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Solo
ОглавлениеLa soledad gira en sentido contrario a las agujas del reloj, en dirección opuesta a la traslación de la Tierra, en el camino inverso de la humillación y en el mismo abismo que la intensidad del amor. No ser nada, no ser nadie, no tener algo que decir o pensar o hacer que trascienda alguna frontera, alguna persona. Esto es, también, la voz de la soledad: la que nos confirma la nulidad del ser, la ausencia de sentido, los paisajes desiertos de símbolos que digan algo a propósito de dónde venimos y hacia dónde vamos. Viene a la mente la imagen de un secreto invertido, la inadvertencia de unas palabras que rozan el cuerpo, de uno en uno, dentro, como un escalofrío que enmudece y habla a la vez, bajo una suerte de descubrimiento sin nada en su interior, un escozor absoluto y vacío, fecundo y yermo. Hay algo, un susurro, un secreto que se calla, se silencia o empalidece, pero no para abandonar la palabra y que permanezca en la retaguardia del cuerpo y de la lengua, sino porque todo secreto es extraño a la palabra, es extranjero a su sonido.