Читать книгу Autonomía, dependencia y servicios sociales - Carmen Alemán Bracho - Страница 21
2. DEPENDENCIA
ОглавлениеLa dependencia aparece en ocasiones como consecuencia de las anteriores limitaciones. El Consejo de Europa, en su Resolución de 1998, define la dependencia en términos generales como “la necesidad de ayuda o asistencia importante para las actividades de la vida cotidiana”. Y, más concretamente, añade que es el “estado en el que se encuentran personas que, por razones ligadas a la falta de o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes para realizar las actividades de la vida cotidiana”. Es decir, la dependencia se relaciona con tres factores:
• la existencia de una limitación física, psíquica o intelectual que merma determinadas capacidades de la persona;
• la incapacidad de la persona para realizar por sí misma las actividades de la vida diaria;
• la necesidad de asistencia ayuda o cuidados por parte de una tercera persona.
Este concepto ha sido recogido expresamente en la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia (BOE, 2006). Según el artículo 2 la Dependencia es un “estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal”.
Los derechos recogidos en la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia se materializan en servicios que se prestan a través del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Y todo el Sistema se basa en el concepto de dependencia y en el procedimiento de su valoración. Es decir, el término dependencia articula el conjunto de derechos y servicios que se prestan desde el SAAD. Por tanto, es necesario conocer los elementos que delimitan el concepto legal de dependencia en España:
• debe tener carácter permanente;
• tiene su origen en una pérdida de autonomía;
• se asocia con el envejecimiento, la enfermedad o la discapacidad;
• determina necesidad de ayuda;
• aparece por las limitaciones para realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria o por la necesidad de ayuda para mantener la autonomía personal (IMSERSO, 2010).
Al igual que la discapacidad, la deficiencia y la minusvalía, la dependencia afecta a toda la estructura de la población por edades. Puede aparecer en cualquier momento de la vida o no aparecer nunca, aunque es más habitual entre las personas mayores de 65 años. Prestaremos atención a las discapacidades que afectan a las personas mayores de 65 años y que dan lugar a situaciones de dependencia, dos motivos: por su importancia numérica en el conjunto de la población con discapacidad y por las consecuencias que esto tiene sobre las necesidades sociales emergentes.
A partir de los 65 años la discapacidad más frecuente reside en la dificultad para desplazarse fuera del hogar, tanto sin medio de transporte como con él (ya sea público o privado). En segundo lugar, aparecen las dificultades para llevar a cabo tareas del hogar y otras relacionadas con la movilidad. Como consecuencia del envejecimiento aparecen discapacidades relacionadas con enfermedades del corazón, la artritis y la pérdida del oído y la vista. La edad es en sí misma origen de discapacidades. Existe, por tanto, una asociación directa entre las limitaciones en la capacidad funcional y el incremento de la edad, aumentando considerablemente en las cohortes más ancianas.
Las enfermedades comunes que a partir de los 65 años desencadenan limitaciones en la autonomía para realizar Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) y Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD) son artritis; infarto o accidentes cardiovasculares; demencia o Alzheimer; Parkinson o distrofia muscular. En ocasiones aparecer juntos acelerando la dependencia. Suele suceder que, a partir del diagnóstico de alguna de esas enfermedades, aparecen efectos en la salud que limitan las habilidades de los enfermos para desenvolverse en sus vidas.
Aparecen las dificultades en la visión, los problemas en el aparato cardiovascular, las deficiencias osteoarticulares (tanto en las extremidades inferiores como en la columna), procesos degenerativos que provocan deficiencias múltiples y demencias que tienen como consecuencia que el mayor muestre dificultades para desplazarse fuera del hogar y le sea difícil salir sin ayuda (AIVD como hacer la compra, etc.). Por otra parte, la sinergia de las deficiencias osteoarticulares, los procesos degenerativos, las demencias y las deficiencias en el sistema nervios dificultan la movilidad dentro del propio hogar. En ocasiones asearse, vestirse u orientarse (AVD) pueden suponer graves limitaciones que generan dependencia. Los procesos degenerativos, las demencias y las deficiencias del sistema nervioso llegan a hacer dependiente al mayor hasta tal punto que necesiten ayuda para comer y evitar las consecuencias de la incontinencia.
En resumen, entre las deficiencias con mayor incidencia en las personas mayores se encuentran las osteoarticulares, las mentales y las múltiples (estas últimas debidas a procesos degenerativos propios de edades avanzadas) que originan, en un elevado porcentaje, discapacidades que tienen que ver con la autonomía, el cuidado personal (AVD) y las tareas domésticas (AIVD), derivando en situaciones de fragilidad general y dependencia de otras personas. Estos grupos de deficiencias son los que provocan por término medio un mayor número de discapacidades y de dependencia.