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Febrero 23
Pureza de labios

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“el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal; y sus labios no hablen engaño” (1 de Pedro 3:10)

Durante el transcurso de este día, por tu boca saldrán miles de palabras.

Hoy podrás usar tu boca para levantar oraciones y alabar al Señor, para consolar al afligido, para respaldar a tus hijos en sus actividades, para edificar la vida de alguien, para compartir las verdades de la Palabra de Dios, para traer un mensaje de esperanza a quien está en depresión, para inundar de bendiciones los lugares que visites y las personas con quien hoy te encuentres en tu lugar de trabajo, caminando por las calles, en el salón de clase y por supuesto, también en tu hogar.

Pero también es posible que uses tu boca para maldecir, para quejarte por la economía, el clima, las enfermedades, la soledad, la tristeza o cualquier otra situación por la que atravieses.

Podrás así mismo con tus palabras traer murmuraciones, críticas y calumnias.

¿Te das cuenta del poder que tienes en la boca?

Poder para edificar o para destruir, para bendecir o para maldecir, para traer vida o para traer muerte, para levantar o para derribar.

¿Cómo usarás hoy este poder? ¿Si pudieras hoy contar las palabras que salen por tu boca, podrías afirmar sin temor a equivocarte que estás usando adecuadamente ese poder que Dios puso sobre ti? Jesús afirmó que lo que contamina al hombre no es lo que entra, sino lo que sale de su boca, porque a través de ella se manifiestan intenciones malsanas, blasfemias, falsos testimonios y malos pensamientos.

Muchos no son usados, o son usados sólo de manera muy limitada por Dios, porque de sus bocas salen dos cosas opuestas: lo dulce y lo amargo. Sus bocas pronuncian muchas palabras que no son de Dios, al mismo tiempo que pronuncian la Palabra de Dios.

Por eso en este día, El Señor te llama a usar tus labios con pureza.

Desafíate a ti mismo hoy a hablar solo palabras edificantes, sazonadas con la gracia del Señor, purificadas por tus buenos pensamientos, llenas de gozo y de amor hacia los demás.

No contribuyas a la contaminación del mundo, por el contrario, a través de tus labios, hoy puedes cambiar la vida de alguien, levantar a quien está en tristeza y ayudar a alguien que necesita escuchar palabras de vida que lo llenen de motivaciones nuevas.

Sí, usa tu boca este día de la mejor manera y estarás con ello alabando a Dios, pues al fin y al cabo la alabanza es el “fruto de labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15).

Oración:

Amado Señor Jesucristo, mi anhelo para este día es usar bien mi boca para proclamar tus maravillas. Ayúdame a ser de bendición para otros a través de las palabras que pronuncio. Permíteme traer edificación y aliento al necesitado; consuelo al afligido; perdón a quien he ofendido; reconciliación a quien se ha alejado; expresiones de amor a los demás, y especialmente concédeme poder hablar palabras que exalten tu grandeza, poder y majestad. Amén.

Una semilla para cada día

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