Читать книгу #SaliDeCasa - Florencia Agrasar - Страница 5
Segundas partes sí son buenas
Оглавление#QuedateEnCasa era la consigna que en todos los idiomas se repetía incansablemente. Un hashtag que se hizo viral y se diseminó como el nuevo coronavirus por el mundo entero. Ese fue el nombre de nuestro primer libro de relatos en pandemia, que llegó a las librerías a fines de 2020 y, si bien empezó como un juego literario de nueve amigos encerrados en busca de alguna escapatoria –conscientes de que la escritura sana y salva–, tuvo una repercusión impensada o, digamos más modestamente, superó las fronteras de nuestros mundos cotidianos y posibles. ¡Se lee hasta en Miami y en Misiones! Hubo compras digitales desde Milán, alguna de Bolivia y se vendió en librerías de Buenos Aires, Mar del Plata, Neuquén y Bragado.
Con el impulso de la creatividad que ayuda a convertir el limón en limonada, mientras que otros nos convierten el vino en vinagre, decidimos continuar la aventura literaria aliviando con la escritura el tedio de la virtualidad, la absurda precariedad de las “burbujas” –no precisamente de champagne pétillant– y lo incómodo de un presente de bocas tapadas con barbijos y mucho alcohol… en gel. Nuestro fervor inicial de capturar vida –esa vida que veíamos tornarse vulnerable, frágil, breve– en historias continuaba intacto y seguimos escribiendo durante todo 2021. “Escribir es una maldición que salva”, ya lo decía con la autoridad que le corresponde Chaya Pinjasovna –Clarice Lispector para los amigos–. “Una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba”.
Así entre risas, chocolates, reuniones virtuales, de las otras y ¡sgroppinos! chez Dumas, surgieron los cuentos que contiene este libro. Hay mucho de humor catártico, aunque estas páginas también harán derramar alguna lágrima y hasta provocarán una mueca de disgusto a la par que una carcajada o un suspiro de alivio. Es que el humor es un principio poético, que permite trascender con ingenio las dificultades. Sin buscarlo, está presente detrás de Desgracia con suerte y el conflicto generacional de una veterana profesora; La venganza de Gabriela y la tarea de escritura contrarreloj de una periodista; Las Normándicas y los vaivenes americanos; Más real que la realidad, donde helicópteros lanzan perfume sobre París; Los hijos de Pu –el inefable Chang Pu– y la primera legisladora porteña china del barrio de Flores; La separación de bienes, donde una pareja se disputa por las pequeñas cosas compartidas como los libros y un juego de bolitas; Veo, veo, donde el humor deja lugar al realismo mágico y Mosquita muerta, que presenta los conflictos de oficina con un diálogo cuidado y sutil donde el lector deberá hacer un esfuerzo para escuchar lo no dicho.
El virus (uno más inofensivo pero devastador: el virus del trabajo y las obligaciones contraídas) causó dos bajas entre los nueve autores que dimos vida a #QuedateEnCasa en 2020, y aunque sentimos dejar atrás el número nueve –tan místico y dantesco–, el siete con toda su magia simbólica nos mantuvo unidos en busca de dar sentido con la escritura al entorno pandémico, como las siete cuerdas de la lira de Apolo, bien tensadas para dar la nota justa. El siete, en efecto, nos acompañó en la selección de cuentos que integran la presente antología, que cerramos en setenta y cinco: el número de relatos que contienen estas páginas. Cada uno muy distinto al otro en tono y ritmo pero, como piezas de un mosaico, todos en conjunto nos muestran un maravilloso cuadro de vivencias, sentimientos, pesares y pensares de un mundo que cambia, que nos transforma.
Escribir salva, sana, libera y nos hace más humanos y cercanos. Seguimos escribiendo y este libro es el resultado de quienes amamos la palabra, su poder performativo, seductor. En la palabra encontramos esa luz que despeja tinieblas, ese fuego que purifica, ese calor que acaricia los cuerpos cansados. A través de la escritura hallamos nuestro reposo y nuestro hilo de Ariadna que nos fue acercando a la salida de un tiempo con forma de laberinto y de una pandemia que cerró algunas puertas pero abrió otras. Por encima o por debajo de las diferencias resulta ser una pandemia que fortaleció los vínculos con la vida.
Termina el año y estamos vacunados. Vacunados contra la desesperanza. Poco a poco vamos recobrando la “normalidad”, transitando los espacios habituales, pero el azote ha hecho que nada sea como antes. Muchos de los cuentos relatan situaciones hogareñas donde la palabra “casa” enmarca los hechos narrativos. Otros capturan momentos de viajes, mares, caminos… Algunos, los menos, se centran en las consecuencias y la fuerza del virus arrollador.
Agrupamos los cuentos en tres partes y así como en el libro anterior la división tuvo por criterio la temporalidad, aquí el orden lo da la dimensión espacial: Puertas cerradas, Pandemia y Puertas abiertas. Con todo el peso de la P, consonante oclusiva y sorda que nos controla aún los movimientos y nos increpa con su panza alta, recordándonos los kilos que aumentamos en este tiempo de ansiedad y desazón por el encierro. Pero el virus no fue tan malo. ¿Para qué ha servido? Para una lección humana universal: para que aprendamos a descubrir ese lazo tan fuerte del Amor que, como dice Dante en el último verso de su Comedia, “move il sole e l’altre stelle” y que, identificado en el Empíreo con el fuego, derrite el miedo.
Con la edición de este libro –que también incluye una playlist para leer con música– decimos “chau chau, adiós” a este 2021 que termina y lanzamos un nuevo grito, “¡Salí de casa!”, que esperamos se vuelva tan viral como el hashtag anterior. Tal como cantaba otro Virus: “No hace falta ser un ser superior”, basta con “poner el cuerpo y el bocho en acción”. ¡Vamos, #SalíDeCasa! §