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4. Freud opina sobre la formación analítica

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En 1918 Freud escribió un breve y bello trabajo leído en Budapest y publicado al año siguiente en idioma húngaro: en el título se preguntaba, “¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad?”12 (Freud 1919). En él propuso un programa de formación en psicoanálisis donde debería enseñarse mucho de lo que se aprende en medicina, junto a la psicología de lo profundo, para asociarlo al resto de las ciencias humanas, como filosofía, arte, mitología, historia de las religiones, etc. Lamentablemente, esta propuesta de Freud, de una formación analítica definida como universitas literarum, nunca llegó a implementarse ni en Budapest ni en Viena ni en ninguna universidad del mundo. En realidad, comenta E. Roudinesco:13

…en las altas esferas de la enseñanza universitaria [el psicoanálisis] solo pudo implantarse como vector de otras disciplinas: psiquiatría y psicología por un lado, humanidades por el otro. Por eso quedo escindido en dos ramas: una clínica, asociada al ideal médico de la asistencia, y otra cultural, vinculada a la filosofía, la historia, la literatura, la antropología.

El proceso de formación analítica que se estaba gestando en Berlín supuso elegir algunas metas sobre otras. “El lazo entre la formación y la membrecía fue más o menos transformada y pasó de ser una organización científica a un cuerpo profesional de terapeutas psicoanalíticos” (Schröter, 2002). El programa, tal como salió de Berlín, puso el psicoanálisis más en la línea de la clínica, la terapéutica y de la ciencia y menos en las Humanidades, desde siempre un área de disciplinas consideradas por Freud como esenciales para la formación.

Curiosamente, en 1926, momento culminante cuando Berlín organizaba la formación analítica, Freud en el trabajo sobre Análisis Profano14 reconoce y valoriza los intentos realizados por los Institutos de Berlín, Viena y Londres, pero en otra parte manifiesta sus temores que el psicoanálisis quede reducido solamente a una terapéutica (p. 232). Más adelante expone sus preferencias:

Si algún día se fundara una escuela superior psicoanalítica —cosa que hoy puede sonar fantástica— debería enseñarse en ella mucho de lo que se aprende en la facultad de medicina: junto a la psicología de lo profundo, siempre lo esencial, una introducción a la biología, los conocimientos de la vida sexual con la máxima extensión posible, una familiarización con los cuadros de la psiquiatría. Pero, por otro lado, la enseñanza analítica abarcaría disciplinas ajenas al médico y con las que él no tiene trato en su actividad: historia de la cultura, mitología, psicología de la religión y ciencia de la literatura. Sin una buena orientación en estos campos el analista quedaría inerme frente a gran parte de su material.

¿Por qué Freud recuerda no descuidar el estudio de la cultura y la relación con las humanidades? Se basa en su convicción de que el psicoanálisis es en sí mismo un instrumento de investigación que exige probar su empleo fructífero en otros campos y en otros objetos que en principio eran ajenos a su experiencia. Que tiene algo que decir sobre los síntomas, sobre el funcionamiento psíquico normal y más allá todavía sobre la cultura. En su Autobiografía señala:15

…fue una tentación irresistible, un imperativo científico, aplicar los métodos de indagación muy lejos de su suelo materno (Mutterboden) a las más diversas ciencias del espíritu. Y hasta el trabajo psicoanalítico en los mismos enfermos recordaba sin cesar esta nueva tarea pues era inequívoco que las formas singulares de la neurosis dejaban oír los más intensos ecos de las creaciones más valiosas de nuestra cultura. (Freud, 1919, XVII, 257)

Entonces, lejos de ser el anexo de la teoría de la neurosis, la teoría de la cultura es en cierto sentido su desenlace. Y con ella debemos familiarizarnos “para no quedar inerme frente al material [clínico]”. Según R. Wallerstein, “sin referencia explícita a la universidad, esta declaración de Freud de 1926 es claramente una solicitud para considerar a la universidad el lugar óptimo para esta nueva disciplina”16.

Hay que destacar que realizó sus profundas reflexiones sobre la cultura desde la intimidad de su gabinete de analista. Y desde ese lugar polemizó con los más prestigiosos investigadores, incluso con aquellos que tenían experiencias de campo. Las contribuciones de Freud son casi las únicas que de manera integral fueron propuestas por un analista para la Cultura. El lazo que propone Freud con otras disciplinas no puede ser superficial o efímero: no basta con asistir cada tanto a un curso o conferencia sobre filosofía, historia o lingüística. Sugiere “interpretar” la cultura con los presupuestos teóricos psicoanalíticos que él formuló en los llamados Escritos Sociales. Debe ser un diálogo integrador que solo puede llevarse a cabo de manera permanente en un contexto institucional, …una escuela superior psicoanalítica… Parafraseando a Freud, ojalá su recomendación de 1926 encuentre su lugar y su destino cien años después, en una institución a crear que tiene ahora todas las condiciones para cumplimentarla.

He aquí algunas de las preguntas pendientes: 1. ¿Por qué Freud pensaba, como lo consigna en varios de sus escritos, que el estudio de las humanidades es esencial en la formación analítica y en el trabajo clínico del analista? 2. ¿Por qué se dejó de lado su propuesta? 3. ¿Por qué se omitieron sus Escritos Sociales de los planes de estudio de los Institutos de Formación y qué efecto puede haber tenido esa omisión en nuestra práctica? 4. ¿Qué es lo que un analista debería saber acerca de las temáticas actuales planteadas por las humanidades?

Por su importancia y trascendencia, el trabajo de Freud sobre Universidad y Psicoanálisis se seguirá comentando con más detenimiento en el Capítulo IV.

El IUSAM de APdeBA

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