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El proceso de la enfermedad de las arterias
ОглавлениеEn las últimas décadas, el modo de vida de las grandes ciudades ha acentuado los factores de riesgo que llevan a la enfermedad coronaria. El sobrepeso, la falta de ejercicio, el cigarrillo, la hipertensión, el colesterol, la diabetes, la polución del aire, otros factores menos frecuentes como la homocisteína, lipoproteína [a] y múltiples alteraciones genéticas producen inflamaciones que predisponen a la formación de placas en la pared arterial con distintos componentes, entre los que se destacan las grasas que alteran la pared interna normal (endotelio) de las arterias. La genética no debe interpretarse como una información inalterable que determina el destino de nuestra salud, sino todo lo contrario: un buen estilo de vida puede alterar el mensaje genético.
Ahora bien, las placas aumentan en tamaño y cantidad a lo largo de los años, y diversos factores pueden desencadenar “accidentes de placa” —este es el término científico que implica la ruptura de la cápsula que recubre a la placa— que generan una cascada de factores de la coagulación que termina con la formación de un trombo que tapa la arteria. En la mayoría de los casos, el organismo “frena” este accidente y la placa vuelve a un estado similar al usual. Un estilo de vida sano caracterizado por el ejercicio frecuente, la nutrición sana, evitar el alcohol y el cigarrillo y el control de los niveles del colesterol, la presión y la glucosa, favorecerá que las placas sean pocas, pequeñas, y que no sean vulnerables a sufrir el “accidente” que desencadena complicaciones vasculares.
En otros casos, la placa genera la ya mencionada cascada de eventos que llevan a la formación de un trombo y la oclusión parcial o total de esa arteria, como ocurre en arterias del cerebro, corazón u otros lugares del cuerpo (riñón, piernas, etc.). De acuerdo al grado de limitación de flujo que se produzca, el territorio irrigado por esa arteria sufrirá una lesión por la falta del oxígeno transportado normalmente por la sangre que ahora no le llega en cantidad suficiente. Por lo tanto, lo que lleva a la lesión de un determinado órgano es el compromiso de una de las arterias que normalmente le asegura la circulación de sangre y un adecuado flujo de oxígeno transportado por los glóbulos rojos que circulan en la sangre.