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Surfeando la marca del caso
ОглавлениеNo vamos a referirnos a todas las alusiones que se pueden interpretar en función de la publicidad del seminario. El afiche sugiere mucho más de lo que explicita, no obstante, quiero distinguir tres dimensiones de la marca que me gustaría compartir con ustedes:
1 La cultura como segunda marca (algo ya resaltado por Jorge).
2 Lo que llamamos la Marca del caso.
3 Y por ultimo, la huella: la memoria del ser sexuado.
Voy a lo segundo, la marca del caso. Algunos me habrán escuchado que cada tanto menciono una nota que está en el reverso de una revista Scilicet del año 68, publicada en una sola ocasión. Muchos saben que es Lacan quien escribe, pero no lo firma; lo cito de memoria:
Menos afectación de autoridad. Mas seguridad para invocar lo personal en la practica, y especialmente la Marca del caso10.
¿Que sería la «Marca del caso»? En francés está escrito como «trait», que equivale a: rasgo, marca, a veces rasgo de unión o rasgo que enlaza una cosa a otra. El «rasgo unario», por ejemplo, en francés es: le trait unaire. Pero, a la vez, lo que más nos interesa, en este momento de homogeneización, es cómo se inscribe el rasgo particular, el uno por uno.
Cuando Jorge se refirió a la angustia, nos hizo ver que no puede pensarse como un afecto generalizado. Si bien podemos hablar de miedo generalizado, es inviable hablar de angustia generalizada. La angustia se da en el uno por uno de los sujetos. Y claro, la marca más singular del sujeto es marca que traza y tacha al sujeto y, al mismo tiempo, también tacha al Otro. No hay marca si no hay tachadura del sujeto y tachadura en el Otro. Bajo esa doble forma, es factible entender cómo alguien, en este mar de aislamiento indistinto, puede elevarse como una voz distinta. Es decir, al menos uno que pueda recibir su propio mensaje de forma invertida. Es a partir de esa marca donde puede aparecer la una-equivocación (une-bévue); no es muy agradable la traducción, pero lo diremos así: un momento donde puede aparecer el traspié, el tropiezo, la equivocación, el mal start. Es importante estar atento para poder detectar dónde cada uno, aislado en esta pandemia, puede equivocarse.
Muchos se enteraron de la historia del surfer, el joven que violó la cuarentena para ir al mar y a quien durante horas y días los medios criticaron ferozmente por no acatar las medidas del conjunto. Como si fuese posible ir globalmente por la senda del conjunto. Desde el punto de vista del comportamiento ciudadano, desde luego que es insalvable, pero no nos compete esa perspectiva. Me interesa destacar, extremando un poco las lecturas, que en esa salida del conjunto, en eso salido del cauce, es donde hallamos al sujeto. No lo tenemos acá para que nos diga qué sucedió, pero es evidente que cuando aparece algo diferente, algo anómalo, es leído como insoportable por la población. Leído en clave del discurso analítico, esto es diferente. ¿Qué hubiera sucedido si salía un psicoanalista en la TV y en lugar de sancionar penalmente el hecho hubiera dicho: «En fin, el muchacho tuvo un traspié, hay que escuchar qué tiene de singular para decir…» No fue por el cauce que todos tomaron. Ahora bien, no estoy proponiendo una desobediencia colectiva ni el capricho individual pues la sociedad sería invivible, pero un tropiezo es la posibilidad para el deslizamiento de una palabra, y un analista tiene que estar preparado para escuchar esos desplazamientos y esos traspiés; de lo contrario, no nos podemos apuntalar en el discurso analítico. Solo repetiríamos todas las tonterías que suelen escucharse en la psicología y un montón de cosas más sobre la pérdida de valores, etc… En suma, cosas que no atañen al psicoanálisis.
Por último, tomando la cuestión de la marca no quiero pasar por alto la dimensión del cuerpo, para no hablar solamente de los sueños de la razón. Porque el inconsciente no es sin cuerpo, hay algo de lo cual se goza, algo endógeno. La pulsión, huelga decir, tiene su fuente somática.