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«Si...», el poema de Rudyard Kipling

Seguramente conocerá el lector el famoso poema de Rudyard Kipling, titulado «Si» (If, en versión original). Lo transcribía Laura Camp-many, hace poco, en una de sus columnas periodísticas, confesando que se le había instalado «entre ceja y ceja». Tiene silueta de horizonte y aire de plegaria. Es muy hermoso. Se puede leer de rodillas o recitar de pie. Siempre con fondo de silencio. Dice así:

«Si puedes mantener serena la cabeza cuando todos la pierdan y te culpen a ti. Si aunque nadie en ti crea, te basta tu certeza, pero dejando un margen para la duda en sí.

Si puedes esperar y no desesperarte, y, por más que te mientan, no mentir a tu vez.

Si puedes ser odiado y no odiar por tu parte y no mostrar, con todo, ni orgullo, ni altivez.

Si sueñas, y los sueños no te marcan el paso. Si piensas, y la idea no es la meta final.

Si puedes aceptar el Triunfo y el Fracaso, y a esos dos impostores tratarlos por igual.

Si puedes soportar que aquello que afirmaste sirva, manipulado, a una oscura ambición. O ver roto el proyecto al que tu alma entregaste, y volver a erigirlo con el mismo tesón.

Si puedes, cuanto fuiste cosechando en la vida, jugártelo a esa carta que te asignó el azar. Y perder, y volver al punto de partida, sin que nadie te escuche siquiera protestar. Y si es tu corazón tan valiente, que puede, cuando ya estés sin fuerzas, hacerte resistir. E impedir que claudiques cuando nada te quede, salvo la Voluntad que te empuje a seguir.

Si para hablarle al pueblo no bajas un peldaño, ni para hablar con reyes, pierdes tu sensatez.

Si ni el amor ni el odio pueden hacerte daño, y ni a pocos complaces, ni a todos a la vez.

Si puedes rellenar el minuto vacío con sesenta segundos que no olvides jamás, tuyos serán los frutos de la Tierra, hijo mío, y tú serás un Hombre: no se puede ser más».

Precioso poema para llevarlo escrito en el alma desnuda, y poderlo recitar en los momentos de mayor desnudez y soledad. Su letra enciende la música de una hermosa sinfonía que alegra el corazón.

Meditaciones en el AVE

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