Читать книгу Terapia de vidas pasadas - José Luis Cabouli - Страница 25
Mandatos
ОглавлениеEn el transcurso de una regresión una persona puede enunciar innumerables mandatos que están condicionando su vida actual. Habitualmente éstos aparecen cuando preguntamos por las “reacciones físicas, emocionales y mentales, pero también suelen ser expresados espontáneamente como consecuencia de las situaciones vividas. ¿Y qué es un mandato? Es una forma mental con una energía emocional tremenda insertada en nuestra memoria subconsciente, cuya presencia ignoramos y cuyos efectos condicionan y rigen nuestras actitudes y comportamiento. Un mandato es nuestra programación subconsciente que viene del pasado.
El mandato se origina espontáneamente, sin pensar siquiera en él. Es una conclusión no verbal del subconsciente como reacción a una situación límite. Ni siquiera es necesario pensar. Basta con una reacción emocional para originarlo y de allí puede surgir todo el sistema de creencias inconsciente de una persona. Así se originan determinados tipos de comportamiento o actitudes que funcionan en contra de una persona. El mandato es como una maldición en contra de uno mismo. A lo largo de las historias de Los pacientes tendremos oportunidad de identificar diferentes tipos de mandatos. Habitualmente se expresan como afirmaciones positivas o negativas, en forma tan absoluta que no permiten otra alternativa. Muchas veces no basta con trabajar la experiencia traumática. Es necesario que la persona por su propia voluntad rompa y anule el mandato identificado.
Aquí van algunos ejemplos:
No merezco ser feliz.
Merezco ser castigado.
La vida es para sufrir.
Hay que obedecer porque si no me matan.
Hay que estar triste para ser como los demás.
No importa lo que haga, nadie me va a querer.
No merezco el perdón.
Si no me castigan, no voy a poder ser perdonado.
Ningún sufrimiento es suficiente para pagar todo el daño que hice.
El mínimo daño que pueda hacer necesita ser castigado.
No quiero recordar nada.
No quiero saber nada.
Quiero olvidarme de todo.
Quiero perder la memoria.
Y la lista podría llenar un libro entero. Tomen cualquiera de estos mandatos y luego imagínense cómo puede llegar a ser la vida de una persona con tan sólo uno de estos mandatos. Realmente funcionan como una maldición y deben ser identificados para ser desactivados y perder su poder sobre la vida del paciente.