Читать книгу Vidas - Elena Guadalupe Dutruel - Страница 14

Con lágrimas en sus mejillas, Peggy quiso desaparecer, sólo tendría que esperar el momento adecuado y rogar que se vayan una vez más al río o a dónde quieran, pero que se vayan. Durante la espera y todavía con lágrimas corriendo por sus mejillas, encontró dos paquetes de regalos, uno decía para mi amor Julián y el otro para mi querida amiga Peggy. Ella quedó helada y no podía pronunciar sonido ni palabra alguna. Temblando abrió los dos paquetes y otra vez la falsedad.

PINTADO POR ANA MARÍA

Una especie de billetera moderna con moños para Julián y una con rosas para Peggy.

PINTADO POR ANA MARÍA

Engaño tras engaño, falsedad tras falsedad, algo imposible de pensar. Pero todavía no terminaba la situación.

Peggy pudo escapar de ese infierno de una manera insospechada porque si bien estaban, no estaban. ¿Cómo?

Se fue, llevando el recuerdo del placer ajeno y del dolor propio, mientras su celular no dejaba de sonar.