Читать книгу En sintonía con tu ciclo femenino - Алиса Витти - Страница 19
Mi historia hormonal
ОглавлениеSé por experiencia propia lo estresantes que pueden ser los problemas hormonales. Lidié con ellos durante una década, y mi experiencia con ese estado hormonal debilitante cambió mi carrera y mi vida. Mis problemas empezaron cuando iba al instituto. Yo llevaba mucho retraso en el club de la pubertad. Aunque era la presidenta y fundadora del Club del ciclo, fui la última en tenerlo. Tenía casi dieciséis años cuando tuve mi primera regla, aunque fue de color marronáceo y no muy saludable. Iba cada año a la ginecóloga, pero no me diagnosticaba o explicaba nada de la larga lista de problemas que tenía. Entretanto, los síntomas fueron empeorando durante el tiempo que fui al instituto y a la universidad. Llegué a pesar noventa y tres kilos; tenía la cara, el pecho y la espalda cubiertos de un acné quístico severo y, en diez años, había tenido la regla solo un puñado de veces. Estaba tan mal que no podía dormir, me daba atracones de comida para mitigar la fatiga y la ansiedad, estaba deprimida y me costaba hacer hasta las cosas más básicas, como llegar a la hora a las citas y salir con mis amistades. Era caótica y me sentía atrapada en mi propio cuerpo. Una noche, de esas típicas en las que no podía pegar ojo, me fui a la biblioteca de la Universidad Johns Hopkins, donde estudiaba, y por casualidad, vi un breve artículo en una revista de obstetricia sobre la enfermedad de Stein-Leventhal, que ahora se conoce como síndrome de ovario poliquístico (SOP). Mientras leía los síntomas asociados a esta patología, reconocí de inmediato que eran los que yo tenía. «Es esto», pensé.
En mi libro WomanCode, describo con detalle que ese descubrimiento me condujo a exigirle a mi ginecóloga que me hiciera una prueba de diagnóstico del SOP: una ecografía vaginal y unos análisis de sangre. Cuando los resultados revelaron los signos característicos del SOP –múltiples quistes en ambos ovarios– supe por fin cuál era la causa de todos mis problemas. De pronto, entendí por qué ninguna dieta, ejercicio ni tratamiento cutáneo me había funcionado. Mis síntomas no se debían a que yo no pusiera todo de mi parte, sino a que mi sistema hormonal estaba tan alterado que ninguna dieta o crema para la piel podría ayudarme. Mi pronóstico era funesto: toda una vida con acné quístico y riesgo alto de obesidad, diabetes, infertilidad, enfermedades cardíacas y cáncer. Mientras estaba allí sentada en pasmoso silencio, la doctora me dijo fríamente que no tenía cura, solo me dio una interminable lista de medicamentos: píldora anticonceptiva para regular mi periodo, Accutane para el acné, Glucophage (metformina) para mis problemas con la insulina, Aldactone para el hirsutismo (crecimiento excesivo de vello), medicación para la hipertensión, Clomid para cuando fuera el momento de concebir, etcétera, que probablemente tendría que tomar de por vida. El mensaje era claro: vete a casa y sufre en silencio.
Mientras todavía estaba aturdida ante la idea de pasarme la vida atiborrándome de pastillas y soportando los problemas, en mi interior se despertó una voz que me aseguró con calma: «Este no es tu destino». Mi cuerpo me estaba enviando el potente mensaje de que tenía que existir otra fórmula. En ese momento, no me di cuenta, pero cuando ahora pienso en ello, soy consciente de que mi cuerpo me estaba haciendo saber que tenía el poder para hacer algo, para cambiar mi situación hormonal y forjar un futuro mejor para mí. Fue entonces cuando la relación pasiva que tenía con mi cuerpo se transformó y me convertí en una campeona de mi salud y bienestar. Literalmente, empecé a luchar por mi calidad de vida y si la medicina tradicional no podía ayudarme, buscaría la solución en otra parte. Durante los dos años siguientes, me embarqué en un viaje de exploración para aprender todo lo posible de los expertos de diversas especialidades de salud, incluidos naturópatas, herbolarios y acupuntores. Probé dietas depuradoras, dietas para combatir la cándida y suplementos, y no me funcionaron. Aunque estas terapias pueden aliviar muchas patologías, no resolvieron mis problemas hormonales. De hecho, seguí empeorando.
