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De vaquerías a estancias
ОглавлениеDesde la segunda mitad del siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XVIII se desarrolló la cría de ganado en las misiones jesuíticas y en las propiedades de los encomenderos de Córdoba hacia el norte. En las tierras asignadas a las misiones y a los encomenderos se criaban mulas, muy necesarias para el transporte en el Alto Perú, caballos para montar y bueyes para tirar carretas y carros. En Córdoba, Mendoza y San Juan, también se criaban vacas y cabras para leche y carne vacuna para exportación, principalmente a Chile.
Hacia finales del siglo XVI, descendientes silvestres del ganado que Juan de Garay había traído de España poblaban las pampas. Las vacas y los toros abundaban en todo el territorio, rico en pasto y agua dulce. Durante la segunda y tercera décadas del siglo XVII algunos mercaderes y encomenderos comenzaron a organizar grupos de jinetes que, con una buena jauría de perros, cazaban ganado salvaje para extraer sus cueros y sebo. De vez en cuando, consumían la carne, aunque la mayoría de las veces quedaba en los campos a merced de los buitres. Tan pronto como los cabildos descubrieron el valor comercial de los animales, decidieron controlar la caza de ganado mediante la emisión de autorizaciones a un número limitado de cazadores, especificando volumen, área y período de cada autorización.
La cacería de ganado salvaje se desarrolló primero en Córdoba, pero creció con mayor intensidad en Buenos Aires durante el siglo XVIII. Al principio, el comercio de cueros y sebo abastecía el mercado nacional, pero gradualmente los comerciantes de Buenos Aires exportaron a Europa a través de su puerto. De esta manera, los ganaderos y los comerciantes de cueros aumentaron rápidamente su riqueza y posición social, con lo cual presionaron al gobierno para que prohibiera la matanza o venta de animales no marcados. Así, el Cabildo de Buenos Aires no solo creó un registro de marcas, sino que distribuyó sus derechos a unos cuarenta comerciantes de pieles y terratenientes. Eventualmente, cuando mermaron los rebaños de ganado salvaje, los ganaderos compraron tierras para reemplazar la caza de ganado por su cría: génesis de las estancias ganaderas tan características de la pampa argentina.