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ORGANIZACIÓN DE ESTE VOLUMEN
ОглавлениеYa se ha expuesto el marco de la investigación que se desarrollará en los capítulos subsiguientes. Podemos concluir el presente capítulo resumiendo brevemente el orden en que se tratarán los distintos temas.
El Capítulo II es, en cierto sentido, preliminar. El presente trabajo se asumió en parte como resultado de la insatisfacción del autor con los así llamados “principios de administración” que se encuentran en la literatura actual de la teoría administrativa. En el Capítulo II, estos principios se someten a un análisis crítico con vistas a mostrar que son inadecuados y que es necesario su desarrollo según las ideas que acá se recomiendan.
En el Capítulo III, comienza la exposición propiamente dicha, partiendo de un análisis del rol que juegan las cuestiones de valor y las cuestiones de hecho en la decisión administrativa. A esto le sigue, en el Capítulo IV, una descripción del aparato conceptual que se utilizará en todo el volumen para la descripción y el análisis de los sistemas de comportamiento social, incluido el comportamiento en organizaciones administrativas.
El Capítulo V considerará la psicología del individuo en la organización y los modos en los cuales la organización modifica su comportamiento. En el Capítulo VI, la organización se verá como un sistema de individuos cuyo comportamiento mantiene algún tipo de equilibrio –según las ideas indicadas precedentemente–. El Capítulo VII analizará en detalle el rol de la autoridad y la especialización vertical en la organización, y los procesos organizacionales mediante los cuales se lleva a cabo tal especialización. El Capítulo VIII trata de los procesos de comunicación mediante los cuales se transmiten las influencias organizacionales. En el Capítulo IX, se examinará en detalle el concepto de eficiencia, y en el Capítulo X, la lealtad organizacional o la identificación.
El Capítulo XI cierra el volumen con un examen atento de la estructura de las organizaciones administrativas y una discusión de los problemas que enfrenta la investigación en teoría administrativa.
1. Para dos excepciones notables al descuido general en lo relacionado con la toma de decisiones, ver C.I. Barnard, The Functions of the Executive (Cambridge: Harvard University Press, 1938), y Edwin O. Stene, “An Approach to a Science of Administration”, American Political Science Review, 34: 1124–1137 (diciembre, 1940).
2. En el Capítulo IV, se explicará esta distinción entre objetivos mediatos y finales, y se mostrará su necesidad.
3. La expresión “de hecho”, aunque posiblemente engañosa, se utiliza a falta de una mejor. Es claro que los “hechos” sobre los cuales se basan las decisiones prácticas son habitualmente estimaciones o juicios, antes que elementos de hecho positivos y ciertos. Para sumar a esta confusión, los autores generalmente aplican el término “valoración” para referirse a este proceso de juzgar o estimar hechos. El lector evitará esta confusión si recuerda que “valor” en este estudio se refiere al “deber ser”, sin importar el grado de certeza; “de hecho”, al “ser”, sin importar el grado de conjetura.
4. Esta definición de “racional” no es exacta y se ampliará en el Capítulo IV.
*1. N. de los T.: Work Projects Administration. Organismo creado en 1935 que ofrecía trabajos e ingresos a desempleados, en un intento por combatir la Depresión Económica.
5. De la descripción hecha por MacMahon, Millet y Ogden de la WPA durante su etapa de planificación, parecería que se pensó en esta integración en un nivel algo primitivo de la organización, en la época en que se tomaron las decisiones básicas. Arthur W. MacMahon, John D. Millet y Gladys Ogden, “The Administration of Federal Work Relief” (Chicago: Public Administration Service, 1941), páginas 17-42.
6. L. Gulick y L. Urwick, editores. “Papers on the Science of Administration” (New York: Institute of Public Administration, 1937), página 3.
7. Chester I. Barnard, The Functions of the Executive (Cambridge: Harvard University Press, 1938), páginas 163 y siguientes.
8. Barnard (op.cit. p. 169) llama a esto la “zona de indiferencia”; pero yo prefiero el término “aceptación”.
9. Para una discusión más amplia sobre el concepto de eficiencia, ver Clarence E. Ridley y Herbert A. Simon, “Measuring Municipal Activities” (Chicago: International City Managers’ Association, 1943).
10. Acá seguimos a Barnard (op.cit.) al insistir en que los clientes son una parte integral del sistema de comportamientos de la organización. Que sean “miembros” o no, es un planteo terminológico sin importancia en particular. Tal vez se podría haber agregado a los proveedores de materiales, precedentemente, como una cuarta clase de participantes; pero no añadirían un elemento esencialmente nuevo al panorama.