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ОглавлениеAño nuevo, lucha nueva
No sólo al comienzo de cada año, sino al inicio de cada tarea, hemos de colocar en nuestros labios este precioso eslogan: «Año nuevo, lucha nueva». San Josemaría solía comentar con sano realismo que no creía en aquel refrán que dice: «Año nuevo, vida nueva», porque «en veinticuatro horas no se cambia nada. Sólo el Señor con su gracia puede convertir en un momento a Saulo de Tarso, de perseguidor de los cristianos, en apóstol. Sólo luchando repetidamente –venciendo una vez sí, y otras no–, sólo quien hace cada día su gimnasia podrá decir con verdad que, al final, tendrá una vida nueva». Y por eso, proponía que, en vez de decir «Año nuevo, vida nueva», se dijera «Año nuevo, lucha nueva», porque los que dicen «vida nueva» probablemente no mejorarán la vida, pero los que luchan cada día sí que tendrán el éxito asegurado.
Recordaré siempre un artículo del padre Jose María de Llanos, jesuita, en las páginas de la revista Vida Nueva, al comienzo de su singladura, cuando la dirigía el periodista José María Pérez Lozano, con el titulo «Año nuevo, vida vieja». El jesuita se reafirmaba en la tesis de que nadie iba a cambiar nada con la llegada del año nuevo. Al contrario, todo el mundo seguiría lo mismo, con sus mismas manías, con sus mismos hábitos, con sus mismos defectos. En tono desabrido, el padre Llanos pretendía poner el dedo en la llaga y espolear las conciencias para que se produjeran esos cambios por los que él, en aquella época, ya luchaba en el barrio madrileño del Pozo del Tío Raimundo.
Ciertamente, al inicio de cada año, de cada afán, de cada tarea nueva, bien podemos decir lo de «lucha nueva», porque la lucha desembocará en victoria.