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3. LA CRIMINOLOGÍA SEXUAL

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La Criminología sexual de acuerdo con Gómez (2017) es una disciplina de la Criminología general que, retomando elementos de la sexología, la medicina, la psicología y el derecho, analiza los factores endógenos y exógenos manifestados en quienes cometen algún delito sexual, teniendo como objetivos la protección de bienes jurídicos como la libertad sexual, el normal desarrollo psicosexual, la indemnidad sexual y el libre desarrollo de la personalidad, así como reducir los índices delincuenciales de este orden, explicando sus causas, modalidades, consecuencias y formas de intervención.

Sobre la criminología sexual, Tagle y Juárez afirman:

Disciplina de la criminología general que, retomando elementos de la sexología, la medicina, la psicología y el derecho, analiza los factores endógenos y exógenos manifestados en quienes cometen algún delito sexual, teniendo como objetivos la protección de bienes jurídicos como la libertad sexual, el normal desarrollo psicosexual, la indemnidad sexual y el libre desarrollo de la personalidad, así como reducir los índices delincuenciales de este orden, explicando sus causas, modalidades, consecuencias y formas de intervención (López Gómez & Ríos Juárez, 2014, p. 150).

Es así como vemos que esta ciencia derivada de la criminología, es clave para entender cuáles son los factores que conllevan a los criminales a cometer este tipo de delitos, esto es, cuales son aquellos factores que se manifiestan en su propio entorno y aquellos que se manifiestan fuera del entorno en el que conviven. De lo anterior, puede deducirse entonces que es fundamental que la criminología sexual apunte a la vigencia de la norma, a resguardar la libertad sexual, la indemnidad sexual, el bien jurídico que constituye el tipo sexual del ser humano, pues solo así se logrará entender cuáles son las formas que tiene una sociedad para extirpar estas infracciones gravísimas que están arraigadas en el colectivo social, y que a día de hoy no se ha logrado suprimir, o al menos en medida controlar de forma sutil para hacer más llevadera la existencia para las personas más vulnerables del conglomerado social que resultan ser las más afectadas con el cometimiento de este tipo de delitos.

En línea con la Criminología clínica, la Criminología sexual facilita el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de los sujetos implicados en estos actos (víctimas y victimarios). Con ello se determinan los elementos personales y familiares que favorecen o inhiben la ejecución de estas conductas, pero también los de índole jurídico, social y político. Dichos elementos serán útiles en el diseño, la evaluación y la modificación de políticas criminológicas de prevención general.

Al respecto, López (2018) refiere que:

Ciertos aspectos de la sexualidad siguen siendo tabúes, lo cual no permite una resolutiva a las dudas que todo ser humano tiene respecto a su sexo, generando una serie de comportamientos “inapropiados” o “desviaciones” sexuales, las cuales hoy ocupan a diversas ciencias, y la Criminología no queda exenta. Una de las creencias sobre dichas disfunciones es que son recientes, que la juventud se ha viciado, cayendo en el libertinaje y en una expresión inconveniente de la sexualidad, lo cual es irreal, pues estas prácticas vienen desde los inicios de la humanidad (p. 74).

No obstante, también es necesario indicar que es falso que los abusadores sean extraños, enfermos o “anormales”, pues se ha encontrado que pueden ser de cualquier raza, edad, nivel socioeconómico o de instrucción, hallándose en común factores de personalidad o cierta historia familiar. Hasta hace poco existía la creencia de que el abuso y la violencia sexual eran poco frecuentes en los menores de edad, pero de acuerdo con Silva (2017) “…estudios de la Organización Mundial de la Salud estiman que, en 2002, alrededor de 150 millones de mujeres y 73 millones de hombres menores de 18 años tuvieron relaciones sexuales forzadas o fueron víctimas de otras formas de abuso sexual” (p. 46).

Consecuentemente, tiempo atrás, se creía que dichos delitos de naturaleza sexual (como el aviso y la violencia sexual) tenían muy poca frecuencia en personas con amplia vulnerabilidad, como niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y personas adultas mayores, sin embargo, a través de la Organización Mundial de la Salud se ha logrado estimar que estos delitos son perpetrados con mayor frecuencia en estos grupos etarios, pues por sus mismas características físicas se encuentran expuestos a los victimarios o criminales sexuales. Es liminar tener en consideración la situación por medio de la cual es percibido el contacto físico y apreciado conforme al conjunto social que se toma en consideración para su juzgamiento, alternando según la época, así como la cultura y hasta la ideología.

El crimen es un delito grave, el cual consigue perpetrarse con perversidad brutal extrema (Peña & Castillo, 2013). Desde la perspectiva sexual, el crimen es configurado cuando el agente del delito ha perpetrado una demostración de genuinos resultados penales lícitos: “Sin importar si fue impulsado por causas monetarias, políticas, raciales, estrictas, o por motivaciones sexuales típicas, extrañas o psicopatológicas en agravio de la víctima” (Espinoza, 2011, p. 24).

El crimen sexual es una manifestación ilegal que desconoce las pautas legítimas, por lo que el culpable de esta manifestación ilegal debe merecer un asentimiento penal. Como señala Posada (2007) no solo tiene su explicación en la depravación sexual o en razones obsesivas y psicopatológicas del culpable. El sujeto especializado no vive desvinculado de la sociedad, pero está rebajado y entrelazado en una organización de conexiones sociales y materiales.

A continuación, investigaremos la Criminología Sexual, pues esta Criminología debe identificarse con la perspectiva sexual, es decir, cada una de esas variables de los fenómenos delictivas sexuales, así como los protagonistas de dichas violaciones.

La esencia de la Criminología Sexual responde fundamentalmente a la pregunta que la acompaña: ¿Por qué un sujeto elige llevar a cabo el delito de agresión sexual? ¿Cuáles son las explicaciones detrás de esta conducta anormal? Es realmente difícil para un individuo convencional comprender las razones, esa es la razón por la que existen ciencias particulares, por ejemplo, la criminología o ciencia criminal que disecciona, investiga, intenta llegar a una resolución y evaluar los componentes/factores de por qué estas prácticas. Sea como fuere, la criminología ha intentado esclarecer estos componentes desde diversas perspectivas, entre las que se encuentran la Sociológica, Psicológica, incluso Biológica y genética.

Desde el punto de vista jurídico, la infracción sexual se refiere a una manifestación culpable acomodada en la ley dentro de la estructura de violaciones a la propiedad, costumbres y gran demanda de la familia, a la que se le asigna un ccastigo de tipo penal (Romi, 2010). En este sentido, cualquier individuo que haya tenido la intención de completar la manifestación que la establece es sancionado como culpable del delito, salvo aquellos casos de desajuste psicológico (enfermos mentales).

Desde la perspectiva criminológica, la infracción sexual es un tipo específico de criminalidad referido en el círculo penal-criminológico como culpabilidad sexual, ya que: “Alude al sexo y se coordina hacia aquellas partes del cuerpo de las víctimas identificadas con sus órganos genitales o sus partes erógenas, o con las partes que el criminal decide cumplir con su animosidad sexual” (Martínez, 2001, p. 279).

En síntesis, de acuerdo con la doctrina mayoritaria, la criminalidad sexual ha de concebirse como:

Acto criminal delictivo, sancionado penalmente, por atentar a los postulados ético-jurídicos que alcanzan a definir las relaciones carnales admitidas por la sociedad, legitimadas por las costumbres y percibidas por la vida social como positivas para el avance de la vida social y la existencia en armonía de los individuos. (Martínez, 2001, p. 282).

Violencia sexual. Análisis, Tipologías y diferentes perfiles

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