Читать книгу Historia económica de la Argentina - Domingo Felipe Cavallo - Страница 18
Primera Junta
ОглавлениеEl gobierno surgido de la Revolución de Mayo se conformó en una junta de nueve miembros, dos de ellos figuras militares: el presidente Cornelio Saavedra y el vocal Miguel de Azcuénaga. Otros cuatro miembros eran abogados criollos: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno y Juan José Paso. Había también dos comerciantes españoles, Domingo Matheu y Juan Larrea, y un clérigo, Manuel Alberti. El nombre oficial fue “Junta Gubernamental Provisional de las Provincias del Río de la Plata en nombre de Fernando VII”, más conocida como la Primera Junta.
La confrontación y el conflicto comenzaron inmediatamente después de su conformación. La Real Audiencia se negó a aceptarla, y en su lugar, declaró su lealtad al Consejo de Regencia de España. Además, envió mensajes a las ciudades y provincias del interior del virreinato instruyéndolas a desatender las órdenes de la Primera Junta. Como respuesta, el gobierno revolucionario arrestó a los miembros de la Real Audiencia y, argumentando que sus vidas corrían peligro, los envió a España en un buque británico. Luego, nombró a criollos pro-revolucionarios en su lugar.
Si bien la Primera Junta solicitó a las provincias que elegieran delegados para que representaran sus intereses en una junta ampliada, no hubo respuesta inmediata; de hecho, en algunos lugares, no solo no pensaban elegir representantes, sino que se oponían al movimiento revolucionario. Así fue en Córdoba, donde el gobernador, el obispo y los miembros más influyentes de la comunidad pidieron a Santiago de Liniers que liderara un movimiento contrarrevolucionario. Liniers aceptó, pero la Primera Junta envió una milicia que lo derrotó luego de tres meses de combates caóticos. Juan José Castelli ordenó la ejecución de Liniers, del gobernador y de otros líderes de la contrarrevolución.
Fortalecidos por el rápido éxito en Córdoba, la Junta decidió reunir dos ejércitos más numerosos. El primero lucharía contra las autoridades del Alto Perú que habían declarado lealtad a España y reclamaban volver a formar parte del Virreinato de Perú. El segundo presionaría a los gobiernos de las provincias de Santa Fe, Corrientes, Montevideo y Asunción, donde los realistas aún prevalecían. El ejército liderado por Castelli pudo ocupar Potosí y Charcas a mediados de noviembre de 1810. Adoptó medidas drásticas contra las autoridades realistas previas, incluyendo la confiscación de propiedades de familias opositoras.