Читать книгу La mente dividida - Dr. John E. Sarno - Страница 11

3. El síndrome del túnel carpiano

Оглавление

El síndrome del túnel carpiano (STC) se puso de moda en los años ochenta. Es otra manifestación del SMT que ha sido muy mal interpretada por la medicina, con predecibles resultados. Los pacientes experimentan una variedad de síntomas en las manos que son el resultado de una disfunción del nervio mediano en la muñeca. Esta disfunción puede verificarse mediante pruebas eléctricas, de manera que no existe ninguna duda sobre la razón de los síntomas. Lo que está en duda (aunque la comunidad médica no lo admite) es qué está irritando al nervio. El diagnóstico comúnmente aceptado es que el nervio sufre una compresión al pasar bajo un ligamento de la muñeca, y el tratamiento recomendado consiste en inyectar esteroides bajo el ligamento o cortarlo, lo cual a veces produce un alivio de los síntomas. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Muscle and Nerve (Músculo y nervio) señala que la función nerviosa regresa demasiado rápido después de haber cortado el ligamento para poder echarle la culpa del trastorno a la compresión, y que es más probable que una isquemia local (flujo reducido de sangre) sea la responsable de los síntomas. Como la isquemia es la que causa los síntomas del SMT, los resultados respaldan la idea de que el síndrome del túnel carpiano sea una manifestación de éste.

Es muy significativo que la rápida propagación del síndrome del túnel carpiano haya coincidido con el espectacular crecimiento de la industria informática. Lo que fomentó la divulgación del STC fue la creen­cia de que el problema era causado por el hecho de trabajar continuamente con un teclado de ordenador y que el STC era una de esas «lesiones por estrés repetitivo». Desde esos primeros tiempos, legiones de empleados de oficina y de personas con ocupaciones que requieren una variedad de tareas repetitivas han desarrollado este trastorno, de manera que hoy en día, al igual que el dolor crónico y la llamada fibromialgia, constituye un problema de salud pública de primera magnitud. A las personas con STC les resulta muy difícil aceptar que se trate de un trastorno mente-cuerpo incluso cuando se usa este término, más benigno, en lugar de la palabra psicosomático.

Es bastante increíble que yo no haya podido encontrar en la literatura médica ni una sola mención que ponga en duda los motivos de estas epidemias. Y uno nunca obtiene una respuesta satisfactoria cuando pregunta: «¿Cómo es posible que los millones de hombres y mujeres que han usado máquinas de escribir desde el comienzo del siglo XX nunca hayan desarrollado síndrome del túnel carpiano?». De nuevo, la medicina carga con la responsabilidad de estas epidemias por dos razones. Primero, por no haber realizado el diagnóstico correcto, y segundo, por haber atribuido la epidemia a causas estructurales y a otras igualmente dudosas. De este modo, la medicina ha contribuido a prolongar y a agudizar los síntomas. Esto es importante porque respalda la estrategia de la mente, que consiste en distraer la atención de aquello que está sucediendo en el inconsciente y centrarla en un síntoma corporal. Esta estrategia perpetúa los síntomas. La triste realidad es que la mayoría de la gente que padece dolor crónico, fibromialgia o STC no acepta un diagnóstico psicosomático.

La mente dividida

Подняться наверх