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El nacimiento de la terapia de vidas pasadas

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Es difícil establecer con exactitud quién fue el primero que siguió los pasos de Rochas. Es probable que mediante la hipnosis varios terapeutas hayan encontrado que sus pacientes les relataban sucesos de otras vidas. Más de uno debe de haber considerado que esto era una fantasía y nada más. Christie-Murray6 dice que el primero sería el Dr. Mortis Stark, quien exploró esta posibilidad en 1906, pero no hay registro de sus experiencias. También cita al sueco John Bjorkhem (1910-1963), quien publicó un libro titulado De Hypnotiska Hallucinationerna. Finalmente dice que la Dra. Blanche Baker, de San Francisco, comenzó a usar en 1950 una técnica hipnótica ligera y de asociación libre, que permitía la regresión a vidas pasadas de sus pacientes.

Whitton cita el trabajo del psiquiatra inglés Alexander Cannon, quien hacia 1950 ya había inducido la regresión en 1382 voluntarios. Al principio, Cannon se resistía a aceptar la teoría de la reencarnación, y hasta discutió con sus sujetos en trance, afirmando que decían tonterías. Cannon se especializó en buscar los orígenes de los complejos y los temores en incidentes traumáticos de vidas anteriores.

En 1967, Joan Grant y Denis Kelsey, también ingleses, publican su libro Many lifetimes (Muchas vidas), donde relatan, entre otras cosas, sus experiencias con la regresión.7

Nacida en 1907, desde niña Joan tenía recuerdos vívidos de siete vidas anteriores, que abarcaban desde la primera dinastía en Egipto, 3.000 años a. C., hasta una vida entre los primitivos aborígenes de Norteamérica. Joan llamó a estos recuerdos memoria lejana, y sobre la base de ellos escribió doce libros que constituyen una autobiografía de sus vidas pasadas. El primero de esa serie se llamó Winged Pharaoh (El faraón alado), y fue publicado en 1937, mucho antes que otros libros que se hicieron más famosos. Para Joan, estas memorias eran parte de su experiencia personal, y siempre hablaba de sus vidas. Joan relata que en su primera vida en Egipto se llamaba Sekeeta, y había sido entrenada para recordar diez de sus muertes anteriores, requisito indispensable para poder asistir a otras personas. Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, Joan comenzó a apreciar que algunos problemas de los pacientes se originaban en sucesos de existencias anteriores.

Por su parte, Denis Kelsey, psiquiatra, comenzó a trabajar con hipnoanálisis en 1948, regresando a sus pacientes a la vida intrauterina y llevándolos incluso al momento de la concepción. Sin embargo, como no creía en la preexistencia del alma, nunca fue más allá, hasta que conoció a Joan, en 1958. A partir de allí comenzaron a trabajar juntos. Joan era una gran sensitiva y mientras Denis conducía la regresión, ella podía ver la escena que el paciente estaba vivenciando, y comprobar así la validez de la experiencia. El mismo Stanislav Grof, en su libro La mente holotrópica, relata una regresión que efectuó con ellos.

Denis Kelsey es el primero que llama la atención sobre la importancia del perdón a uno mismo. Encontró que a las personas les resulta más fácil castigarse que perdonarse a sí mismas.

Entre los años ‘60 y ‘70, la Terapia de Vidas Pasadas comienza a tomar forma. Ya sea por azar o intencionalmente, varios profesionales comienzan a aplicarla con sus pacientes. Aquí me referiré a los que más han contribuido en los aspectos técnicos.

En 1968, Thorwald Dethlefsen, trabajando con hipnosis con voluntarios, llevó a un joven a revivir la experiencia dentro del claustro materno. Se animó a retroceder un poco más y le ordenó que fuera todavía más atrás hacia el pasado. Tras una emocionan te pausa surgió la historia de un hombre nacido en 1852, llamado Guy Lafarge. Vivía en Alsacia y murió en 1880, cuando trabajaba de mozo de cuadra. Pronto, Dethlefsen encontró que había relación entre los síntomas psíquicos de la vida presente y las experiencias traumatizantes de encarnaciones anteriores. El síntoma tenía como causa alguna experiencia desagradable que fue desplazada de la conciencia. Comprobó que si uno investiga de manera consecuente el verdadero origen de un síntoma, tropieza en forma casi automática con anteriores encarnaciones. Así desarrolla lo que él llama Terapia de la Reencarnación, afirmando que la causa de todo comportamiento y de toda actitud equivocada radica en el alma. El resultado de sus experiencias puede encontrarse en su libro La reencarnación, publicado en 1976, donde propone una psicología apoyada en la teoría de la reencarnación.

En 1973, la psicóloga Edith Fiore asiste a un seminario de fin de semana sobre autohipnosis, en el instituto Esalen. Al lunes siguiente decide poner en práctica esta técnica con uno de sus pacientes que sufría problemas sexuales. Ante su sorpresa, el hombre le dice que es un sacerdote católico en el siglo XVII. Edith Fiore no creía en la reencarnación y consideró el relato del paciente como una fantasía. La sorpresa fue aún mayor cuando a la sesión siguiente su paciente ]e dijo que se había curado. A partir de ahí comenzó a estudiar seriamente el tema de la reencarnación, convirtiéndose en una de las pioneras de la TVP.

