Читать книгу Introducción a la clínica lacaniana - Jacques-Alain Miller - Страница 11
LA PROBLEMÁTICA DEL FIN DEL ANÁLISIS
ОглавлениеCuando se hace una teoría de la experiencia analítica fundada unilateralmente en la dimensión del síntoma, es decir, exclusivamente a partir del fundamento de la demanda inicial del paciente, el análisis aparece sólo como terapéutica del síntoma. Esta es la problemática de la cura, de cómo curar los síntomas.
Podemos ver en la literatura psicoanalítica que nunca se trata de curar a un paciente de sus fantasmas. Cuando un paciente se preocupa demasiado de sus ensueños diurnos, podemos hablar de una emergencia sintomática de esos ensueños, pero, cuando se trata del fantasma fundamental –y no sólo desde el punto de vista lacaniano, aunque fue Lacan quien lo acentuó–, nunca consiste en curar al sujeto de ese fantasma. De manera general, la razón por la que Lacan distinguió claramente la dimensión del síntoma de la del fantasma es porque colocó la problemática del fin del análisis del lado del fantasma y no del lado del síntoma. El fin del análisis, como tal, no es el momento en que el sujeto cree sentirse lo suficientemente bien como para retomar sus cargas en la vida cotidiana; esto es la terapéutica analítica. No se trata de una cuestión de más o menos síntomas.
En Análisis terminable e interminable, Freud dice que desde el punto de vista del síntoma, de la normalización ideal del sujeto, de la cura como tal, no podemos pensar que los analistas estén completamente curados –le parecían más bien un poco enfermos–. El objeto del fin del análisis es una modificación mucho más profunda que la del nivel del síntoma. Lo que se persigue es cierta modificación de la posición subjetiva en el fantasma fundamental. No es, pues, una cuestión de cura.
La propuesta de Lacan para formular esa modificación del fantasma fundamental es la de traversée du fantasme [atravesamiento del fantasma], pero lo importante no es mantener esta expresión como un sintagma, sino ver en ella el esfuerzo por definir cierta modificación, que no desaparición, ya que no se trata de hacerlo desaparecer.
El fantasma en la práctica analítica puede entenderse a la vez como esos sueños diurnos más o menos frecuentes, que está a disposición de la conciencia, así como también aquello más escondido del sujeto. Hasta tal punto que Freud dice que lo verdaderamente fundamental en el fantasma nunca aparece y es siempre reconstruido por el analista. Hay, por tanto, una amplitud extraordinaria de la dimensión del fantasma en la práctica analítica.
El análisis particular de un sujeto confluye en ese fantasma fundamental. En cierto modo, el fantasma se decanta, acaba resultando el residuo del desarrollo de un análisis, el residuo precisamente de la interpretación del síntoma.