Читать книгу Lituma en los Andes y la ética kantiana - Fermín Cebrecos - Страница 29
1. El imperativo hipotético
ОглавлениеEl adjetivo “hipotético” procede etimológicamente de dos palabras griegas: hypo (en latín = sub; en castellano = “debajo de”), y thesis (en latín = positio; en castellano = posición). Una hipótesis, considerada etimológicamente, es una sub-positio, y significa “lo que hay debajo de la posición”, lo que la sustenta y fundamenta. Se convierte, de este modo, en la condición imprescindible (conditio sine qua non) de la tesis, ya que sin la hipótesis la tesis “se caería”, no se sostendría como tal. Este carácter condicionante (que en castellano se expresa con el antecedente: “si…”, y el consecuente: “entonces…” (que, como se sabe, puede omitirse), va a aparecer muy claro en el imperativo que Kant denomina “hipotético”14, de cuyas principales características (todas, por cierto, equivalentes e interrelacionadas entre sí) se ofrece ahora una breve descripción.
a) El imperativo hipotético es siempre “un medio para…”
Este imperativo expresa –como dice Kant– “la necesidad práctica de llevar a cabo una acción como medio para algún otro fin”. Ejemplo: “Si quieres adelgazar, entonces nada dos horas diarias”. El imperativo es “¡nada!”, pero la acción que se ordena en dicho mandato está subordinada a la hipótesis, esto es, al “adelgazamiento”. Como se verá más adelante, la política es un auténtico semillero de imperativos hipotéticos: “Si deseas un Perú mejor –será la consigna unitaria de SL y de todos los partidos políticos–, erradica las causas que atentan contra ello”.
Empleando el lenguaje kantiano, el imperativo hipotético resulta ser un medio para conseguir lo que se propone en la hipótesis y no, desde luego, un fin en sí mismo. Consiguientemente, en el imperativo hipotético lo más importante no resulta ser el “imperativo”; lo decisivo es, por el contrario, la “hipótesis” o “condición”.
b) En el imperativo hipotético sí puede hablarse de “bondad” o “maldad” de las acciones
En la ética kantiana (que no se basa, desde luego, en imperativos hipotéticos) no puede hablarse de “bondad” en las acciones, sino solamente de una “voluntad buena”. En los imperativos hipotéticos, sin embargo, si la acción u omisión prescritas en el modo verbal del consecuente conducen a lograr el fin (esto es, se convierten en “medio para” conseguir lo que la “hipótesis” propone), entonces la acción será calificada de “buena”; si, empero, se cumple el imperativo y no se alcanza lo que se contiene en la hipótesis, la acción es “mala”. El dicho político atribuido a N. Maquiavelo (1469-1527): “El fin justifica los medios”, simboliza, a no dudarlo, una descripción apropiada del imperativo hipotético.
c) El imperativo hipotético puede convertirse en máxima subjetiva, y viceversa
La hipótesis depende del sujeto y, por ende, es relativa a sus peculiaridades, gustos e inclinaciones, es decir, está “sujeto” a la subjetividad. Así, pues, la máxima –al igual que sus sinónimos “lema”, “consigna” o motto–, resultan fácilmente transformables en un imperativo hipotético, exceptuando el caso en que la “máxima”, desposeída de su componente de subjetividad, se identifique de lleno con la “idea del deber”15.
d) El imperativo hipotético no posee un carácter necesario de obligatoriedad
Al ser el dueño del imperativo hipotético el “sujeto” individual, la obligatoriedad de la acción de dicho imperativo ha de depender del sujeto mismo. Si cesa la condición, simultáneamente cesa el imperativo. La acción ordenada por este puede ser interrumpida, cambiada y definitivamente suspendida. Ejemplo: “Hoy es mi cumpleaños y no deseo nadar tres horas diarias, tal como se establecía en un imperativo hipotético que yo me impuse a mí mismo”. En consecuencia, la ley del imperativo hipotético puede ser infringida sin sentirse culpable, ya que lo “sujeto a la subjetividad” posee, como la subjetividad misma, características flexibles y no moralmente obligatorias.
Ahora bien, si como sucedió en SL, la hipótesis del imperativo se convierte, violando flagrantemente el formalismo kantiano, en un dogma incondicionado e incondicional, entonces también el imperativo estará premunido, por lo menos en sus pretensiones, de tales características.
e) El imperativo hipotético es a posteriori
Las múltiples hipótesis que pueden comandar los imperativos hipotéticos son extraídas de la experiencia de cada individuo (en general, de lo que para cada uno consiste la “felicidad”). Tienen, pues, un origen a posteriori. Y como la experiencia es siempre individual, ningún imperativo hipotético puede aspirar a universalizarse como norma de comportamiento.
f) Los imperativos hipotéticos son prácticamente infinitos
Al emerger de la red interminable de peculiaridades que configuran a la subjetividad, el número de imperativos hipotéticos (o, lo que es lo mismo, el número de hipótesis que pueden condicionar a los imperativos de las acciones), equivaldrá a tales peculiaridades. Así, pues, imperativos hipotéticos y máximas no tienen, en rigor, un límite cuantitativo16.