Otro caso notable es el del psiquiatra Brian Weiss. Su experiencia es otro ejemplo de cómo las circunstancias nos llevan a hacer lo que tenemos que hacer. Weiss desconfiaba de todo aquello que no se pudiera demostrar según métodos científicos tradicionales. Como ejemplo, hizo su tesis de investigación sobre la química del cerebro y el papel de los neurotransmisores. En 1980 conoció a Catherine, una mujer paralizada emocionalmente, dominada por la ansiedad, su fobia al agua, ataques de pánico y una pesadilla recurrente con un puente que se derrumbaba. Tras 18 meses de terapia convencional sin obtener resultado, Weiss decidió emplear hipnosis. Luego de darle la orden de volver a la época en que se habían iniciado los síntomas, Catherine comenzó a relatar una vida en Egipto, 1.800 años antes de Cristo. Ni Catherine ni Weiss creían en la reencarnación, pero una semana después, el miedo a ahogarse y la pesadilla del puente que se derrumbaba habían desaparecido.

A pesar de que para esa época ya había abundante literatura sobre vidas pasadas, como a Weiss no le interesaba el tema, no estaba al tanto de los trabajos anteriores. Esto resalta aún más el valor de su experiencia, porque no puede decirse que estuviera influido por lecturas previas. Su historia con Catherine está contenida en su libro Muchas vidas, muchos sabios.

He dejado para el final el comentario del trabajo de Morris Netherton, por considerarlo de vital importancia.

Al momento de publicarse la primera edición de este libro yo todavía no había conocido a Morris Netherton personalmente de modo que sólo tenía conocimiento de su trabajo a través de su obra y por referencias de terceros. Finalmente me encontré con él en ocasión del Primer Congreso Panamericano de Terapia de Vidas Pasadas que se llevó a cabo en Campinas, Brasil, en 1998. Allí tuve el privilegio de charlar a solas con él y saber de sus propios labios cómo fue que desarrolló la TVP. Fue trabajando en su propia terapia como se encontró de improviso en una vida pasada en la cual estaba el origen de sus malestares físicos. Al poco tiempo comenzó a trabajar en un centro de detención juvenil y fue allí donde comenzó a desarrollar la técnica de la TVP. Terapia de Vidas Pasadas es la denominación que él le dio a la terapia de regresión en 1978 al publicar su primer libro. Un detalle importante que pocos conocen es que desde hace varios años trabaja con la regresión a vidas pasadas en un hospital que pertenece a la orden religiosa de las carmelitas en la ciudad de Duarte, al este de Los Angeles. En el apéndice encontrarán el contenido de mi charla con Netherton.

La contribución fundamental de Netherton es que es el primero en darse cuenta de que no es necesaria la hipnosis para efectuar la regresión a vidas pasadas. Netherton descubrió que, simplemente con una entrevista cuidadosa, la experiencia de vida pasada puede ser traída más cerca de la superficie, hasta que su presencia se hace obvia para el observador entrenado. Pero Netherton avanza mucho más. Descubre que cuando el paciente entra en el consultorio ya está en regresión, y afirma que si uno está viviendo de acuerdo con condiciones de otra realidad, ya está parcialmente en trance. No es necesario provocar un estado de trance para efectuar la regresión, porque el trance se desarrolla como consecuencia de la regresión. Ésta es la diferencia básica entre la técnica de Netherton y la de los otros. La premisa de que la persona ya está en estado de trance y por lo tanto no es necesaria una inducción adicional.

Lo fundamental de esto es que el paciente no está perdido en un trance hipnótico y puede mirar hacia afuera y hacia adentro al mismo tiempo. Karl Schlotterbeck, discípulo de Netherton, es quien mejor explica su técnica. Enfatiza la necesidad de reconocer los síntomas de ansiedad, dolor, conducta o compulsión, como evidencia de que la regresión ya se ha producido.

La focalización en el síntoma profundiza el estado regresivo, y las imágenes y palabras asociadas al síntoma del pasado comienzan a aflorar libremente a la conciencia del paciente. 8

La técnica de Netherton fue introducida en Brasil, en 1980, por la Dra. María Julia Moraes Prieto Peres. En 1986 la Dra. Prieto Peres dicta un seminario aquí en Buenos Aires, donde presenta su técnica mixta, combinación de las de Netherton y de Edith Fiore. En ese seminario la conocí, y a partir de allí me entrené con ella junto con otros profesionales. Para ser justo, debo decir que, en ese momento, ya había varios profesionales en Argentina que estaban trabajando con la técnica de la regresión. Por otra parte, un amigo me confió que, en la década del 50, un médico en Paraguay le había efectuado una regresión utilizando hipnosis. También es conocido el trabajo del Dr. Michel Maluf en Brasil, pionero en ese país, quien, también en los años 50, comenzó a trabajar con la regresión a vidas pasadas. De modo que ya en aquella época. por estas latitudes, había profesionales incursionando en las vidas pasadas.

De algún modo, éste es mi árbol genealógico en la TVP. A partir de aquí, lo que sigue es mi visión personal, nutrida por las enseñanzas de quienes me precedieron, y enriquecida por la experiencia adquirida con los pacientes.

1 Los nueve libros de la Historia, Heródoto, Jackson, Buenos Aires, 1960.

2 El problema del ser y del destino, León Denis, Kier; Buenos Aires, 1981. Publicado por primera vez en 1905.

3 Les vies successives (Las vidas sucesivas), Albert de Rachas, Chacornac, París, 1911.

4 Se llama “pase” al acto de recorrer con las manos parte o todo el cuerpo del paciente para ejercer la acción magnética. (N. del A.)

5 La vida entre las vidas, Joel Whitton y Joe Fisher, Planeta, Buenos Aires, 1988.

6 Reencarnación, David Christie-Murray, Robín Book, Barcelona, 1990.

7 Many lifetimes, loan Grant y Denis Kelsey, Ayer, 1994.

8 Living your past lives (Viviendo sus vidas pasadas), Karl Schlotterbeck, Ballantine, Nueva York, 1990.

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