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NOTA EDITORIAL
ОглавлениеAl igual que Dickens, Dumas o Dostoyevski, Dashiell Hammett se hizo famoso cuando su obra empezó a ver la luz en publicaciones periódicas. Y, al igual que ellos, sus contribuciones a la literatura fueron mucho más allá de sus obras, cuya influencia ha llegado hasta la actualidad. Naturalmente, el medio para darse a conocer afectó en mayor o en menor medida a su narrativa, tanto si se trataba de relatos breves, como de obras más largas. En el caso de las novelas, cuando estas se publicaban por partes, había que enganchar al lector lo suficiente como para arrastrarlo a la siguiente entrega, y Dashiell Hammett era un maestro en eso, porque sabía mantener la tensión de sus historias con unos personajes profundos y memorables, y sus argumentos sentaron las bases del subgénero hard-boiled y, por extensión, de toda la novela negra.
En este volumen se recogen las cinco únicas novelas completas que Hammett escribió. Y lo hizo en apenas ocho años, entre 1927 y 1934. Poco después, a punto de cumplir los cuarenta, decidió abandonar la literatura para siempre. Se retiró mientras estaba en lo más alto. Y ahí sigue.
La atípica trayectoria literaria de Dashiell Hammett comenzó cuando, casado y con un hijo, la necesidad le empujó a escribir cuentos cortos. Hammett desde siempre había sido un luchador. Veterano de la Gran Guerra, había visto su salud mermada a causa de una tuberculosis. Antes de ser escritor, trabajó como publicista y como detective de la agencia Pinkerton, para quienes redactó centenares de informes. Ahí, sin duda, se encuentra el germen de su carrera como escritor, que se inició en 1922. Después de algún que otro relato rechazado, en octubre pudo ver cómo publicaban su primer y brevísimo cuento, «The Parthian Shot». Iba a ser el primer paso de una fructífera carrera como autor de relatos, la mayor parte de los cuales vieron la luz en la revista pulp por antonomasia: Black Mask. Con esas piezas cortas, Hammett se convirtió uno de los principales artífices de la popularidad de esa legendaria revista y el mejor de todos ellos al definir los parámetros de una narrativa realista y violenta, en la que diversos elementos estéticos, artísticos y sociales se daban la mano para crear un universo completamente nuevo. Del valor excepcional de su narrativa breve, da cuenta el volumen publicado por RBA que reúne todos sus cuentos, una de las mejores y más completas compilaciones de relatos que se ha hecho de Hammett, no solo en castellano, sino en cualquier lengua.
En cuanto a sus novelas, verdaderos bastiones del género negro, tienen una relación muy íntima con esa narrativa breve. En ellas no solo encontramos a personajes como el agente de la Continental o Sam Spade, que ya eran conocidos por los aficionados al pulp, sino que además estas beben directamente de argumentos que ya habían aparecido en algunos relatos y que se unificaron para formar una única historia. Así surgieron en un principio las dos primeras novelas de Hammett, serializadas en cuatro partes: Cosecha roja (1927-1928) y La maldición de los Dain (1928-1929). Sin embargo, Hammett no quedó del todo satisfecho con el resultado, por lo que sometió a estas dos novelas protagonizadas por el agente de la Continental a una revisión profunda antes de publicarse como libros unitarios en 1929. El resultado, mucho más compacto, es el que hoy conocemos.
Con las dos siguientes novelas, El halcón maltés y La llave de cristal, Hammett ya había depurado su estilo narrativo y, aunque recurrió a algunas ideas presentadas en sus relatos (especialmente en La llave de cristal), no tuvo que reelaborar tanto su contenido para su posterior edición en libro. De hecho, El halcón maltés apareció serializada en Black Mask entre septiembre de 1929 y enero de 1930 y apenas un mes después vio la luz en un solo volumen. En cambio, La llave de cristal (la novela preferida por Hammett y una de las primeras obras del género protagonizada por hombres que actúan al margen de la ley) tardó algo más: aparecida también en Black Mask entre marzo y junio de 1930, no se publicó en un único tomo hasta 1931.
Mención aparte merece la última novela de Hammett, El hombre delgado. Aparentemente más ligera que las demás, pero también más cínica, alcohólica y elegante, es la única que no apareció en Black Mask, sino en Redbook, en 1933, de forma condensada y censurada. Al publicarse en libro en 1934, los editores recuperaron algunos fragmentos muy puntuales con claras connotaciones sexuales, que poco después fueron de nuevo censurados y se han mantenido así en muchas ediciones hasta hoy. En este caso concreto, publicamos esa versión sin expurgar, en la que las variaciones con la edición canónica son casi inexistentes, a excepción de esos breves pasajes y el cambio de nombre de un personaje, aquí llamado Sidney Kelterman (Victor Rosewater en la edición censurada), que se hizo para que coincidiera con el nombre utilizado en la adaptación cinematográfica de la novela, estrenada también en 1934.