Читать книгу El despertar de un asesino - Jorge Eguiazu - Страница 10

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María Marta Coluzzi se pasaba todos los días en la escuela primaria donde enseñaba matemáticas. Era una apasionada de su trabajo. le encantaba. Pensaba que no había mejor forma de dejar su granito de arena en el mundo que haciendo lo que más le gustaba, enseñar.

Cada alumno era un enigma diferente y un desafío. Existían aquellos que eran aplicados y les gustaba estudiar. También estaban los holgazanes y perezosos; y los que iban a la escuela con desagrado por orden de sus padres. Éstos últimos eran los que más le gustaban, los que más la desafiaban. Siempre se entusiasmaba cuando lograba que alguno de ellos cambie su forma de pensar y desarrollarse.

A la edad de treinta y tres años había conocido a Carlos, el amor de su vida. Era también profesor, pero de secundaria. Enseñaba matemática aplicada, una cosa en común que tenían, además de otras cosas que luego descubrieron, y que los acercaron cada vez más.

Se conocieron en un encuentro de matemáticos celebrado en la Universidad Tecnológica de Buenos Aires. Allí se produjo amor a primera vista para ambas partes.

María Marta vivía en Rosario y Carlos en Neuquén, y como el amor lo puede todo, él pidió traslado a la Universidad de Rosario para mudarse con ella.

Cambiaron de departamento porque el de ella era muy pequeño. Pronto se dieron cuenta de que habían hecho una sabia elección. María Marta estaba embarazada y pronto daría a luz a una hermosa criatura, la que amarían con toda su alma hasta que el señor decida llevarla con él.