Читать книгу Tu diálogo interior - Ethan Kross - Страница 17

Puede ser profundamente inquietante aprender acerca de los efectos de nuestros diálogos internos negativos en nuestra mente, relaciones y cuerpo. Como científico inmerso en este trabajo, con frecuencia no puedo evitar pensar cómo se aplica esta investigación a mi propia vida y a las vidas de quienes amo. Mentiría si te dijera que no me preocupo cada vez que veo a una de mis hijas inquieta por algo.

Y, aun así, si miro a mi alrededor, veo ejemplos que ofrecen esperanza. Veo estudiantes que pasan de ser novatos inseguros ahogados en la inseguridad, a estar en el último año de la carrera sintiéndose seguros y listos para contribuir al mundo. Veo gente que enfrenta dificultades tremendas y que encuentra la manera de conectarse con otros y recibir apoyo de sus círculos sociales. Y veo a quienes han vivido con estrés crónico, tener una vida saludable. Cuando mi abuela Dora era joven y vivía en Polonia, escapó de los nazis y se escondió en el bosque durante un año terrorífico, y aun así logró vivir setenta años más en Estados Unidos, resiliente y feliz.

Lo que estos contraejemplos importantes me recuerdan es el gran acertijo de la mente humana: cómo nuestra voz interior puede ser tanto una desventaja como una ventaja. Las palabras que corren por nuestra mente pueden desmoronarnos, y también pueden llevarnos hacia logros significativos… si sabemos cómo controlarlas. Al mismo tiempo que nuestra especie desarrolló la voz interior, la cual nos puede ahogar en el diálogo interior, también coevolucionó las herramientas para convertirla en nuestra mayor fortaleza. Tan sólo piensa en Rick Ankiel, que volvió a las grandes ligas en 2007, no como pitcher, sino como jardinero que todavía tuvo que luchar contra la presión de jugar frente a decenas de miles de fans.

Ankiel jugaría en las ligas mayores por otros siete años, y se dio a conocer por su brazo de cohete en el jardín y su explosivo swing en home. El pitcher que acaso hubiera perdido su carrera escribió: “En el peor momento posible, pasé casi cinco años luchando contra eso con una determinación que rayaba en la obsesión, y me convertí en el bateador que podía lanzar una bola hasta la grada superior y en el jardinero cuyo brazo volvió a ser de oro. Todo era tan maravilloso y extraño”.

Todavía más maravilloso y extraño: en 2018, cuatro años después de retirarse, Ankiel se subió al montículo en un juego de exhibición de exjugadores profesionales, la primera vez que lo hacía en público en casi veinte años⁵⁷ desde su incidente contra los Bravos.

Enfrentó a un bateador y lo ponchó.

Ahora, para comenzar a aprender las técnicas ocultas para aprovechar nuestra voz interior, no vayamos más lejos y veamos el caso de uno de los estudiantes más sobresalientes que tuve. Un espía del oeste de Filadelfia.