ser modificados por la psicoterapia. (Ajuriaguerra, p. 511)
Otro autor relevante en el estudio de la deficiencia mental fue Roger Misès. Psiquiatra y psicoanalista miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Paris. Reconoció la influencia que tuvieron en su pensamiento Henry Ey y Serge Lebovici. En su libro El niño deficiente mental (1975) diferenció dentro de la nebulosa nosológica denominada deficiencia mental, los cuadros de psicosis de expresión deficitaria, el estudio de las encefalopatías epilépticas en niños y sus desvíos evolutivos, y por último el abordaje de los de niños deficientes intelectuales a los que diferenció de aquellos que presentaban disarmonías evolutivas.
En el reagrupamiento de los diferentes cuadros, Misès distinguió:
Psicosis de expresión deficitaria, incluida dentro de cuadros graves de retraso.
Retardos atípicos, en los cuales la frontera que los diferenciaría de las psicosis es muy difícil de establecer.
Retardo. Son niños que presentan retraso intelectual no atribuible a alguno de los dos grupos anteriores. El retraso apareció en la primera infancia.
Deficientes disarmónicos. La deficiencia intelectual se halla asociada a trastornos de la personalidad y perturbaciones en las relaciones sociales.
Según este autor, en general, se priorizó el criterio psicopatológico de que la deficiencia mental se caracteriza por carencias e incapacidades, sin integrar la dimensión del deseo. Esto sólo puede hacerse siguiendo el camino del psicoanálisis, estudiando la organización libidinal y los procesos inconscientes. Si bien considera que las investigaciones orientadas por los psicoanalistas son raras y tardías, afirma que el estudio de las deficiencias intelectuales puede aportar conocimiento a la teoría psicoanalítica. (Misès, citado en Wintrebert, 2001)
Dentro de la misma línea teórico clínica, se destaca Bernard Golse, psiquiatra infantil, psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Francia, quien realizó importantes aportes al campo de la psicopatología del infante y su desarrollo normal. Reconoce las influencias de Michel Soulé y de Serge Lebovici, ambos psiquiatras pioneros de la psiquiatría neonatal y del psicoanálisis de la edad temprana. Golse se especializó en la clínica de niños, campo en el que venía desarrollando sus investigaciones.
La importancia de este autor radica en la articulación que llevó a cabo entre conceptos psicopatológicos, perspectivas psicoanalíticas y conceptos de la corriente cognitivo-constructivista, tales como teoría de la mente. Actualmente está investigando sobre la articulación entre teoría del apego y las teorías psicoanalíticas clásicas, en los infantes como en los adolescentes.
En esta investigación fue relevante su libro Le dévelopement affectif el intellectuel de l’enfant. Compléments sur l’emergence du langage (2008). El nacimiento del pensamiento es una problemática que ha sido retomada recientemente en el ámbito de la psicología del desarrollo precoz en la infancia. Según este autor, la ontogénesis de este proceso se sitúa en la exacta interfase de la esfera cognitiva y de la esfera afectiva. En el tratamiento de esta temática incluyó además la perspectiva neurocognitiva.
Igualmente inscripto en el abordaje interdisciplinario de los problemas del desarrollo en la infancia, las investigaciones de Bernard Gibello tienen un interés teórico y técnico de particular importancia por la apertura de posibilidades de asistencia terapéutica pero sobre todo, la psicoterapéutica para todas aquellas dificultades asociadas a sus conceptualizaciones sobre las problemáticas del desarrollo del pensamiento en el niño. Señala asimismo, que estas oportunidades todavía están enunciadas en el campo clínico sólo como perspectivas potenciales.
En su texto L’enfant a la intelligence troublé, originalmente publicado en 1984 y revisado y ampliado en sucesivas ediciones hasta 2009, señala las causas orgánicas como un área compleja dentro de la psicopatología infantil. Resulta muy difícil dilucidar de manera directa cuál es la problemática, puesto que se trata de una situación muy compleja que es necesario implementar un abordaje multiaxial. No es tan importante preocuparse por las causas orgánicas de los trastornos de la inteligencia en sí mismas, sino evaluar de qué manera estas causas determinan el equilibrio dinámico del sujeto y conducen a trastornos mayores. (Gibello, 1984, p. 193)
Por otra parte, este autor, influido por los desarrollos postkleinianos, en especial por la obra de Bion, insistió en la distinción entre continente y el contenido de los pensamientos.
Esta caracterización representa un aporte de particular interés por la diferenciación de las funciones y reglas de ambos aspectos, lo que le permitió abrir una nueva perspectiva a sus estudios sobre los procesos de pensamiento en la infancia. (Gibello, p. 11-12)
En una línea afín, Didier Anzieu, apoyándose en el concepto de continente de Bion, se había referido en su libro El pensar: del yo piel al yo pensante (1994, p. 25), al continente como uno de los ocho vectores que operan en la función del pensamiento. Indicó que así como el continente en el registro de la piel indica la envoltura y el límite del cuerpo, para el yo pensante, continente es la envoltura y el límite de la función del pensamiento. Los efectos restrictivos de la función de continente que pudieran incidir sobre el yo pensante, ocasionarían problemas en el pensamiento, disarmonías cognitivas y retardo en los procesos de razonamiento.