Читать книгу ¿Podemos vivir en una civilización sin dios? - Emilio Vaschetto - Страница 16
Lo exógeno y lo endógeno
ОглавлениеPor un lado, está el miedo exógeno que motiva la organización homogénea de la sociedad, una sociedad disciplinada… Esto nos lleva a reflexionar acerca de cómo las sociedades argentina e italiana (por nombrar algunas), cada una con su estilo de indisciplina, logran finalmente disciplinarse en función de una versión del miedo. Pero también tenemos el miedo endógeno, que es el miedo a quedar reducidos a un cuerpo. Por eso decimos que se trata de otra versión de la angustia que da Lacan, el tener miedo del cuerpo (miedo del cuerpo llamado propio). Es interesante porque ustedes van a leer, hacia el final del seminario La angustia, que Lacan dice que todo lo que ha querido hacer allí es dar una precisión acerca de lo que significa el peligro en Freud12. El «peligro vital». Es un peligro que, marcando diferencias con Freud, está ligado al carácter de cesión del objeto a, al momento constitutivo de la cesión del objeto a. Me parece interesante porque en todo ese seminario Lacan va a apuntar hacia algo más primitivo, casi a un lugar de desamparo vital. Incluso si tomamos el seminario de La Ética… vemos que allí donde reflexiona sobre el final del análisis, supone el reconducir al sujeto a ese punto de desamparo vital que es incluso previo a la angustia misma como defensa13.
Volviendo al seminario La angustia, me parece interesante su relectura y ese cambio de tono que surge al leerlo con la lupa de «La Tercera». En él Lacan realiza un esfuerzo considerable al introducir una variedad de ejemplos orgánicos. Por ejemplo, para explicar la voz como objeto, recurre curiosamente a la anatomía del oído. Da todo un rodeo sobre los huesecillos del oído y demás estructuras ¿para qué? Para decir que la voz resuena en un vacío, pero es un vacío del cuerpo, reducido a su realidad orgánica.
Respecto a la dimensión constitutiva de la cesión del objeto a y el origen —previo a la angustia como defensa— sitúa el trauma del nacimiento, del que habla Otto Rank. Y lo usa para decir: ahí tenemos el feto flotando muy cómodamente en el medio acuoso del vientre materno y cuando sale está la angustia y el trauma del nacimiento. Pero, ¿cuál es ese trauma? ¿Pasar del medio acuoso al atmosférico? ¿Pasar de la comodidad del vientre materno a la incomodidad del cuerpo sometido a la gravedad y al aire? Pues no. Lacan advierte que el trauma es aspirar en un medio Otro14. Es decir, aspirar de entrada el lenguaje. Incluso en el grito mismo que se le escapa al recién nacido, no puede evitar que hay algo que cedió, aparece una dimensión del objeto en una matriz muy primordial. Entonces no se trata de la separación de la madre, sino de la aspiración en un medio Otro y la cesión del objeto. Inclusive habla del «sujeto neonatal»15, expresión extraña pero así mencionada por Lacan.