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2. SIN DOGMA, SIN FE CIEGA

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Así lo he oído. En cierta ocasión, el Bienaventurado iba caminando por Kosala acompañado de una gran comunidad de monjes. Hizo un alto en una aldea llamada Kesaputta,2 en el país de los kālāmas. Entre los kālāmas de Kesaputta se difundió la noticia: «Se dice que el asceta Gotama, hijo de los Sakyas, quien dejó la familia de los Sakyas por la vida sin hogar, ha llegado a Kesaputta. De él se dicen grandes cosas: “Que el Bienaventurado es un Arahant, un Buddha perfecta y completamente iluminado, ejemplo de saber y buena conducta, afortunado, conocedor del universo, insuperable guía de los seres humanos por adiestrar, maestro de dioses y hombres, iluminado, bienaventurado. Habiéndolo experimentado por sí mismo con conocimiento superior, él da a conocer este mundo con sus divinidades, sus Māras y Brahmās, a esta población con sus ascetas y brahmanes. Él expone el Dhamma que es bueno en su principio, bueno en su mitad y bueno en su final, tanto en la letra como en el espíritu, él proclama la vida de santidad lograda en su integridad y completamente pura”. Buena es la contemplación de este tipo de Arahants».3

Entonces, los kālāmas de Kesaputta fueron adonde estaba el Bienaventurado; algunos le ofrecieron sus respetos y se sentaron a un lado. Otros intercambiaron saludos con él y, terminada esa charla amigable y cortés, se sentaron a un lado. Otros le saludaron reverencialmente y se sentaron a un lado. Otros se presentaron pronunciando su nombre y clan, y se sentaron a un lado. Otros guardaron silencio y se sentaron a un lado. Una vez que los kālāmas de Kesaputta se hubieron sentado, le dijeron esto al Bienaventurado:

«Venerable señor, algunos ascetas y brahmanes que vienen a Kesaputta exponen e ilustran sus propias doctrinas mientras atacan, desprecian, infravaloran y rechazan las doctrinas de los demás. Pero entonces, señor, vienen otros ascetas y brahmanes a Kesaputta, y ellos también se dedican simplemente a exponer e ilustrar sus propias doctrinas mientras atacan, desprecian, infravaloran y rechazan las doctrinas de los demás. Venerable señor, tenemos esta duda e incertidumbre: ¿Quién de entre ellos dice la verdad y quién miente?».

«Es normal, kālāmas, que tengáis esta duda e incertidumbre. Ciertamente, vuestras duda e incertidumbre surgieron por una cuestión que se presta a la duda y a la incertidumbre».

«Respecto a esto, kālāmas, no hay que aceptar algo porque sea tradición, ni porque provenga de un linaje de maestros, ni porque se rumoree, ni porque aparezca en textos sagrados, ni porque sea razonable, lógico o la conclusión de una demostración, ni porque una teoría se considere plausible, ni porque sea dicho de forma elocuente, ni porque penséis: “quien lo dice es nuestro maestro”.4 En cambio, kālāmas, cuando conozcáis por vosotros mismos: “estas cosas son perjudiciales, estas cosas hay que evitarlas, estas cosas las condenan los sabios, estas cosas, si se cultivan y se frecuentan, conducen al malestar y al sufrimiento”, entonces, kālāmas, rechazadlas».

«¿Qué pensáis, kālāmas? Cuando surge la codicia, … el odio, … la ofuscación en el interior de una persona, ¿conducen al bien o al mal?».5 «Conducen al mal, venerable señor». «Kālāmas, esta persona codiciosa, … con odio, … ofuscada, abrumada por la codicia, … el odio, … la ofuscación, con la mente consumida por la codicia, … el odio, … la ofuscación, mata a seres vivos, toma lo que no le es dado, va con la esposa de otro, dice mentiras, o bien incita a otro a hacer tales cosas. Esto sólo podrá conducir a su malestar y a su sufrimiento por mucho tiempo». «Así es, venerable señor».

«Entonces, ¿qué pensáis, kālāmas?, ¿son estas cosas beneficiosas o perjudiciales?». «Perjudiciales, venerable señor». «¿Hay que evitarlas o no hay que evitarlas?». «Hay que evitarlas, venerable señor». «¿Las condenan los sabios o no?». «Las condenan los sabios, venerable señor». «Cuando se cultivan y se frecuentan, ¿conducen al malestar y al sufrimiento, o no? ¿Qué os parece?». «Cuando se cultivan y se frecuentan, venerable señor, conducen al malestar y al sufrimiento. Así nos parece».

«Kālāmas, a esto me refería cuando dije que no hay que aceptar algo porque sea tradición, ni porque provenga de un linaje de maestros, ni porque se rumoree, ni porque aparezca en textos sagrados, ni porque sea razonable, lógico o la conclusión de una demostración, ni porque se considere plausible una teoría, ni porque sea dicho de forma elocuente, ni porque penséis: “quien lo dice es nuestro maestro”. En cambio, kālāmas, cuando vosotros conozcáis por vosotros mismos: “estas cosas son perjudiciales, estas cosas hay que evitarlas, estas cosas las condenan los sabios, estas cosas, si se cultivan y se frecuentan, conducen al malestar y al sufrimiento”, entonces, kālāmas, rechazadlas. A esto me refería cuando dije eso.

»En cambio, kālāmas, cuando conozcáis por vosotros mismos: “estas cosas son beneficiosas, estas cosas no hay que evitarlas, estas cosas las elogian los sabios, estas cosas, si se cultivan y se frecuentan, conducen al bienestar y a la felicidad”, entonces, kālāmas, aceptadlas y vivid de acuerdo con ellas.

