Читать книгу Derecho de la energía y el clean energy package - Elisenda Malaret García - Страница 10

Presidente del Instituto Universitario de Estudios Europeos

Presidente de Honor de la RACMYP. Antiguo Comisario Europeo de Energía

Señora Presidenta, autoridades, señoras y señores, para mí es un gran placer y un honor participar en este Primer Congreso Nacional de la Asociación Española de Derecho de la Energía, y quiero que mis primeras palabras sean para agradecer a un muy querido amigo, Vicente López-Ibor, que fue el que me introdujo en estos temas hace ya muchos años, cuando tuvimos el gusto de trabajar juntos en la época de la Comisión.

Mi vinculación con la energía se manifiesta al menos en dos dimensiones. En primer término, como persona consciente de la significación de la energía, para el desarrollo económico, el bienestar social y el avance tecnológico, así como el progreso ordenado y sostenible de las sociedades. Y al mismo tiempo, desde la perspectiva europea, mi relación con el sector energético se acentuó al asumir la responsabilidad de Comisario de Energía a mediados de los años noventa, precisamente en el momento en que tenía lugar la adopción del primer paquete legislativo de apertura a la competencia de la Unión Europea, es decir, lo que se llama la liberalización del mercado interior de la electricidad y de gas natural. El mercado interior de la energía ha sido desde entonces un instrumento necesario, no sólo para liberalizar los mercados de electricidad y gas, sino para dotar a la economía industrial europea de una mayor capacidad competitiva respecto a sus principales rivales en el orden geopolítico, como son Estados Unidos y Japón.

En aquellos años, intentamos también propiciar el avance en la negociación de la Carta Europea de la Energía. Estos dos procesos, de alcance jurídico y regulatorio, el mercado interior energético y la Carta Europea de la Energía, ocuparon una parte importante de mis preocupaciones y trabajos durante la etapa como Comisario. Afortunadamente, el mercado interior europeo ha seguido avanzando sobre la base de los objetivos y técnicas de regulación, diseñados en aquellos momentos en que se afirmaban bajo el principio de acceso de terceros operadores a la red. Y junto al acceso de terceros, el diseño regulatorio se completaba con la técnica de la separación de actividades, que era requisito del Derecho de la Competencia, así como la creación de autoridades independientes, que era un elemento central del nuevo marco institucional. Desde entonces, han tenido lugar otros dos esfuerzos legislativos de especial relieve, pero que han contribuido a profundizar en el esquema antes apuntado, es decir, competencia, acceso, separación de funciones y supervisión regulatoria.

Yo celebro que los juristas y expertos en regulación europea, hayan decidido constituir hace dos años una Federación Europea de Derecho Energético, y las correspondientes Asociaciones de Derecho Energético Nacional, que hoy suman un número relevante de países, y que sin duda en un próximo futuro alcanzarán a representar a todos los Estados de la Unión. Una tarea realizada hasta hora en tan poco tiempo es algo muy sobresaliente.

El derecho, juega un papel crucial en el entendimiento y en la configuración y ordenación del sector energético europeo, en el nuevo marco de sostenibilidad. Actualmente, se trata de transponer en los Estados miembros el denominado Clean Energy Package, una gran novedad legislativa, que orienta el sistema productivo europeo hacia la descarbonización. Y hablamos de transición energética, algo muy importante. Y quisiera poner también de manifiesto, la importancia de abordar con prudencia y con claridad de objetivos y principios, esos procesos cruciales de reformas, sobre todo cuando hablamos de sectores esenciales para la sociedad, como es el sector energético.

En una transición, nadie debe sentirse injustamente preterido. Se trata de acomodar a un marco nuevo las realidades industriales y tecnológicas en presencia, y se trata también de acentuar el compromiso ambiental de todos, de conformidad con los postulados acordados en la Conferencia de París. Todas las energías son importantes, y todas aquellas que cumplen con los crecientes compromisos ambientales, juegan un papel imprescindible en el futuro. Transitar se concibe para avanzar, no para retroceder y mantenerse en el mismo estado. Los reguladores nacionales y europeos tienen también un gran desafío. No pueden, en ningún caso, ir rezagados respecto de los cambios tecnológicos, ni las novedades que los actores del sector energético ofrecen día a día en sus actuaciones empresariales, y también en el ámbito del mercado. Y deben prever esta realidad, y conducir y proveer las soluciones adecuadas, que faciliten el más adecuado funcionamiento del mercado, y la libre concurrencia de la oferta y de la demanda energética.

Una vez más, seguridad de suministro, fortalecimiento medioambiental y realidad competitiva, son los tres ángulos que deben hacer posible un mercado energético moderno, fiable, seguro, y a la altura de las necesidades competitivas de la nueva Europa.

Hoy, tenemos un gran reto ante nosotros, construir una Unión energética moderna, solvente y también medioambientalmente avanzaba. Los juristas tienen en ello un papel de primer orden en este contexto y ante este escenario.

Felicito a mi querido amigo, Vicente López-Ibor Mayor, Presidente de la Asociación Española de Derecho energético, por esta convocatoria, hoy, aquí, en esta casa la Universidad San Pablo, a la que me siento tan vinculado, desde que hace más de sesenta años ingresé en ella como alumno del Colegio Mayor. Este Colegio y esta Universidad, que hoy acoge tan calurosamente, y deseo que todos ustedes tengan unos magníficos intercambios y debates, al servicio de los fines antes mencionados.

Muchas gracias.