Читать книгу Misioneros en Sudamérica - Daniel Oscar Plenc - Страница 17
Instrumento de bendición
ОглавлениеHetze había demorado su decisión hasta la venida de Riffel, pero una vez tomada comenzó a compartir su fe con todo aquel que quisiera escucharlo. Muchos lo vieron como un mensajero del cielo y aceptaron gustosamente sus palabras, otros lo ridiculizaron y menospreciaron. Fue tratado como loco, incluso fue atacado por perros, pero su ánimo nunca decayó por ello. Algunas veces sus opositores fanáticos le tendieron trampas en el camino para hacerlo caer. Otras veces tiraron piedras sobre los techos de las casas para interrumpir las reuniones. No faltaron quienes soltaron los cerdos de los chiqueros para producir escándalos en los patios de las casas donde daba sus estudios bíblicos.
El hermano Hetze no era un pastor reconocido o un conferenciante ilustrado. Como lo había hecho en Rusia, nunca dejó de trabajar la tierra para sostener a su esposa y a sus ocho hijos.25 Su trabajo le permitió ser generoso con la iglesia, sus instituciones y la comunidad. Fue de invalorable apoyo para la iglesia y su misión. Cuando terminaba la cosecha, el agricultor se transformaba en predicador y salía con su carro a hacer visitas en el vecindario y en las poblaciones cercanas a fin de compartir el evangelio. Creía que Cristo vendría muy pronto y sentía la urgencia de proclamar el advenimiento de su reino. Al tiempo se unió a los creyentes radicados en Aldea Jacobi para formar con ellos la primera iglesia de la División Sudamericana.
Los Hetze abrieron primero su casa para las reuniones de la iglesia, luego donaron tierras donde los miembros y algunos vecinos levantaron una rústica capilla. Ese recinto rural congregó a los adultos y a los niños que integraban la iglesia. Allí el pastor Westphal predicó sus sermones inolvidables. En ese lugar la señora Westphal reunía a los niños y les enseñaba a cantar y a orar, sin más textos que una Biblia y un himnario en alemán. Reinhardt fue anciano de la iglesia de Crespo Campo por más de 25 años. Era un hombre celoso de las normas de la iglesia y defensor del orden, la reverencia y la puntualidad. Quienes asistieron a la iglesia desde su niñez no recuerdan que alguna vez la Escuela Sabática haya empezado un minuto tarde.
Los dirigentes de la obra sabían que podían confiar en Reinhardt Hetze y encomendarle las tareas más exigentes. En una ocasión fue enviado por el pastor José W. Westphal a visitar hermanos a fin de confirmarlos en la fe y capacitarlos para la misión. En respuesta a esa invitación se trasladó a Lucas González, provincia de Entre Ríos, donde dirigió la semana de oración, bautizó a ocho personas y celebró las ordenanzas del Señor. Sólo un tiempo después bautizó a otras tres personas en la localidad entrerriana de Ramírez. En 1907, un congreso de la Asociación, de cuya junta directiva formaba parte, puso en sus manos una credencial misionera, como muestra de reconocimiento por el ministerio que voluntariamente desarrolló desde aquella vez cuando abrió su corazón al Señor Jesús y a su Palabra.
En parte por el esfuerzo de Reinhardt Hetze, la iglesia de Crespo extendió su influencia a la localidad de Ramírez, donde habría de surgir una iglesia hija. Uno de los primeros pastores que surgieron en estas tierras, Godofredo Block, la organizó en 1923. Enrique Schneider ofreció su vivienda como lugar de reuniones hasta que en 1939 se construyó la capilla que se usó por más de 20 años. En su vejez, Hetze volvió a ofrecer su casa para el inicio de una escuela adventista.26