Читать книгу Sideral - Héctor Castells - Страница 28
Irra
Оглавление¿Qué hacía un niño como tú en un colegio como el San Ignacio?
Yo era un oportunista, tronco. Yo en ese colegio pintaba tanto como Botticelli en Vallecas, ¿sabes lo que te digo, tron? Era un enreda. En octavo de EGB, con el panorama de mediocridad que había en el San Ignacio, mi único colega era Manolo. Entonces Manolo tenía muchas movidas. Y era de los maletes. Empezábamos a fumar petas y el pegamento estaría al caer. Y claro, tío, a mí me querían echar todos los años. Siempre tenía movidas.
¿Qué pasaba en tu casa?
En mi casa pasó algo feo. Cuando yo tenía dos años, nació mi hermano. Y a los seis meses murió de muerte súbita. Entonces mi padre se largó de casa. Nos dejó. Nos quedamos mi madre, mi abuela y yo. Mi madre se refugió en el trabajo. Y le empezó a ir bien. Se quedó muy tocada, pero tuvo unos cojones que ya querrían para sí muchos hombres.
Pa cojones los tuyos, que te metiste a músico sin saber lo que era un re. O un la…
Ya ves. Pues sí. Lo que te decía. Yo era un enreda. En séptimo de EGB conocí a Daniel Baraldés. Hoy es uno de los mejores guitarristas de España, pero entonces era un chaval que empezaba. A mí la música me molaba mazo, pero no tenía puta idea de tocar. Así que me ofrecí para ayudar en lo que hiciera falta. Amenazas, contratación, envío obsesivo de maquetas a discográficas. Vaya. Básicamente mentí y especulé. Al año siguiente teníamos una banda armada. Dani era el líder. Cantaba y tocaba la guitarra. Y estaba Xavi Baró al bajo y Carles Iborra a la batería. Iborra era como Charlie Watts. Al poco se incorporó David Àlex Coma. Y yo me puse a tocar la armónica.
Y al año siguiente descubriste a Aleix y le fichaste… Eres el único mánager de su atropellada biografía…
¿En serio? ¿Fui el único?
No. Hubo dos tipos de Badalona, pero mucho más tarde…
Yo recuerdo que siempre te lo proponía a ti y tú siempre le decías que no. ¡Qué hijo de puta! Cuando Aleix llegó a primero de CES estaba claro que apuntaba al estrellato. El fichaje vino a mí. Aleix era un entusiasta y estaba obsesionado con la guitarra. Estaba un poco flipado con la música negra afeminada. O con dos negros anoréxicos. Terence Trent D’Arby y Prince. Por no hablar de Freddie Mercury. Hostias. Pues sí. Muy masculino, femenino. El caso es que un día me dijo que sus abuelos tenían una casa en Cerdanyola y que quizá podríamos ensayar en el garaje. Y claro, eso fue definitivo. Le hicimos una prueba y empezamos a ensayar en Cerdanyola. Y fue entonces cuando decidimos llamarnos Impresentables.