En un acto de desesperación, empecé a tomar la píldora, pero a los diez días tuve una pérdida transitoria de la visión en un ojo, debida a una migraña ocular, y padecí un episodio cardíaco y palpitaciones por hipotensión. Después de una revisión médica, me dijeron que no tomara anticonceptivos sintéticos. Por último, tras probar todos los tratamientos existentes, conecté con mi fuerza interior como investigadora (había estudiado Biología y quería ser ginecóloga y obstetra) y empecé a investigar sobre el sistema endocrino, la epigenética, los ciclos circadianos del cuerpo, las hormonas (cronobiología) y la teoría de las cinco fases de la medicina tradicional china. Mis hallazgos me animaron a experimentar y a crear un sistema revolucionario de alimentación que, al final, consiguió que mis síntomas y mi estado remitieran espontáneamente. Esta es la esencia del protocolo FLO *** , que describo en WomanCode, que incluye el uso de la alimentación para estabilizar los niveles de azúcar y de insulina, reducir los niveles de cortisol, restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal y mejorar el proceso de ruptura del estrógeno en el hígado.
A los nueve meses de seguir este protocolo, volví a tener el periodo, había adelgazado veintisiete kilos, se me había limpiado la piel, y mi estado de ánimo y mi vida se transformaron. Estaba entusiasmada con esta transformación, pero mi viaje no había terminado. Necesitaba encontrar la manera de mantener los cambios que había hecho y quería conectar con mi naturaleza cíclica, reivindicando un estilo de vida basado en las necesidades femeninas. El Método de Sincronización del Ciclo TM surgió a raíz de estas dos necesidades fundamentales. El método se basa en una extraordinaria programación de cuidados personales, de biohacking y de optimización, en todos los niveles, de nuestros patrones hormonales cíclicos. Nos permite estar conectadas con nuestra energía femenina, a pesar de los condicionamientos culturales que dictan un estilo de vida lineal y repetitivo. Ojalá alguien me hubiera enseñado algo sobre nuestra naturaleza cíclica cuando era pequeña. ¿Dónde estaba el libro de texto que describía nuestro proceso femenino?
El día que llegue tu primer periodo te adentrarás en una fase cíclica y maravillosa de tu vida. Tu segundo reloj biológico se activará. Los ciclos naturales de tu cuerpo te darán poder a través de abundantes regalos y te ofrecerán claras indicaciones para que puedas beneficiarte de cada uno de ellos, en el momento más oportuno. Sincronizar tu ciclo es la forma más sencilla y eficaz de mejorar tu salud hormonal y crear un éxito sostenible en todas las áreas de tu vida: profesión, relaciones, sexualidad y maternidad.
¿Te imaginas haber leído algo parecido cuando eras preadolescente, y la influencia que hubiera tenido en tu autoestima y en tus ideas sobre cómo puedes medrar en tu sociedad? ¿Cómo habría influido en tu forma de pensar actual sobre tu cuerpo, tu menstruación y tus patrones hormonales, si hubieras tenido información sobre cómo sincronizar tu ciclo? ¿Cómo puede esa información haber influido en tu forma de afrontar todos los aspectos de tu vida? Estoy convencida de que vivir según nuestra naturaleza cíclica es el secreto para una vida óptima. Respetarte a ti misma como un ser cíclico no es meramente tratar de mejorar tu salud hormonal, sino que puede potenciar todas las áreas de tu vida. He sido testigo de esta transformación en miles de mujeres de todo el mundo. Este libro se basa en el trabajo que he estado realizando en las dos últimas décadas, en el FLO Living Hormone Center, la primera empresa en su género, dedicada a modernizar la atención a los trastornos menstruales. El FLO Living Hormone Center ofrece un acceso virtual de sus productos y programas, como la aplicación MyFLO, a mujeres de todo el planeta, que les ayuda a evaluar sus problemas hormonales, rastrear sus síntomas y solucionar de forma natural sus desequilibrios endocrinos. Y también se ofrece la oportunidad de hablar largo y tendido con una coach especializada en este tema sobre sus problemas y aprender sobre los beneficios de actuar de acuerdo con su naturaleza cíclica.
EFECTOS SECUNDARIOS DE ESTAR EN SINCRONÍA CON TU CICLO
Darte cuenta de que creas energía, en vez de consumirla.
Descubrir con más frecuencia que estás en el sitio adecuado en el momento adecuado.
Sentirte francamente bien contigo misma.
Sentirte bien en tu cuerpo durante todo el mes.
Sentirte poderosa y segura.
Conseguir que el tiempo esté de tu parte, en vez de hacer lo imposible para tener tiempo.
Tener menos estrés, pero ser más productiva.
Mantener un peso saludable sin esfuerzo.
Disfrutar más de tu trabajo.
Estar en armonía con el proceso de la creación.
No tener tanta necesidad de ser perfecta.
Sentir que tu cuerpo es un canal claro para que se manifiesten tu pasión y tu propósito.
Vivir en armonía con tu naturaleza hace que estés más sana, seas más feliz y no tengas síntomas, y te permite perseguir lo que te apasiona en el ámbito creativo y laboral con más éxito y de una manera sostenible. Para las mujeres, estar en sincronía con su ciclo es el biohackeo máximo de la salud y el éxito. Este biohackeo, igual que tu ciclo, es eficiente, elegante y directo. Lo único que has de hacer es acceder a lo que ya hay en tu interior.