»¿Qué pensáis, kālāmas? Cuando surge la no-codicia … el no-odio … la no-ofuscación en el interior de una persona, ¿conducen al mal o al bien?». «Conducen al bien, venerable señor». «Kālāmas, esta persona que no es codiciosa … no odia … no se ofusca, kālāmas, no es abrumada por la codicia … el odio … la ofuscación; con la mente sin consumir por la codicia … el odio … la ofuscación, no mata seres vivos, no toma lo que no le es dado, no va con la pareja de otro, no dice mentiras, ni tampoco incita a otro a hacer tales cosas. Esto sólo podrá conducir a su bienestar y felicidad por mucho tiempo». «Así es, venerable señor».

«Entonces, ¿qué pensáis, kālāmas?: ¿Son estas cosas beneficiosas o perjudiciales?». «Beneficiosas, venerable señor». «¿Hay que evitarlas o no hay que evitarlas?». «No hay que evitarlas, venerable señor». «¿Las condenan o las elogian los sabios?». «Los sabios las elogian, venerable señor». «Cuando se cultivan y se frecuentan, ¿conducen al bienestar y a la felicidad, o no? ¿Qué os parece?». «Cuando se cultivan y se frecuentan, venerable señor, conducen al bienestar y a la felicidad. Así nos parece».

«Kālāmas, a esto me refería cuando dije que no hay que aceptar algo porque sea tradición, ni porque lo diga un linaje de maestros, ni porque se rumoree, ni porque aparezca en textos sagrados, ni porque sea razonable, lógico o la conclusión de una demostración, ni por considerar plausible una teoría, ni porque sea dicho de forma elocuente, ni porque penséis: “quien lo dice es nuestro maestro”. En cambio, kālāmas, cuando vosotros conozcáis por vosotros mismos: “estas cosas son beneficiosas, estas cosas no hay que evitarlas, estas cosas las elogian los sabios, estas cosas, si se cultivan y se frecuentan, conducen al bienestar y felicidad, entonces, kālāmas, aceptadlas y vivid de acuerdo con ellas”. A esto me refería cuando dije eso.

»Entonces, kālāmas, el Noble discípulo, libre de codicia, libre de malevolencia, sin confusión, lúcido, plenamente atento, vive con una mente embebida de amor-benevolente e irradiando amor-benevolente hacia el primero de los puntos cardinales, lo mismo hacia el segundo punto cardinal, lo mismo hacia el tercer punto cardinal y lo mismo hacia el cuarto punto cardinal,6 arriba, abajo, y todo alrededor, por todas partes y a todos como a sí mismo. Vive irradiando a todo el mundo una mente con amor-benevolente, magnánima, elevada, ilimitada, sin hostilidad, sin malevolencia…

»Vive con una mente embebida de compasión e irradiando compasión hacia el primero de los puntos cardinales, …una mente embebida de alegría por el bien ajeno, …una mente embebida de ecuanimidad, lo mismo hacia el segundo punto cardinal, lo mismo hacia el tercer punto cardinal y lo mismo hacia el cuarto punto cardinal, arriba, abajo, y todo alrededor, por todas partes y a todos como a sí mismo. Vive irradiando a todo el mundo una mente con compasión, …con alegría por el bien ajeno, …con ecuanimidad, magnánima, elevada, ilimitada, sin hostilidad, sin malevolencia.

»Entonces, kālāmas, este Noble discípulo, con la mente sin hostilidad, sin malevolencia, sin impurezas, purificada, alcanza en esta vida cuatro consuelos:

“Si es cierto que existe el otro mundo y las acciones buenas y malas producen fruto y resultado, tras la descomposición del cuerpo, después de morir, yo iré a un buen destino, a un mundo celestial”. Éste es el primer consuelo que aquella persona alcanza.

“Si es cierto que no existe el otro mundo y, por lo tanto, las acciones buenas y malas no producen fruto y resultado, por lo menos en esta vida me protejo a mí mismo, soy feliz, estoy a salvo, sin hostilidad, sin malevolencia”. Éste es el segundo consuelo que aquella persona alcanza.

“Si es cierto que las malas acciones afectan a quienes las cometen, como yo no deseo el mal a nadie, y como yo no hago nada malo, el sufrimiento no me afecta”. Éste es el tercer consuelo que aquella persona alcanza.

“Si es cierto que las malas acciones no afectan a quienes las cometen, igualmente yo en esta vida me podré considerar puro en ambos sentidos”. Éste es el cuarto consuelo que aquella persona alcanza.7

»Así es como, kālāmas, el Noble discípulo, con la mente sin hostilidad, sin malevolencia, sin impurezas, purificada, alcanza en esta vida las cuatro consolaciones».

«¡Así es, Bienaventurado! ¡Así es, Bienencaminado! El Noble discípulo, con la mente sin hostilidad, sin malevolencia, sin impurezas, purificada, alcanza en esta vida los cuatro consuelos».

«¡Magnífico, venerable señor! ¡Magnífico, venerable señor! El Bienaventurado ha aclarado el Dhamma de diversas maneras, como si pusiera del derecho lo que estaba del revés, como si revelara lo que estaba escondido, como si mostrara el camino al que se había extraviado o alzara un candil en la oscuridad de forma que los que tuvieran vista pudieran ver. Venerable señor, desde hoy vamos por refugio al Bienaventurado, al Dhamma y al Saṅgha de monjes. Ruego al Bienaventurado que, de hoy en adelante, nos considere como discípulos venidos a él por refugio para toda la vida».8

(AN 3:65; I 188-193)

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