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Capítulo viii La madeja comienza a desenredarse

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El silencio invadía la sala donde se encontraban Su Ann y Braian en la casa de Peggy. Seguramente se sentían un poco raros e incómodos hasta que Braian le preguntó a Su Ann a qué se dedicaba. Ella le respondió que actualmente era perfumista de una empresa en Estados Unidos, que desearía hacer su trabajo en París, pero que allí era prácticamente imposible porque son más tradicionalistas. Los perfumes provienen de logros familiares realizados y continuados de generación en generación teniendo siempre en cuenta el contexto de la época. Agregando además, que la industria del perfume es una de las más aisladas, glamurosas, extrañas, paranoicas, idiosincráticas, irracionales y lucrativas del mundo.

Braian le preguntó entonces cómo acostumbraban a trabajar las empresas estadounidenses, a lo que Su Ann respondió que generalmente por las experiencias que había tenido y por su actual trabajo, son de trabajar en equipo, eligiendo un determinado lugar del mundo, buscando la posible materia prima con la que contarían en ese sitio, investigando características, ventajas y desventajas y después trasladándose al sitio seleccionado, acompañados de fotógrafos, botánicos, en fin con casi todo el equipo de trabajo. Agregó también que dependía si iban a un lugar próximo al mar, o bien a lugares montañosos, a bosques, desiertos… Así las nuevas fragancias deberían también tener el perfume del lugar. Contaban también con el diseñador del envase, de las etiquetas y cajas, ya que la capacidad de un verdadero perfumista va más allá de su olfato. Él lo hace todo: el perfume, el frasco, la publicidad.

A Braian, nunca se le hubiera ocurrido tremenda hazaña para lograr un nuevo perfume. Además, para él que usaba lociones familiares y habiendo en su casa solo una mujer, su madre, que pocas veces en su vida había salido de Santa Rosa, no era tema de conversación ni producto que cautivaba el interés de su familia, pero igualmente se interesó y descubrió algo distinto en que podía poner su mirada.

Su Ann, le dijo que ya hablarían más otro día y Braian la invitó a salir un ratito para que conociese un negocio cercano de ciertas plantas que podrían servirle para llevar materia prima de Argentina, aprovechando mientras tanto sus vacaciones.

Como Peggy estaba bien dormida y el lugar era cercano fueron.

¡Qué bonitas! Son plantitas de especias, y cuánta variedad tienen, expresó ella con un brillo de alegría en sus ojos, parecía que ya hubiera olvidado toda la situación.

Le comentó a Braian que dos años atrás el lugar seleccionado fue Nueva Delhi en India, siendo justamente la consigna: LAS ESPECIAS. Con la gran variedad a su vez tan distintas que allá hay, éstas le podrían llegar a ser útiles como para llevar material para regalar a la empresa y así hacer un perfume si bien de especias, bastante distinto al que obtuvieron de las visitas a los mercados de Nueva Delhi.

Fue como un descanso mental el corto paseo, permitió pensar en cosas nuevas, distintas y no trágicas sino productivas.

Hablaron de que sería importante hacer un rastreo de los distintos tipos de especias, de qué lugares son características, en qué condiciones las cultivan. Les surgieron infinidad de posibilidades, entusiasmándolo también a Braian.

Él, hasta no ver su celular al llegar a la casa de Peggy, no se había dado cuenta que lo dejó sobre un sillón. Lo miró enseguida porque estaba pendiente de que lo llamara su hermano Julián. Habían pasado tantas cosas que tenían que esclarecerse porque sino sería un infierno. Al fijarse encontró 17 llamadas perdidas de su madre. Se impacientó y a su vez tuvo la sensación de que sus padres querían controlarlo mucho, por lo que ni miró los mensajes, ni tampoco los llamó durante todo ese día.

Peggy se levantó, ya estaba tranquila y como si nada hubiera pasado los invitó a cenar, sólo que tendrían que esperar hasta que esté hecha la comida. Ellos se miraron sin entender la actitud de la anfitriona de la casa. Mientras dejó todo en marcha se fue a duchar. Al rato el celular de Peggy sonaba y sonaba desde su habitación. Ni Su Ann, ni Braian lo contestaron, pero sí comunicaron a Peggy que su celular llamó muchas veces. Al ir a mirar, Peggy se encontró con que habían sido llamados desde el trabajo de Julián. Lo miró a Braian y como todavía seguía creyendo que era Julián, le dijo que del trabajo lo llamaron 8 veces, agregando –¿por algo será? ¿No les parece?

El ambiente necesitó de un poco de música divertida sino las palabras que empleaba Peggy sólo eran para lastimar y esa situación no llegaría a buen destino.

De repente volvieron a sonar los dos celulares y esta vez, por casualidad los dos al mismo tiempo. ¡Increíble!

Su Ann sugirió que atiendan porque ya son extraños tantos llamados a los dos celulares y siempre de las mismas personas. Braian lo consideró adecuado mientras que Peggy se sintió obligada a hacerlo.

Braian al atender saludó a Julián y sin dejarlo hablar preguntó dónde estaba que él lo vino a visitar y estaba atravesando un infierno con su pareja. A lo que Julián no le dio importancia por la situación que estaba viviendo y sólo atinó a contestarle que el padre estaba internado y en coma. No pudo contestar. Salió corriendo de la casa de Peggy, tomó un taxi y se dirigió al Aeropuerto para tomar el primer vuelo disponible a Santa Rosa, la Pampa.

Mientras Peggy sin darse cuenta que se había ido, caminaba por la casa tratando de comunicarse con Julián, cuyo celular daba siempre ocupado.

Su Ann preguntó que pasaba que Braian –el supuesto Julián– se había ido a las corridas sin decir nada. Peggy, sonriendo sarcásticamente le contesta que no se preocupe que regresaría, que sólo se había ido para poder atenderle el celular a ella.

Pasaron las horas y el joven no aparecía. Su Ann se hartó de la situación por lo que tomó sus cosas y sin despedirse se fue, prefirió irse a un Hotel y estar en paz, olvidándose así de toda esa locura de la cual ella no tenía nada que ver.

Su Ann al subir a un taxi le pidió al chofer que la llevara al Hotel Be Jardín Escondido by Coppola, calle Gorriti 4.746, ubicado relativamente cerca de la casa de Peggy.

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