Читать книгу Recado confidencial a los chilenos (2a. Edición) - Elicura Chihuailaf - Страница 16
ОглавлениеKallfv, Kallfvley tati Mapu chew yiñ amuan. El mundo es una totalidad que se repite en el Azul y desde el Azul, dicen nuestros ancianos y nuestras ancianas.
Al igual que ustedes, que deben tener constancia y trabajo para acceder al conocimiento de un determinado tema, nosotros también lo hacemos, pero para comprender simplemente el sentido de la vida, está diciendo Jacanamijoy desde su cultura inga.
Nosotros morimos tres veces: la primera en nuestra carne, la segunda en el corazón de aquellos que nos sobreviven y la tercera en sus memorias, dice una mujer desde su cultura wayuu.
El abuelo maya Cocom Pech, en la voz de su nieto Jorge, nos está diciendo:
Antes que el Sol se asome en destellos luminosos, los sueños de nuestros antepasados se cumplirán y habrán de estar con nosotros al conjuro del poder del silencio, del poder del viento. No olvides que los sueños no son para acumular saber, ni para entregarse a las fantasías. Los sueños son una rendija de luz para el ejercicio del poder del Espíritu. A su paso intemporal, y a veces incoherente, los sueños dan cuenta de tu historia personal que remontan hacia atrás o hacia adelante, dejan signos en huellas, dejan signos, claves, rastros…
El hombre que vive y no sueña es un hombre muerto en vida. Mas ¡ay de aquel que sueña y no realiza sus sueños! Acosado por las pesadillas acaba por sucumbir al insomnio de una realidad que no es suya. Realizando tus sueños no serás esclavo de nadie, ni pretenderás someter a otros porque habrás probado los caminos de tu verdadera liberación. Recuerda siempre que, en el universo de la Naturaleza, los sueños se convierten en realidad. La lluvia es el sueño del agua. El humo es el Sueño del fuego. El azul del cielo es el sueño eterno del aire.
Por eso, le reafirmo, esta conversación con usted la realizo al lado de los pensamientos de mis antepasados, de mi gente; y de las reflexiones, las cartas y los libros de mis amigas y de mis amigos indígenas y no indígenas. Como le he dicho, a ellos / ellas los he convocado a hablar en estas páginas. A usted la convoco / lo convoco a oírlas, a oírlos.
Genechen nos está mirando desde el Oriente. Que ojalá este sueño, este Recado –que ahora es también una memoria, una constatación, una búsqueda–, sea un mínimo aporte para el inicio del necesario, urgente, diálogo –como concreción y no como dilación– entre mapuche y chilenos; que nos acerque a la conversación, al Nvtram de nuestros mayores. Y que evidencie los vasos comunicantes que, más allá o no de nuestros deseos –y sin aún habernos encontrado–, me parece han influenciado mutuamente a nuestros pueblos.
Lo están aseverando, por ejemplo, las palabras del mapuzugun que son de uso cotidiano en el hablar chileno: pichín, pichintún, malón, cahuín, ñachi, merkén, luche, chépica, quintral, maitén, percán, trapicar, entre muchas otras.